Un complejo carcelario ubicado en el extremo Oeste de Rosario fue atacado a tiros en el mediodía de este miércoles. Dos personas en moto dispararon, al menos, cinco veces. El hecho tiene antecedentes cercanos: la misma penitenciaria ya había sido blanco de ataques a tiros en otras cuatro ocasiones desde mayo del año pasado; la última había sido hace dos meses.
La balacera se produjo contra la Oficina de Recepción de Detenidos de Rosario, un edificio conocido como Order que está localizado en la calle 27 de Febrero al 7.800. Se trata de un predio que abarca, entre otras unidades, a la cárcel de mujeres de esa ciudad santafesina. Fuentes policiales comunicaron que, tras la alerta, tres policías se acercaron hasta allí y se entrevistaron con la directora del lugar.
La mujer les relató que escuchó alrededor de cinco detonaciones. Los policías realizaron un rastrillaje por la zona, sin éxito. Poco después, personal de la Agencia de Investigación Criminal trabajó en la escena por disposición del Ministerio Público de la Acusación. Los agentes contabilizaron cuatro impactos de bala en uno de los laterales del complejo. También encontraron en la calle seis vainas servidas. No se registraron heridos por las balas, aunque una mujer debió ser asistida por lesiones que sufrió a causa de los vidrios que estallaron.
El de este miércoles es el quinto ataque contra esa cárcel en menos de un año. El primero fue la noche del 22 de mayo de 2022, cuando un sicario a pie abrió fuego contra la fachada y vehículos, y luego se subió a una moto. En ese momento se sospechó que era en pedido de liberación de Máximo Ariel “El Viejo” Cantero, el fundador histórico de Los Monos que había sido arrestado semanas atrás de ese hecho.
El segundo episodio sucedió el 20 de septiembre pasado. En ese caso, fueron 11 disparos que salieron desde un auto blanco, y se presume que fue una intimidación a delegadas de pabellones por palizas que habían sufrido internas a manos de otras reclusas. Eso surgió a partir de un confuso mensaje escrito a mano que dejaron los agresores y que decía lo siguiente, de manera textual: “Si se siguen prestando con René y los Funes que hacen verduguear a las pibas presas, le vamos a empezar a la familia a las que se sigan emprestando a hacer eso. Primero y último aviso! Saben que no jodemos” (sic).
El tercer ataque ocurrió el 28 de diciembre de 2022. En aquella ocasión hubo dos balaceras simultáneas, ya que casi al mismo tiempo desconocidos dispararon contra las instalaciones de la Televisión Litoral. No hubo lesionados, pero sí quedaron visibles los impactos de los proyectiles en parte de la mampostería de los postes del frente del canal.
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El más reciente de los atentados fue el 2 de febrero pasado. Los autos de dos agentes penitenciarios recibieron entre seis y siete disparos, y tampoco hubo heridos. Horas antes de eso, una comisaría de la vecina ciudad de Villa Gobernador Gálvez había sido baleada por dos personas en moto que dejaron un cartel mafioso dirigido a presuntos integrantes de la barra brava de Newell’s.
Esta semana se había registrado otro hecho contra un blanco que ya parece tan elegido como las cárceles: las entidades bancarias. Fue durante la madrugada del lunes en el supermercado La Gallega del barrio Fisherton, en la parte Noroeste de ciudad, una zona residencial de ingresos medios y altos y conocida por ser la tierra de la ex leona Luciana Aymar. Allí, un cajero automático que está dentro fue baleado. Es la cuarta vez en lo que va del año que sucede un ataque de este tipo vinculado a entidades bancarias en Rosario.
Según los datos que recolectaron los investigadores policiales, el cajero baleado estaba fuera de funcionamiento desde el viernes de la semana pasada. Sin embargo, se presume que un sicario ingresó, dejó un papel en el interior, y al irse abrió fuego contra la puerta de ingreso. Fueron cinco tiros. El mensaje mafioso en el papel rezaba: “Pabellón 27, de alto perfil: Matías César, pedazo de ortiva, gato de peruano, dejá de nombrar pibes y parate de manos. Sos 2020″.
Matías Nicolás César, el preso mencionado en la nota, es conocido en las crónicas policiales porque fue condenado a 20 años de prisión a finales de septiembre de 2021 por haber sido considerado uno de los que planificó los atentados a tiros de Los Monos contra edificios judiciales, domicilios de jueces y de policías.
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