La Justicia condenó a 4 años de prisión a un miembro de “Los Gorditos”, la banda narcocriminal de Rosario liderada por Brandon Bay, por reclutar “tiradores” desde la cárcel, ya que funcionaba como “interlocutor” del capo de la organización.
Se trata de Sebastián Aguirre, de 33 años, que fue encontrado culpable de formar parte de una asociación ilícita, esta causa se sumó a una sentencia anterior y la pena se unificó en siete años de prisión a través de un juicio abreviado.
La investigación en la que cayó Aguirre es mucho más grande, puesto que ya cuenta con ocho condenados y varios imputados. Las autoridades se percataron que, desde el arresto de Bay, la estructura de la banda narcocriminal creció y extendió sus negocios al cordón industrial, con apoyo policial y epicentro en el barrio Norte de San Lorenzo.
Aguirre era el encargado de cumplir las órdenes de Brandon Bay y de la hermana del narco, Aldana Bay, que además era pareja en ese momento. El líder de Los Gorditos era conocido por pedir que descuartizaran a sus rivales con una motosierra, “al estilo mexicano”, tal como indicaron fuentes judiciales a Télam.
En ese sentido, parte de las funciones del nuevo condenado eran “organizar distintos ataques armados perpetrados por la propia banda contra bandas antagónicas, encargándose puntualmente de coordinar, desde su lugar de detención, los objetivos o blancos de los ataques, según indicó el juez José Luis Suárez tras el procedimiento abreviado.
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Durante el juicio, el fiscal de la Unidad de Balaceras, Pablo Socca, planteó que Aguirre cumplió esas órdenes “al menos desde el mes de octubre del año 2020 a la fecha”, información que se pudo conocer gracias a algunas conversaciones interceptadas.
En uno de los diálogos entre el capo narco y su reclutador de “tiradores”, se pudo identificar a Bay decir: “Escucháme, de paso van a buscar el Tornado y de paso matamos a un par de zombies. Me voy a llevar a uno”. “Y...uno hay que llevarse, cuñado”, respondió Aguirre.
La conversación continuó y el jefe de la banda aseguraba: “No, uno, uno me voy a llevar... te mando un video con una motosierra, fijáte cómo lo voy a cortar en pedazo bien bien a lo mexicano le voy a dar”.
En ese tono, Bay brindó más indicaciones sobre cómo quería que sea el ataque que planeaban. “En auto me entran a buscar la moto y se llevan a uno y lo mandó a cortar en pedazos y que se vayan de la casa. Le mando un video así con la motosierra, ahí pam, pam, cortándolo en pedacitos, que se vayan de la casa porque si no... que se vayan todos de mi barrio”, ordenó.
Horas después de que Aguirre aceptara los cargos y acordara una condena vía Zoom, trascendió la información de que habría sido encontrado muerto en su celda. De acuerdo con la información de La Capital, cerca de las 20:15 del miércoles el celador del pabellón habría observado cómo el hombre realizaba maniobras para atentar contra su integridad física, por lo que el guardia le ordenó que cesara en esa actitud.
El recluso aparentemente no acató la orden del oficial penitenciario y habría comenzado a ahorcarse. De esta manera, el guardia notificó lo que sucedía, razón por la cual ingresaron a la jaula en la que cumplía condena. Según el medio, fue trasladado al hospital de Coronda, donde se habría declarado la muerte cerca de las 21 horas.
La banda criminal Los Gorditos nació hace aproximadamente seis años en los barrios de Tiro Suizo y la villa conocida como Flamarión, al sur de Rosario, pero tiempo después la influencia de Bay llegó a la zona norte de la ciudad. El fiscal de la ciudad de San Lorenzo, Aquiles Balbis, adelantó que pedirá prisión perpetua contra el capo narco por los tres homicidios ocurridos entre 2019 y 2020 en un intento de terminar con sus rivales en el territorio para hacerse fuerte en el narcomenudeo en el barrio.
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