Mirta Piris (48), quien se desempeñó como cuidadora suplente en un hogar de niños, niñas y adolescentes de la provincia de Misiones entre 2010 y 2018, reconoció haber corrompido a 11 de ellos y pactó un juicio abreviado por 25 años de cárcel. Aun así se quejó entre lágrimas: “¿Por qué tanto tiempo?”. El acuerdo, cerrado el 3 de abril pasado, resta ser homologado por los camaristas del Tribunal Penal N°2 de Posadas. La mujer permanecerá alojada en la Unidad Penal V del Servicio Penitenciario Provincial.
A 3 años, 4 meses, y 24 días desde que se radicó la primera denuncia, el caso que a fines de 2019 atravesó a la comunidad del hogar “Jesús Niño” y a los habitantes de la ciudad misionera de Puerto Rico, llegó a su fin. Fue después de un acuerdo entre el fiscal del Tribunal Penal Nº2 de la Primera Circunscripción Judicial de la Provincia de Misiones, Vladimir Glinka; la imputada y su defensor particular, Marcelo Javier Saucedo Aguirre.
La modalidad elegida, según confiaron fuentes de la investigación a Infobae, fue para evitar el juicio oral y la revictimización de los denunciantes, ante la posible mediatización del caso. El documento, al que accedió este medio, la declara “autora penalmente responsable del delito de Corrupción de menores agravado -varios hechos- y en concurso real previsto y penado por el artículo 125 del Código Penal Argentino englobado en la Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, en función del artículo 55 del mencionado cuerpo legal y en carácter de autora”.
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De acuerdo a la información que figura en el expediente, la investigación arrancó el 8 de noviembre de 2019, cuando Raimundo Hillebrand, quien se encontraba ejerciendo funciones de director del Hogar “Jesús Niño”, tomó conocimiento por parte de la Psicóloga Ilga Gunther Melot que una niña que se encontraba internada había sido maltratada y abusada por parte de Piris, quien se había desempeñado como cuidadora suplente de la institución desde 2010 y hasta 2018.
Para dimensionar las espeluznantes aberraciones cometidas por Piris es clave entender el funcionamiento del hogar. Allí, los chicos se distribuyen por edad y en distintas casas, siempre a cargo de una “mamá sustituta”, que trabaja de manera interdisciplinaria junto a un equipo de psicólogas y psicopedagogas. Ahora bien, cuando la persona que cumple el rol de “madre” se enferma o se toma vacaciones, quien la reemplaza es la “tía sustituta”. La acusada era una de ellas.
Según consta en la causa, la mujer ingresó como “cuidadora suplente” en 2010, pero los hechos de corrupción comenzaron cinco años después, es decir, en 2015, y se extendieron hasta 2018, de acuerdo con las declaraciones de las 11 víctimas en Cámara Gesell. “Aprovechándose de su situación de persona encargada de la guarda y educación de los menores, cuyas suplencias demandaban tiempo de 24 horas y fines de semana, Piris golpeaba e insultaba a los chicos y también los corrompía sexualmente”, indica uno de los párrafos del acta firmada este lunes.
Sobre esto último, uno de los investigadores reveló a Infobae el modus operandi que la mujer repitió en reiteradas ocasiones. “Cuando llegaba la noche les proponía hacer una especie de ‘Pijama party’. El mismo consistía en sacar los colchones de las habitaciones y llevarlos al living de la casa, donde los obligaba a desnudarse y realizar actos sexuales bajo amenaza. Mientras los filmaba con el celular y les daba indicaciones de lo que debían hacer”.
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El poder que Piris ejercía sobre sus víctimas era total. “Además, tendía a proteger a los varones quienes, muchas veces y durante su ausencia, sometían a las niñas. Convirtió a víctimas en victimarios y se ocupó de que ‘cuidaran el secreto’, ya que, cuando volvían las ‘madres sustitutas’, nadie decía nada”, agregó otra fuente de la investigación.
Al testimonio de la primera niña, que dio pie a la denuncia e inicio de la investigación en noviembre de 2019, se sumaron otros diez. En total fueron 11 las víctimas. Un mes después, Piris quedó detenida y alojada en la Unidad Penal V del Servicio Penitenciario Provincial, donde cumplirá su condena hasta 2044, ya que por el tipo de delito no tiene acceso a la libertad condicional.
Cuando le allanaron el domicilio, en el Barrio los Nogales de Misiones, los investigadores no pudieron encontrar los videos que grababa con su celular. Al parecer, explicaron a este medio, logró deshacerse de ellos. Sin embargo, la imputada olvidó borrar el historial de búsqueda. Al analizarlo, los peritos comprobaron que consumía pornografía infantil e incestuosa.
En los próximos días, el acuerdo de juicio abreviado será elevado a los jueces César Antonio Yaya, Gregorio Augusto Busse y Carlos Jorge Giménez, encargados de homologar el acta y fundamentar el fallo.
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