Este viernes finalizó el juicio contra 13 policías por el crimen de Blas Correas, ocurrido en agosto de 2020 durante un control vehicular. Lucas Damián Gómez (37) y Javier Catriel Alarcón (33), los oficiales que le dispararon y mataron al chico de 17 años, fueron condenados a prisión perpetua.
Además, otros nueve efectivos de la fuerza provincial fueron declarados culpables de los delitos de encubrimiento, falso testimonio y omisión de los deberes de funcionario público. Recibieron penas que van desde los dos años y medio de cárcel condicional a los cuatro años y 10 meses de encierro. En tanto, el tribunal técnico absolvió a los restantes dos acusados que llegaron a debate.
Tras la lectura del veredicto, la madre de la víctima, Soledad Laciar, brindó una conferencia de prensa en la que expresó su conformidad con el fallo, en especial porque el tribunal habló de violencia institucional y promovió medidas reformas legales para acabar con ello.
“En lo personal, siento que la misión está cumplida porque hemos demostrado que hubo violencia institucional”, dijo la mujer. Y amplió: “Dimos un gran paso. Demostramos lo que veníamos diciendo prácticamente desde que comenzó: que no eran 10, 13 o 20 locos que equivocadamente estaban en la fuerza, sino que hay todo un sistema aceitado que funciona con la venia del poder político para que estos casos ocurran”.
“Acá hubo una falencia en la seguridad y la política tiene que hacerse cargo —insistió Laciar—. Esto le podía pasar a cualquiera y mucha gente sintió eso cuando asesinaron a Blas. Por eso tengo la esperanza de que ahora empieza un camino nuevo y algo va a cambiar. Hoy somos muchos más los que luchamos contra la violencia institucional. No podemos permitir nunca más que estos casos queden en el olvido”.
Te puede interesar: Condenaron a prisión perpetua a los dos policías que dispararon y mataron a Blas Correas
La mamá de la víctima reveló que tenía “dudas” del tribunal antes de la resolución. “Porque en esta provincia la Justicia muchas veces no fue justa”, explicó. Por eso, sostuvo, “la sentencia fue mucho más allá de lo que esperaba”.
“Hoy la Justicia me dio una gran señal de que se puede confiar. Me acerqué un poquito a la Justicia y estoy agradecida. Y el próximo paso es acercarme a las fuerzas policiales. Creo que eso depende del gobierno. Deseo que todas las cosas tan importantes que se dijeron en la sentencia se cumplan, que en este momento estén tomando nota y estén preocupados y ocupados en hacer algo”, deseó la mujer que estuvo acompañada de Fernando Correas y Juan Segundo Pavez Laciar, padre y hermano de Blas respectivamente, y el abogado de la familia, Alejandro Pérez Moreno.
En esa línea, también dijo que “Blas, desde donde esté, está contento porque se hizo justicia”.
Además, la madre se refirió a dos de los acusados en particular: Leonardo Martínez y Rodrigo Toloza, para quienes los fiscales habían pedido cinco años de prisión por encubrimiento pero que resultaron absueltos. En este punto tampoco cuestionó la decisión de los jueces, sino todo lo contrario: “Si no tenían nada que ver, está bien y me alegro. Ojalá que ahora puedan disfrutar con sus familias. Nosotros siempre fuimos claros, no venimos a vengarnos de nada”.
La rueda de prensa fue organizada por Amnistía Internacional Argentina, que participó del juicio como veedora y acompañó a la familia de la víctima. Paola García Rey, directora adjunta de esa organización, también estuvo presente y dijo tras el fallo: “El asesinato de Blas marcó un antes y un después en la visibilización de la violencia policial en Córdoba. La sociedad en su conjunto exigió una justicia eficaz que garantice que el de Blas no se trate de otro caso más de violencia policial impune. Por eso hoy esta decisión simboliza un primer paso en la dirección correcta: cuando las instituciones judiciales investigan y se comprometen con la búsqueda de la verdad, puede haber justicia”.
Sin embargo, García Rey aclaró que “es urgente poder promover que casos como éste no sean la excepción sino la regla que empiece a regir, para poder reconstruir los niveles de confianza de la población hacia las fuerzas de seguridad y la justicia, hoy fracturada”.
Seguir leyendo: