La violencia narco en Rosario y el pase de facturas entre los criminales ha alcanzado a los colegios, que se convirtieron en un nuevo objetivo de las balaceras. Entre el sábado pasado y la madrugada del domingo, por caso, fueron atacadas a tiros la escuela N° 84 “José Mármol” del barrio Ludueña y el Complejo Educativo “Rosa Ziperovich” de Empalme Graneros. Ante esto, este martes la comunidad educativa salió a las calles para manifestarse en reclamo de “mayor seguridad”.
En paralelo, el intendente de Rosario, Pablo Javkin, exigió en declaraciones a la prensa mayor rigor en los controles dentro del sistema penitenciario, desde donde asegura que se organizan las balaceras. Mientras que las comunidades educativas de las escuelas atacadas a balazos y los sindicatos docentes advirtieron este martes “que si se toca una escuela y un pibe más” habrá “cese de actividades”.
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El reclamo se hizo esta mañana en la Plaza San Martín, frente a la Casa de Gobierno provincial y, para tal fin, desde la Asociación de Magisterio de Santa Fe (Amsafé) se permitió que los docentes y los alumnos de las dos escuelas atacadas a tiros pudieran faltar a clases para poder manifestarse.
En una plaza colmada de padres, alumnos, docentes, no docentes y vecinos, entre otros, también habló, Ana Rosa Ugarte directora de la escuela 84, cuya fachada fue blanco de una balacera y reclamó a los poderes gubernamentales, “que no esperen que maten a otro pibe porque los narcos se están metiendo con nuestros alumnos”. Y agregó: “Con las escuelas no”.
“Las escuelas deben, necesariamente, ser un lugar seguro de contención social. No mandamos a nuestros hijos para que las mafias los agredan”, indicó un padre que concurrió en familia a la manifestación y que se identificó ante la agencia de noticias Télam como Juan.
Durante el ataque a la escuela José Mármol, ubicado en Larrea al 300, los tiradores dejaron una nota intimidatoria, cuyo mensaje no trascendió. Por su parte, en el Complejo Educativo “Rosa Ziperovich” impactaron seis balas. En ese edificio funciona la escuela bilingüe Cacique Taigoyé a la que asistía Máximo Jerez, el nene de 12 años que quedó en medio de una balacera contra un búnker el pasado 5 de marzo en el asentamiento “Los Pumitas”.
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Los dirigentes de ambos establecimientos coincidieron al manifestar que las amenazas vertidas por los tiradores no están dirigidas a los colegios, sino que los establecimientos son usados por diferentes grupos narcos para enviarse mensajes. “Nos usan como correo para dejar sus amenazas en algo que nosotros no tenemos nada que ver”, dijo uno de los directivos de la Escuela 84 en declaraciones a la prensa local.
Por su parte, y sobre el mismo punto, Javkin volvió a reclamar mayores controles en los penales: “Tenemos que ser duros con el tema carcelario, muy duros. El 95 por ciento de los incidentes que ocurren en la ciudad provienen de allí (por las cárceles). Más del 80 por ciento de las extorsiones y amenazas. Es la misma joda de siempre: la libertad con la que operan desde las cárceles y nosotros somos los que lo soportamos en la calle”, expresó.
Para Javkin, Rosario “está enfrentando múltiples desafíos al mismo tiempo”.
¿Paro?
Desde los gremios que agrupan a los docentes públicos (Amsafé) y a las escuelas privadas (Sadop) advirtieron que ante un nuevo ataque habrá “cese de actividades o paro”. El delegado en Rosario Juan Pablo Casiello decribió como “un salto a la impunidad de las bandas narcopoliciales” las balaceras a los dos colegios del último fin de semana.
“Pasó, justamente, en los dos barrios -Ludueña y Empalme Graneros- los más custodiados en Rosario. Si estando tan custodiados pueden balear escuelas, entonces los narcos nos están diciendo que pueden balear con total impunidad a cualquiera a cualquier hora”, señaló el dirigente docente de Amsafé.
Al denunciar la falta de seguridad en los barrios de la periferia de Rosario, Casiello aseguró: “Basta con solo caminar por el barrio donde mataron al niño y alumno, Máximo Jerez, (NdeR: Los Pumitas) para ver que hay solo tres gendarmes cada 500 metros”.
“Semanas atrás se produjo el octavo desembarco de fuerzas federales a los barrios más calientes y no hay solución, la situación de violencia se agravó y hoy tenemos más muertos y más violencia”, denunció el sindicalista.
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