Su negocio tenía una fachada legal. Por eso, Mariano Agustín L. lo operaba con normalidad. Sabía que, ante la mínima sospecha de las autoridades por el cultivo de plantas de cannabis en su hogar de la localidad bonaerense de Esteban Echeverría, tenía con qué eludir los controles: estaba autorizado por entes nacionales para hacerlo con fines medicinales.
Sin embargo, lejos de utilizarlo para contrarrestar los efectos de alguna enfermedad, el joven 28 años había montado un gran indoor de marihuana en su casa, donde tenía más de siete kilos de cogollos y 425 plantas que usaba para comercializar en un círculo muy cerrado de clientes y de alto poder adquisitivo.
Finalmente, lo descubrió el área de Drogas Ilícitas Ezeiza de la Policía Bonaerense, cuando realizó un allanamiento en su casa, a cargo del juez federal Federico Villena.
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La investigación había comenzado en febrero pasado tras la detección de movimientos extraños en el domicilio de Mariano Agustín L. y terminó con su arresto y el de otros tres socios del sospechoso: Emanuel Luciano (28), Iván Gabriel (29), Guadalupe Jazmín (22).
Allí, los agentes se encontraron con que Mariano Agustín L. había montado un lugar especialmente acondicionado con sistemas eléctricos, de ventilación, iluminación, con purificadores de aire y agua para producir flores o cogollos.
Lo hacía valiéndose de que se encontraba registrado en el Programa de Cannabis del Estado Nacional para el cultivo medicinal, con su supuesto carnet del REPROCANN. Sin embargo, fuentes policiales señalaron que la documentación presentada para obtener dicha autorización exhibía “evidentes diferencias en las certificaciones médicas, lo cual hacía dudar de su validez y legalidad”.
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Asimismo, la cantidad encontrada en la vivienda allanada excedía lo impuesto por la ley.
“El principal acusado habría utilizado los permisos para eludir controles de la Justicia y brindar una fachada legal a sus actividades espurias con el único propósito de enriquecerse ilegítimamente a través de la venta de sustancias vedadas por la ley”, asegura un investigador del caso.
Los teléfonos de Mariano Agustín L. fueron intervenidos en el marco de la causa. En las escuchas, se determinó además que el acusado no actuaba solo: contaba con socios que realizaban su misma actividad y que, al igual que él, vendían el cultivo mediante entregas de delivery.
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La Delegación Departamental de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas Ezeiza de la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas de la Policía de la provincia de Buenos Aires, además de allanar la plantación principal, cumplió otras cuatro órdenes de procedimiento donde se detuvo al resto de los involucrados.
Además, de las plantas, se secuestró una importante cantidad de drogas ilegales y equipos sofisticados para el cultivo y desarrollo de especies vegetales prohibidas. Entre ellos, siete indoors completos, 13 equipos de luces LED y alto consumo, semillas, fertilizantes y pesticidas.
La causa se investiga como “tenencia de estupefacientes con fines de cultivo y con fines de comercialización”.
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