Cristian Nicolás “Pupito” Avalle, preso en el penal federal de Ezeiza, fue el protagonista de 24 allanamientos ordenados el pasado martes por fiscales que investigan balaceras y homicidios en Rosario Está sospechado de haber planificado al menos dos asesinatos ocurridos entre el 3 y el 8 de diciembre, así como el primer tiroteo contra el medio de comunicación Televisión Litoral. Del contenido de uno de sus celulares se desprenden escalofriantes conversaciones con miembros de la célula de Los Monos con la que opera en Villa Gobernador Gálvez y la zona Sur de Rosario.
La pericia del teléfono de Avalle fue plasmada en un documento judicial de 664 páginas que contiene conversaciones vía WhatsApp con diferentes miembros de su banda. En todas las charlas se infieren instigaciones de cobro de extorsiones a comercios, de balaceras, filmaciones de crímenes por encargo y hasta negocios en la compraventa de vehículos y armas de fuego.
Con la persona que más hablaba “Pupito” era con su “mano derecha”, que es quien se encarga tanto de balear blancos como de reclutar “mano de obra” para perpetrar crímenes. Se trata de Maximiliano Ángel Benítez, que cayó detenido el 19 de enero pasado después de ser filmado mientras prendía fuego –por encargo– el frente del Sindicato de Empleados de Comercio y la Unión de Recibidores de Granos.
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“Pupito” –que fue condenado en 2020 a la pena de 4 años de prisión por un robo y que está procesado por el secuestro extorsivo del hijo de un empresario de Arroyo Seco– será acusado desde la tarde de este jueves en el Centro de Justicia Penal por los fiscales de la unidad de Balaceras Valeria Haurigot, Federico Rébola y Franco Carbone, y por los fiscales de Homicidios Patricio Saldutti y Alejandro Ferlazzo.
Junto a él estarán Benítez, un presunto miembro de la banda narco “Los Salteños” y otras cinco personas más.
Se le atribuye haber mandado a matar el 3 de diciembre pasado a Miguel Ángel Roulin, un hombre de 46 años que fue acribillado de nueve tiros en un pasillo de casas en Los Ángeles al 3600, en el barrio Puente Gallego.
El crimen de Roulin fue filmado por Benítez. En esa grabación, el ladero de Avalle enfoca a un cómplice armado, se escuchan varios tiros, y Benítez comenta: “Chau, ahí quedó”.
Minutos después, Benítez le mandó el siguiente mensaje de texto de Whatsapp a Avalle: “Trolo, no sabés cómo salpicaba sangre pa’ arriba. Me manchó todo el auto de tanto cuete que le tiró”.
Por ese ataque, “Pupito” pagó 80 mil pesos sin saber que la víctima había muerto, según consta en las intervenciones telefónicas. “Andá a la casa de mi mamá que te van a pasar 80 palos”, le dijo Avalle a Benítez. Sin embargo, el presunto sicario se enteró al día siguiente que Roulin había muerto y reclamó más plata: “Ahora decile al de arriba que tire otra moneda, que el de ayer pasó a valor. Eso ya es otra cosa, ya sabés, puto”.
“El de arriba”, presumen los investigadores judiciales, es Leandro “Pollo” Vinardi, otro preso del penal de Ezeiza y que está sindicado como el presunto jefe de la célula de Los Monos que opera en Villa Gobernador Gálvez y parte de la zona Sur de Rosario. Esa sospecha está basada en que Avalle ya realizó trabajos por encargo suyo, como la planificación de un secuestro extorsivo ocurrido en julio de 2021, de acuerdo al procesamiento que le dictó el juez Carlos Vera Barros, titular del Juzgado Federal Nº 3 de Rosario.
El segundo homicidio que le atribuyeron los fiscales rosarinos a “Pupito” ocurrió el 8 de diciembre en Cepeda al 3600, en Villa Manuelita. De acuerdo a las conversaciones telefónicas que se exhibieron en la audiencia, sicarios bajo órdenes de Avalla fueron en un Volkswagen Up azul a balear un búnker, pero terminaron por matar a Ricardo Américo Carrizo, un vecino de 60 años que tomaba mate con su familia al lado del punto de venta de droga.
Sin embargo, el Volkswagen Up azul fue usado para otro hecho más. En la madrugada del 12 de diciembre de 2022 fue el transporte que usó la estructura de Avalle para atacar a tiros el frente del multimedio Televisión Litoral, lugar en el que dejaron una nota dirigida al condenado capo narco Esteban Lindor Alvarado, Alan Funes y Claudio “Morocho” Mansilla.
“Escuchá, ¿querés ir a explotar ahora en Canal 3? Explotá ahora en Canal 3. Ahí, como yo te dije, pero le damos bien piola. Le dejamos un cartel bien piola. Hay que darle un buen metrazo, trolo”, ordenó Avalle desde el penal de Ezeiza. Quien recibió esos mensajes fue Juan José Villazón, integrante de la banda narco “Los Salteños” que cobró trascendencia mediática a principios de este mes tras el crimen de Máximo Jerez, el nene 12 años que fue asesinado a metros de un búnker.
Villazón fue detenido el 14 de diciembre en el Up azul después de una extensa persecución policial. Fue imputado por encubrimiento agravado, pero este jueves se le agravó la calificación legal al hallarse elementos que lo ubican como partícipe en el atentado.
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