Dos años y medio después del balazo policial que mató al adolescente Blas Correas (17) en Córdoba capital, este viernes por la tarde un jurado popular dará a conocer el veredicto del juicio contra 13 policías acusados por el crimen y el intento de encubrimiento (arma plantada incluida) del adolescente.
Después de dos horas durante las cuales los imputados dieron sus últimas palabras, el debate pasó a un cuarto intermedio para que los ocho ciudadanos que integran el jurado, más dos jueces técnicos de la Cámara, definan si son culpables.
Se estima que lean el veredicto cerca de las 16. Luego habrá una conferencia de prensa de la mamá de Blas, Soledad Laciar, junto a Aministía Internacional Argentina.
Lucas Damián Gómez, el cabo de la Policía de Córdoba que disparó la bala que mató a Blas, declaró en la sala delante de familiares y amigos de la víctima, además de jueces y jurados. El imputado, para quien la fiscalía pidió pena de reclusión perpetua, pidió perdón.
“Hace dos años y casi ocho meses que le vengo pidiendo a Dios por ustedes para que les dé la fuerza necesaria”, dijo mirando a los familiares y agregó: “Quiero realmente pedir perdón por lo sucedido. No fue mi intención quitarle la vida a nadie, eso mi Dios lo sabe”.
El debate oral por el crimen de Correas había comenzado en septiembre del año pasado y culmina este 31 de marzo. Antes del veredicto, los 13 acusados tuvieron la oportunidad de decir sus “últimas palabras” ante la Cámara 8ª del Crimen de Córdoba y del jurado popular que escuchó todas las audiencias y a todos los involucrados. Los jueces, luego, serán quienes impondrán la pena de prisión, en el caso que corresponda. Se estima que la comunicación de las condenas sea en las próximas semanas.
Hay dos policías apuntados por ser quienes dispararon contra el auto en el que iban Correas y otros cuatro amigos aquella noche de pandemia del invierno de 2020. Además de Gómez (37), que tiene antecedentes por encubrimiento de un abusador sexual, el otro policía implicado directamente en el asesinato es Javier Catriel Alarcón (33).
Sobre ellos pesa el delito de homicidio calificado por ser integrantes de la Policía y agravado por el uso de arma de fuego más tentativa de homicidio contra los cuatro otros chicos que iban a bordo del Fiat Argo, también agravado por el uso de arma de fuego y calificado por ser empleados de la fuerza de seguridad.
Te puede interesar: Dos años del crimen de Blas Correas: policías implicados, un arma plantada y protección de comisarios
El primero en declarar esta mañana fue Alarcón, quien no había aprobado en su momento el examen de tiro. Leyó un texto e intentó despegarse de la acusación. “No soy un asesino, no maté a nadie”, remarcó y aseguró, a pesar de las pruebas en su contra, que fue el “único que no desenfundó el arma”.
El agente ironizó sobre el rol de sus compañeros: “Muchos vinieron acá y dijeron que estaba mal, pero tuvieron dos años para pensar qué hacer. Yo tuve dos segundos y siempre actué de buena fe”.
Los fiscales del juicio, Fernando López Villagra y Marcelo Hidalgo, pidieron que a ellos dos se los castigue con la pena de reclusión perpetua. “Fue una masacre”, habían remarcado en el alegato de inicio del debate oral en la primavera de 2022.
Los representantes del Ministerio Público Fiscal cordobés solicitaron además entre 5 y 6 años de prisión para el resto de los acusados por participar de un plan torpe y macabro para encubrir el crimen, que incluyó un arma plantada en la escena del homicidio, presuntamente, por la cabo Wanda Micaela Esquivel, y un andamiaje de protección que incluye comisarios y subcomisarios.
Además de Esquivel, Sergio Alejandro González, Yamila Florencia Martínez, Walter Eduardo Soria, Enzo Gustavo Quiroga y Jorge Ariel Galleguillo, son considerados por el fiscal que investigó el caso como “autores del delito de encubrimiento por favorecimiento personal” agravado por tratarse de policías y por la gravedad del hecho.
Y, además, Leonardo Alejandro Martínez, Rodrigo Emanuel Toloza, Ezequiel Agustín Vélez, Leandro Alexis Quevedo y Juan Antonio Gatica deberán responder como autores de los delitos de falso testimonio y distintos tipos de encubrimiento, por entorpecer la investigación posterior.
Para todos ellos, Hidalgo además pidió una inhabilitación por 10 años para ejercer cargos públicos. Para él, los policías actuaron de una manera “despiadada y perversa”.
Además de Gómez y Alarcón, otros acusados decidieron hablar. La policía Esquivel, quien al admitir que plantó el arma podría ser beneficiada con una pena menor a la de sus compañeros y compañeras, lo hizo con la mirada puesta en los padres de Correas: “Lamento la muerte de Blas porque si pudiera cambiar algo lo haría. Me da vergüenza mi accionar, me cuesta mirarla a la cara. Me cuesta explicarle a mi hija lo que pasó. Si hubiera sabido algo más lo hubiera dicho en su momento, pero dije como fueron las cosas”.
La agente Martínez, con prisión domiciliaria igual que Esquivel, se declaró inocente del delito que se la acusa: “Jamás mentí, jamás formé parte de un encubrimiento, siempre dije la verdad. Sí cometí errores, estaba muy nerviosa, nunca había vivido algo así. Tenía muy poca experiencia en la calle pero nunca formé parte de un encubrimiento”. Además dijo que “admiraba la fuerza” de Soledad Laciar.
Las defensas pidieron la absolución de los imputados, excepto en el caso de Gómez. Gastón Schonfeld, defensor de este imputado, solicitó que se modifique la acusación de su cliente al entender que, de acuerdo las circunstancias de cómo ocurrieron los hechos, debería corresponder “homicidio agravado con exceso en la función”, o subsidiariamente “homicidio simple con dolo eventual”. Si bien la investigación determinó que la bala que él disparó fue la que mató a Blas, su abogado remarcó que no tuvo la intención de matarlo.
“Su intención fue tirar abajo, a las cubiertas (del auto) y por efecto propio del golpeteo, al momento del disparo, el arma se eleva”, intentó explicar Schonfeld y justificó que por esa razón los proyectiles impactaron en la luneta.
Nicolás Moyano y Hugo Luna, defensores de Alarcón, también pidieron la absolución de los cargos de la autoría y la tentativa de homicidio. Y consideraron que corresponde la acusación de “abuso de armas y daños”.
“La prueba balística determinó que Alarcón hizo un solo disparo, que impactó en la cubierta del automóvil, por lo tanto, no mató a Blas Correas”, remarcó Luna y agregó que “sí hubo exceso en el uso de armas, pero no hubo abuso”.
La madre de Correas, Soledad Laciar, pudo exponer sus últimas palabras delante de los jueces de la Cámara y del tribunal popular. “Pido una sentencia justa. No con ánimo de revancha, sino con búsqueda de justicia y de intentar dejar al descubierto este perverso mecanismo institucionalizado y naturalizado de violencia policial en Córdoba”, dijo la mujer, para quien ese mecanismo “se encargó de matar varias veces” a su hijo y de “mentir una y otra vez sobre los hechos” durante el juicio.
Laciar remarcó que “ha quedado absolutamente demostrado” que los policías “asesinaron y mintieron”, y reconoció que los 13 agentes “de algún modo, han sido víctimas del mismo y perverso sistema que los educó y les enseño a matar y mentir”.
Este viernes por la mañana, Laciar posteó una foto de su hijo en Instagram y escribió: “Llegó el día mi amor.... Hoy damos el primer paso. Quiero agradecer tanto tanto tanto amor que he recibido en estos días y a lo largo de estos años. No quiero nombrar porque no quiero olvidar a nadie. Hoy Blas va a tener un poquito de Justicia”.
Seguir leyendo: