Fue un olor nauseabundo lo que alertó al matrimonio Balmori Samudio. La pestilencia se filtraba por la habitación de la planta alta de la casa, ubicada en la calle Pilcomayo 4.400 en la localidad bonaerense de Bernal, donde dormía uno de sus hijos: Erwin (24). Como no lo veían desde el viernes, el llamado al 911 se tornó urgente. Al ingresar al lugar, los policías de la Comisaría 7ª se encontraron con el cadáver del joven tendido en la cama y tapado con una frazada. Sin embargo, al remover el cubrecamas, la hipótesis de la muerte natural quedó totalmente descartada: había sido apuñalado.
Por el estado del cuerpo, los investigadores estimaron que el crimen se había cometido 72 horas antes, es decir, el viernes pasado. Más tarde, los datos de la autopsia revelaron que el hombre de nacionalidad paraguaya falleció a causa de una perforación cardíaca. Por el crimen quedó detenido su hermano mayor, Edwars Balmori Samudio (25).
Según pudo saber Infobae, todo comenzó cuando Edwars descubrió que su hermano, Erwin, tenía una relación sentimental paralela con su novia. Al enterarse, el joven -que no vivía en el mismo domicilio que sus padres, sino a tres cuadras- fue a confrontarlo. “Decime la verdad, ¿estuviste con ella?”, lo increpó. “Sí. Superalo”, le habría contestado el menor.
Las palabras de Erwin calaron hondo en el mayor de los Balmori Samudio quien tomó un cuchillo y apuñaló, al menos, tres veces a su hermano: en el abdomen, el tórax y el cuello.
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Tras el crimen, Edwars acostó a su hermano en la cama, lo tapó, cerró la puerta de la habitación con llave y se fue. Antes de partir, se llevó el teléfono celular de Erwin y, una vez en su domicilio, colocó el chip en su aparato. De acuerdo a la reconstrucción que lograron hacer los investigadores, durante los días siguientes, el agresor se dedicó a contestar algunos mensajes o “clavar visto” a los que le llegaban, con el objetivo de “despistar” al entorno de su hermano. “Nadie sospechaba que estaba muerto porque, estaba ‘en línea’”, explicaron a este medio fuentes con acceso al expediente.
Tres días después, el olor nauseabundo -proveniente del primer piso de la casa, donde dormía la víctima- alertó a sus padres. Tras subir a la planta alta, intentaron mirar a través del agujero de la cerradura de la puerta, pero como no lograron ver demasiado. Llamaron al 911.
Al comprobar que no se trató de una muerte natural, los agentes de la Comisaría 7ª de Quilmes comenzaron a hacerles preguntas a los familiares. En ese momento notaron que el hermano de la víctima empezó a ponerse nervioso. Al final, según reveló una fuente del caso a Infobae, el hombre terminó confesando el crimen. “Fui yo. Yo maté a mi hermano”, dijo ante la mirada atónita de su familia.
Luego explicó que lo hizo porque se enteró de que mantenía una relación amorosa paralela con su actual pareja.
Lo que siguió fue un allanamiento de urgencia en el domicilio del agresor, ubicado en la calle 171 al 2.500. Allí, agentes de la Policía Bonaerense secuestraron las prendas de vestir manchadas con sangre y el celular de la víctima.
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El caso lo investiga el fiscal Ariel Rivas, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°1 de Quilmes, quien resolvió, entre otras medidas, detener e imputar a Edwars Balmori Samudio por el delito de “homicidio agravado por el vínculo”. Este martes, el acusado, se negó a declarar.
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