Crimen de la madre del concejal en Mar de Ajó: el recuento de la “caja chica” que le costó la vida

El albañil Luis Maidana fue detenido ayer por matar a golpes a Beatriz Zaramatti. El testimonio del hijo de la víctima fue la clave para entender el caso

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Maidana, el detenido
Maidana, el detenido

Ayer por la tarde, Luis Maidana, albañil de 39 años, fue arrestado por el brutal crimen de Beatriz Zaramatti, de 78, madre del concejal del PRO del Partido de La Costa Sergio Santana, que fue asesinada a golpes en su casa de la localidad bonaerense de Mar de Ajó el domingo pasado. Precisamente, Maidana está acusado de matar a Zaramatti con una plancha bifera que le hundió en el cráneo para luego huir.

La autopsia practicada en la morgue del cementerio de Paraje Pavón indicó que la lesión le provocó a Zaramatti una hemorragia cerebral, con un consecuente paro cardiorrespiratorio. El detenido no fue un delincuente anónimo en la noche. Su víctima lo conocía bien: Zaramatti alquilaba varios departamentos en el terreno de su propiedad, Maidana era su inquilino, rentaba la unidad número 5 en el lugar.

En la unidad que rentaba, el presunto asesino dejó atrás un par de zapatillas ensangrentadas, así como una sábana con manchas de sangre, que se convirtieron en prueba clave en el expediente, a cargo del fiscal Martín Prieto. Hay otras pruebas: Maidana fue filmado en su huida por una serie de cámaras de seguridad.

Se espera que Maidana sea indagado por el fiscal Prieto en la jornada de hoy jueves. El móvil del crimen es claro para los investigadores: robo. La historia detrás de ese robo, particularmente pérfida, fue revelada por el concejal Santana.

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Beatriz Zaramatti, la víctima
Beatriz Zaramatti, la víctima

Ante la Justicia, Santana declaró que su madre era confiada frente a sus inquilinos y que había contado dinero frente a ellos en los últimos días. Conservaba en una caja los montos de los alquileres del verano, además del dinero de la jubilación que cobraba. Zaramatti había anotado un monto de 250 mil pesos y mil dólares.

La caja que Beatriz solía guardar en un placard, descubrieron los investigadores, no estaba. El asesino y ladrón que la mató solo había dejado atrás las anotaciones. El resto de las pertenencias de valor de la víctima, como su teléfono celular y cadenitas de plata, no fueron robadas pese a estar a la vista, algo que llamó la atención de los investigadores.

En las imágenes de ese domingo en que ocurrió el crimen se vio al detenido junto con otras personas a las 20.20 en el portón de acceso al lugar. El horario coincide con el último mensaje de WhatsApp que salió del teléfono celular de la víctima, a las 20.26.

Sorprendentemente, Maidana dejó atrás su moto en el lugar al huir. No fue lejos, ya que la Policía Bonaerense lo capturó allí mismo en Mar de Ajó, a diez cuadras de la escena del crimen. El cadáver de Beatriz fue descubierto por el concejal Santana el lunes por la tarde, cuando decidió acercarse hasta la casa de su madre porque ella no le contestaba los mensajes. Al ingresar a la propiedad, el funcionario encontró a la mujer tendida en el suelo, ya sin vida. Beatriz se aprestaba a cenar antes de que la mataran. La hornalla todavía seguía encendida.

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