Después de quitarle la mochila a una pasajera de la línea 620 y de matar al chofer Pedro Daniel Barrientos (55) la madrugada del lunes pasado, los delincuentes huyeron corriendo y a los tiros de la escena del crimen, en la esquina de Escribano y Cuellen, en el barrio Vernazza de Virrey del Pino. Los investigadores están convencidos de que luego escaparon en un auto, el mismo que hallaron quemado y abandonado a unas 50 cuadras de donde asesinaron al colectivero horas después.
Ese coche, un Fiat Siena gris, había sido robado el 25 de marzo pasado y este miércoles atraparon al sospechoso de ese hecho: tiene 23 años y le dicen Pancho. Las fuentes consultadas lo identificaron como A.F.G. y lo arrestaron en Ciudad Evita: en su casa secuestraron un revólver calibre .32 que había sido robado el 21 de mayo de 2015 en Esteban Echeverría, siete municiones y dos handies.
“El día del robo, el sospechoso pidió un viaje por una aplicación de viajes en San Justo para ir hacia Ciudad Evita, asaltó al conductor y se llevó el auto”, explicaron los detectives.
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Por ello, este miércoles, en uno de los siete operativos de la DDI de La Matanza para atrapar a Pancho los policías secuestraron en dos de los domicilios un celular, ya que se sospecha que recibía a su billetera virtual transferencias vinculadas a los involucrados; y otro teléfono que facilitaba su cuenta de una plataforma de compra y venta on line a los sospechosos.
Fuentes de la investigación consultadas por Infobae explicaron que este arresto “no se vincula con el homicidio, sino que se siguió hacia atrás el camino del coche” que se usó para escapar de donde mataron a Barrientos y “así se llegó al autor del robo”.
El auto, un Fiat Siena patente AA-185-NL, fue encontrado el mismo lunes del asesinato en la zona donde detuvieron al primer sospechoso, Alex Gabriel Barone (19): había sido quemado y abandonado.
El arresto y el hallazgo del coche Fiat ocurrió en las calles Guanabara y Fortin Yunca, en barrio Esperanza de Virrey del Pino, a unos cinco kilómetros del lugar del crimen.
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Hasta allí llegaron los policías siguiendo la geolocalización del teléfono que había sido robado a la pasajera que iba en el colectivo que conducía Barrientos: lo tenía en la mochila que se llevaron los delincuentes.
Cuando los policías llegaron al lugar y hallaron el auto, notaron que en esos momentos salía de ese lugar un Chevrolet corsa de color gris, a gran velocidad. Quien iba a bordo de ese vehículo era el primer detenido del caso que investiga el fiscal de la UFI de Homicidios del departamento judicial de La Matanza, Gastón Duplaá.
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Ese sospechoso fue identificado en rueda de reconocimiento por uno de los testigos del homicidio. El acusado y su familia sostienen que es inocente. Le imputaron el delito de homicidio criminis causa (matar para ocultar otro delito) agravado por el uso de arma y robo agravado.
La misma calificación legal le valió al segundo sospechoso que fue detenido por el crimen de Barrientos: Daniel Alejandro Barone, un changarín de 24 años que fue arrestado en Gregorio de Laferrere. Dos testigos del crimen lo identificaron en rueda de reconocimiento. Este miércoles fue indagado por el fiscal Duplaá y, fuentes con acceso al expediente aseguraron que, se declaró inocente.
Pese a esos reconocimientos, ninguno de los testigos señaló a los detenidos como el hombre que le disparó al chofer de la unidad de la empresa La Ideal de San Justo.
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Mientras tanto, el fiscal busca determinar si la Beretta calibre .40 milímetros hallada en la escena del crimen fue disparada y si la bala que mató a Daniel Barrientos salió de esa pistola. Para ello, el 21 de abril próximo se realizará la microscopia Electrónica de Barrido sobre el arma que habrían descartado los autores del crimen del chofer de la línea 620 la madrugada del lunes pasado.
Ese estudio permitirá conocer si la pistola fue disparada. Además, buscan establecer si se corresponde con la bala que mató al chofer de 55 años.
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