Tan solo un instante, un momento, la vida puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos, así lo demostró el caso del colectivero asesinado en Virrey del Pino, La Matanza. La cruel realidad que atraviesa el conurbano bonaerense también se refleja en el relato de los testigos del hecho, entre ellos una joven madre que viajaba con su hija y que vio la muerte a los ojos: “En 12 segundos se me paralizó la vida”.
Las duras palabras son de Yamila, una joven de 27 años que viajaba en el primer asiento del colectivo junto a su pequeña hija cuando el colectivo fue asaltado por los dos delincuentes. “Fueron los 12 segundos más horribles, el hilo entre la vida y la muerte, ese tiro podría haber sido para mi o para mi hija”, sostuvo la chica en diálogo con TodoNoticias.
Días después del hecho, la joven sigue sintiendo las consecuencias de haber pasado por el terrible hecho y así lo relata. “Hoy me levanté pero, recién ahora voy cayendo de todo, veo un auto y me persigo, sueño y salto ante cualquier ruido como si fuera un tiro. Estoy muy mal, sin poder dormir, nerviosa, temblando todo el tiempo, con pánico. Hablamos con mi mamá del hecho, o viene un familiar a verme y recordarlo es temblar, no quiero salir a la calle a comprar”.
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Según explicó la chica, que vio de primera mano la muerte de Pedro Daniel Barrientos, los delincuentes estaban esperando en la parada como si fueran dos pasajeros. Sin embargo, al subir, ambos sacaron sus armas, una apuntando al chofer y otra a ella. En ese sentido, Yamila contó cómo recuerda esos instantes, los cuales parecieron pasar en cámara lenta: “Cuando me apuntan a mi no quise levantar la vista por si se enojaban. El que viene por mí solamente me arranca la mochila de la mano, ahí tenía el celular. El que apunta al chofer no le escuché decir nada, no le habló, el que habla es el que roba. Cuando el chofer se inclina a la ventanilla el ladrón le dispara, creo que pensó que iba a sacar algo para defenderse, pero ellos siempre dejan sus pertenencias al costado del asiento, yo creo que quiso agarrar su celular o billetera para dárselo y ahí recibe el disparo”.
Según el relato de la víctima de robo, una vez que los delincuentes huyeron los pasajeros llamaron a una ambulancia, la cual tardó entre 40 y 50 minutos en llegar. Desde entonces, la joven se encuentra con estrés postraumático y denuncia que no recibió asistencia de ningún área de la municipalidad ni del Gobierno. “No me ofrecieron asistencia psicológica. Mi hija fue el miércoles a la escuela, la maestra me dijo que no quiso hacer nada y es raro porque ella siempre participa. Inmediatamente lo asocié a eso. Hace mucho no salía a la madrugada por miedo. Cuando llamo a mi mama de otro número la llamó en shock y llorando, llegó mi mamá, mi marido. Imaginate que antes no quería salir y ahora menos. Esperaba que me llamara alguien, pero no”.
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Por último, Yamila también contó cómo la sigue afectando la situación por miedo a recibir amenazas si diera información de los ladrones. El sentimiento es tan fuerte que no quiere acceder a sus redes sociales: “No pude entrar a mis redes porque estoy tan en shock que se me borran las cosas y tengo miedo de abrirlas. Acá se conocen todos, me conocen a mi y a mi mamá. Si bien yo solo describí las características que vi, yo vivo con miedo, nerviosa, en pánico, todo lo que ocasiona esto, disparó a un metro mío”.
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