Una testigo clave declaró este martes en el juicio por el crimen de Lucas González, el adolescente de 17 años que fue baleado por agentes de la Policía de la Ciudad mientras iba con tres amigos en un auto por el barrio porteño de Barracas. Se trata de Miriam Sosa, la primera médica en atender a la víctima ese 17 de noviembre de 2021 y quien en su declaración comprometió aún más a los acusados. “Uno decía: ‘Nadie graba, nadie vio nada’”, aseguró.
Así lo contó durante la tercera audiencia de las 11 que se harán en los tribunales de Comodoro Py para juzgar al inspector Gabriel Alejandro Issasi, el oficial mayor Fabián Andrés López y el oficial Juan José Nieva por el asesinato del futbolista de las inferiores del Club Atlético Barracas Central. Los tres están acusados del delito de homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por odio racial y por ser miembro de la fuerza policial.
En su turno, la médica relató ante los jueces la situación que vivió aquel día, describió la escena del crimen como “tensa e impactante” e hizo hincapié en la actitud de los oficiales presentes en el lugar: dijo que estaban “súper nerviosos”.
Te puede interesar: “Si consumió drogas es porque fue obligada”: habló el padre de la joven que cayó de un balcón y murió en Recoleta
“Cuando llegamos, vi una escena bastante impactante, no era habitual: muchos efectivos, un vehículo en el que había una persona joven en grave estado, todavía con vida. Eran heridas de arma de fuego, con pérdida de masa encefálica. En la escena había mucha sangre, no era algo que veía todos los días, era impactante”, comenzó su declaración y remarcó que Lucas aún estaba vivo, pero su situación era de extrema gravedad.
La testigo añadió quien fue la encargada de trasladar a la víctima al Hospital Penna: “La escena era tensa, las personas que estaban trabajando estaban muy nerviosas, se veía que no era un hecho habitual”.
Entonces, la mujer reveló un diálogo que escuchó mientras ella daba las primeras atenciones al paciente. Era entre los policías y se trató de una orden. Eso, según sus dichos, la hizo darse cuenta de la gravedad de la situación que estaba protagonizando.
“Uno le gritaba a los colegas: ‘Nadie graba, nadie vio nada’. Era un efectivo bastante grande, corpulento, que gritaba de manera seria. No se dirigió a mí, sino a sus efectivos. Ahí me percaté de que la situación era muy grave. Los policías estaban súper nerviosos, me preguntaban cómo estaba el paciente”, afirmó la médica.
Te puede interesar: Impactante video del momento en el que una mujer fue atropellada en Lanús
La profesional también recreó la escena en cuestión y explicó que parecía “de película”. En su representación, actuó cómo el policía que hizo la advertencia, señaló al resto con el dedo índice mientras daba un giro de 360 grados diciéndoles “nadie filma”.
Al final de su declaración, la médica se quebró. Dijo que desde entonces de “siente amenazada” y que “no pudo volver a trabajar tranquila”. “Yo tengo miedo. En el momento no porque no sabía lo que había pasado, pero ahora me da miedo porque sé que hay mucho en juego de todas las partes. Hubiera preferido no haber estado en ese lugar”, se sinceró.
Los tres Policías de la Ciudad acusados de asesinar a Lucas González ya declararon en el inicio del juicio oral y dijeron que actuaron en cumplimiento de su deber y en legítima defensa.
Además, hay otros 11 policías apuntados por falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley, encubrimiento agravado por la condición de funcionarios públicos y por ser el delito precedente especialmente grave e imposición de torturas. Todos están detenidos.
Declaró un policía de la Federal
Un subcomisario de la Policía Federal que intervino en la recolección de pruebas el día en el que fue asesinado Lucas aseguró que la víctima y sus amigos no le parecieron delincuentes, ya que “iban tomando mate, tenían botines y el auto no tenía pedido de captura”. Y dijo que el arma encontrada en el vehículo era de juguete.
Se trata de Pablo Andrés Blanco, quien declaró por unas tres horas ante los jueces Ana Dieta de Herrero, Daniel Navarro y Marcelo Bartumeu Romero. “Cuando llegué al lugar, había mucha cantidad de personal policial de la Ciudad. Cerca de 100 personas”, relató.
Te puede interesar: Vio cómo su tío amenazaba a la ex pareja con un arma, quiso intervenir y recibió un tiro en la cabeza
A continuación, el subcomisario remarcó que recién se pudo comenzar a peritar el vehículo en el que viajaba Lucas y sus tres amigos cuatro horas más tarde, luego de recibir la correspondiente autorización judicial. Sin embargo, durante el procedimiento, señaló que observó “matices” que le hicieron dudar si la versión que le habían dado los policías porteños era tal.
“Tengo mucha experiencia en otras intervenciones. Todo el tiempo hacemos detenciones y es difícil que al toque caigan los padres del menor delincuente y quieran saber qué pasó con su hijo, y con la intensidad que lo hacían”, relató el funcionario de la PFA y agregó: “Era un auto sin pedido de secuestro. El conductor estaba autorizado a usarlo. Uno no va a robar con su vehículo”.
En ese sentido, Blanco indicó en reiteradas oportunidades que uno de los elementos que más llamó su atención en el auto fue un equipo de mate que tenían los adolescentes en el portaobjetos del vehículo. “Si vos vas a robar, no te vas de camping. Me hizo hacer un juicio de valor interior de que no podrían tratarse de delincuentes que quieran fugarse de la policía... En 25 años de experiencia nunca tuve una apreciación como esa”, afirmó.
“Cuando yo llego al lugar del hecho, no recuerdo que haya gente asomándose a la camioneta. Sí se distinguía que había un objeto en el auto. Hasta las 16, el auto estuvo en dominio de la Policía de la Ciudad. Después intervenimos nosotros, y cuando se terminó el peritaje, entre las 17 y las 18, pude ver el arma, que era una réplica”, describió.
Te puede interesar: Asesinato motochorro en Villa Soldati: la Policía sospecha de un ladrón de 15 años con un largo prontuario
El crimen de Lucas González
Ese 17 de noviembre de 2021. Lucas González y tres amigos salieron de entrenarse en el club Barracas Central con destino a la localidad bonaerense de Florencio Varela.
Luego de frenar en un kiosco para comprar una bebida, comenzaron a ser perseguidos por tres policías de la Brigada 6 de la Comisaría Vecinal 4D a bordo de un Nissan Tiida sin baliza policial. Ninguno de los agentes estaba uniformado y —según se corroboró después— estaban realizando tareas de campo entre las avenidas Vélez Sársfield e Iriarte.
Los policías comenzaron a perseguir a los jóvenes, quienes al pensar que el Nissan Tiida podía estar conducido por ladrones intentaron huir. En esa instancia, y de acuerdo a la causa, los agentes anunciaron al servicio de comunicaciones policiales que perseguían a un auto “con cuatro masculinos con apariencia de menores, jóvenes” y que “estaban armados”.
Fue allí cuando comenzaron a disparar. Una de las balas impactó en la cabeza del jugador, quien murió en el Hospital “El Cruce” de Florencio Varela al día siguiente.
*Con información de Télam
Seguir leyendo: