El viernes 31 de marzo a las 19:30, el cuerpo de Emmily Rodrigues, la joven fallecida el día anterior en medio de un confuso episodio en una fiesta en el departamento de Recoleta del empresario Francisco Sáenz Valiente, atravesó la correspondiente autopsia en la Morgue Judicial de la calle Viamonte. Había sido pronunciada muerta en el hospital Fernández, donde llegó ya sin vida, luego de que Sáenz Valiente mismo llamara al 911 en dos ocasiones. “Politraumatismos”, fue el diagnóstico inicial.
Según declararon el empresario y su amiga J., presente en la fiesta, que había llevado a Emmily al encuentro, la joven brasileña de 26 años habría sufrido un brote psiquiátrico, mordió a ambos en medio de una escena de gritos, intentó abrir las ventanas del frente del departamento, para luego lanzarse por las aberturas que daban al pulmón.
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“Comenzó a gritar como estando poseída, girando sus ojos hacia atrás, quedaron en blanco y comenzó a rezar en voz alta, acercándose a las ventanas”, dijo J. a la Justicia en su testimonial posterior. La mujer, que conocía a Sáenz Valiente hace años, brasileña como Emmily, había llegado junto a la joven fallecida al departamento a las 3 de la mañana.
Habían pasado por el bar Isabel poco antes. Allí, aseguró J., se encontraron con Romário, el astro del fútbol brasileño. Tras una serie de llamados con Sáenz Valiente, se dirigieron a su piso en la calle Libertad. Horas después, el SAME y la Policía de la Ciudad encontraban el cadáver de Rodrigues.
La muerte es investigada en un expediente a cargo del fiscal Santiago Vismara y el juez Martín Del Viso, que mantienen detenido a Sáenz Valiente. La calificación en su contra es la de femicidio, pero no en una forma usual. Sáenz Valiente, por lo pronto, es investigado por su participación en los hechos que llevaron a la muerte.
Las conclusiones de la autopsia, confía su defensa, encabezada por los abogados Facundo Orazi y Rafael Cúneo Libarona, podrían beneficiarlo. El daño que recibió el cuerpo fue extenso, según el reporte firmado por el forense Héctor Di Salvo, una eminencia en su disciplina, el autor de la autopsia al cuerpo del fiscal Alberto Nisman.
Se contaron 27 heridas superficiales distintas entre hematomas y equimosis, algunas de gran tamaño, escoriaciones en brazos y rodillas, en la ingle. Sus pulmones fueron desgarrados, así como su hígado. Sufrió una triple fractura en su pelvis una fractura expuesta en su muslo derecho. Su cráneo, en cambio, no presentó traumatismos.
En sus conclusiones, el forense Di Salvo afirmó que todas estas heridas eran compatibles con la caída que sufrió, “por el choque con o contra superficies duras”, aseveró. No se hallaron, por ejemplo, lesiones compatibles con abuso en sus genitales. Tampoco se hallaron heridas compatibles con maniobras defensivas ante un ataque.
En el estudio también se tomaron muestras por debajo de las uñas de Rodrigues, así como hisopados a sus orificios. Se recolectó sangre para un estudio toxicológico. La testigo J. aseguró que en la reunión se consumió vodka, cocaína, champagne, marihuana y “tusi”, comúnmente conocida como cocaína rosa, que, según J., fue mezclada en las bebidas. La misma testigo aseguró que Emmily solo había consumido marihuana. La mezcla de cocaína y “tusi” en el organismo, coinciden especialistas, podría provocar una fuerte reacción adversa, al potenciarse ambas sustancias.
El resultado del test de sangre a la víctima podrá confirmar o descartar sus dichos.
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