Las escuchas a la banda del célebre narco “Ojito” que intentó contrabandear a España cocaína de máxima pureza

Ignacio Actis Caporale es un nombre conocido en el hampa, protagonista de una historia criminal cinematográfica. Sus fugas y el truco del doble fondo en una chopera de cerveza. La venganza que planeaban sus cómplices

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Video: las escuchas a la banda y la captura

El rosarino Ignacio Mario Actis Caporale, alias “Ojito”, no es un narcotraficante famoso por el ejercicio de la violencia, pero sí por su astucia para mantenerse prófugo.

Hoy, de 34 años, es investigado como integrante de una organización con lazos internacionales que se dedicaba a la venta de marihuana, cocaína, LSD y éxtasis en Rosario y en Buenos Aires. “Ojito” empezó a figurar en las crónicas policiales en septiembre de 2012, cuando protagonizó su primera huida. De acuerdo a investigadores judiciales, mientras volaba desde Colombia hacia Argentina, se enteró de que estaba siendo allanada parte de su banda y aprovechó la escala en Perú para esfumarse.

Volvió a escapar en abril de 2013, cuando se desplazaba en un Audi por Rosario y logró sortear una persecución policial que incluyó un tiroteo entre la Policía de Santa Fe y sus cómplices.

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La tercera fuga también fue insólita. Ocurrió en septiembre de 2013 en la terminal de Retiro, cuando Actis Caporale se bajó de una Toyota Hilux, escuchó la voz de alto de policías que se dirigían hacia él y corrió entre las plataformas de los micros hasta perderse en una de las bocas del subte. Una vez arrestado, el narco pidió ser un arrepentido. Así, delató frente al fiscal federal Claudio Kishimoto y a la PROCUNAR a los escalones superiores de su vieja banda. Aseguró, con datos precisos, que él trabajaba para la Policía de Santa Fe.

La cocaína incautada
La cocaína incautada

En diciembre de 2016, volvió a ser detenido por la Policía de Seguridad Aeroportuaria en el autódromo de Buenos Aires, mientras corría una carrera bajo el seudónimo de “Alex Aqua”. Había pasado cuatro años sin que lo atrapen.

Finalmente, Actis Caporale fue condenado por narcotráfico el 11 de marzo de 2021 a la pena de 9 años y 6 meses de prisión, pero ya en marzo del año pasado recibió la libertad condicional por resolución del Tribunal Oral Federal Nº3 de Rosario. No iba a quedarse quieto por mucho tiempo.

En las últimas semanas, Actis Caporale y su banda volvieron a ser noticia por su regreso a la acción. La Policía de la Ciudad, bajo las órdenes del juez en lo penal económico Pablo Yadarola y la fiscal Gabriela Ruiz Morales, arrestó a tres miembros de su organización por un truco artero: contrabandear un kilo de cocaína oculto en el doble fondo de una chopera de cerveza que iba a ser enviada a España, vía DHL. El polvo era de máxima calidad, 91% pura, uno de los porcentajes más elevados en la historia reciente.

Dos de sus jugadores fueron espiados con escuchas telefónicas que ilustran esta nota. Eran bastante cándidos al hablar. “Estamos en Ciudad de Buenos Aires, Gran Hermano esto, te siguen hasta la casa”, dice uno. “¿Cuándo decís que explota esto?”, responde el otro. “Ya saben todo. Se mandaron a un lugar al que hace falta mucho coraje mandarse porque te agarran”, reconoce.

"Ojito" Actis Caporale al ser detenido en 2016
"Ojito" Actis Caporale al ser detenido en 2016

La investigación se inició en diciembre de 2022, cuando la Aduana detectó el envío en el Aeropuerto de Ezeiza. Así, comenzaron a rastrear el camino de papeles del envío. Llegaron a “La China”, una mujer con domicilio en Mataderos, que fue mencionada en las escuchas en repetidas ocasiones. Por ejemplo, fue quien habría llevado el paquete para su envío en una sucursal de DHL de la avenida Cabildo, a bordo de un Chevrolet Onix. El piloto de ese auto luego fue identificado también.

“Ojito” Actis Caporale fue identificado, según investigadores, como el posible dueño de la cocaína.

Actis Caporale fue aprehendido el 29 de marzo pasado en territorio porteño, donde había fijado residencia, estando en libertad condicional. La captura se concretó por la División delitos contra la salud y seguridad personal cuando se hizo presente en la Comisaría Vecinal 6A, donde se acercaba mensualmente a presentar la documentación correspondiente debido a su situación judicial.

Luego, los investigadores lanzaron ocho allanamientos en CABA, La Tablada y Lomas del Mirador, con tareas de la Dirección de Delitos Complejos, el Departamento de Delitos Contra la Salud Pública y Delitos Contra la Salud y la Seguridad Personal, todos de la fuerza porteña. Cayeron otros tres cómplices. La lealtad de la banda no parece total. “Es raro que alguien se mande por DHL una chopera a España”, dice uno de los detenidos a otro.

La droga en la chopera nunca llegó a destino, algo que levantó las sospechas de los traficantes y que los llevó a no realizar un segundo envío. En las escuchas hablan, incluso, de, una “venganza”, posiblemente dirigida a Actis Caporale. Pensaron en hacerse personal por personal de Aduana para reclamar un rescate, 10.000 dólares para recuperar el envío en un depósito.

Actis Caporale y el auto que solía correr
Actis Caporale y el auto que solía correr

Actis Caporale: narco y buchón

En su declaración como arrepentido, “Ojito” afirmó que sus superiores eran Alejandro Druetta, ex jefe de Drogas Peligrosas de Venado Tuerto y Villa Constitución y, al momento del “arrepentimiento”, titular de Contrainteligencia de la Policía de Investigaciones. El otro era Juan “Tiburón” Delmastro, integrante del Comando Radioeléctrico.

Los agentes apuntados como superiores también recibieron penas. A Druetta le dieron 10 años y a Delmastro, 7 años. Un dato curioso fue que “Tiburón”, a la hora de ser condenado por formar parte de la misma estructura narco junto “Ojito”, ya cumplía una condena a 6 años y 6 meses de prisión como miembro de la banda Los Monos.

De acuerdo a la acusación que llevó adelante el fiscal federal Federico Reynares Solari, la organización que integró “Ojito” funcionó desde el 5 de julio de 2007 hasta el 26 de septiembre de 2012. Según las nuevas acusaciones de la Justicia en lo Penal Económico, volvió al ruedo con una meta ambiciosa: contrabandear cocaína a España es una máquina de imprimir dinero para cualquier traficante ágil. Un kilo que cuesta 2.500 dólares en Bolivia supera los 30 mil euros del otro lado del Atlántico.

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