Jorge Adalid Granier Ruiz, un empresario boliviano con pedido de captura internacional y notificación roja de Interpol, fue capturado en Brasil. El presunto responsable de “bombardeos” de cocaína en campos de Santa Fe era requerido por la Justicia federal de Salta desde el 18 de febrero de 2022, cuando se ordenó su detención en el marco de una causa narco vinculada a una organización desbaratada tras el triple crimen de Ibarlucea.
Granier, señalado como el organizador del tráfico aéreo de cocaína, cayó en un control de rutina de la Policía Rodoviaria Federal de Brasil. Al revisar sus documentos, notaron que eran falsos y lo detuvieron. El Departamento de Interpol de la PFA ya trabaja en la solicitud de extradición, indicaron fuentes del caso a Infobae.
De acuerdo a la prensa brasileña, fue capturado en Jaraguari, a 47 kilómetros de Campo Grande, con el documento que habría comprado en Pará por 5 mil reales, según él mismo habría confesado a los efectivos. Confesó que pagó R$ 5 mil en un RG falso en Pará. También habría adquirido un documento falso en Bolivia por US$200 y un pasaporte boliviano por US$500.
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Según el jefe de la Policía Federal de Carreteras, Marcos Klay, y la jefa de la Comisaría de la PRF en Mato Grosso do Sul, Caroline de Oliveira, Granier viajaba en una Toyota Hilux y estaba acompañado por un chofer y una mujer que sería su amante.
El empresario -al que los detectives apodaron “el narco fantasma”- fue señalado por los fiscales federales Eduardo Villalba (Salta), Adriana Saccone (Santa Fe) y el titular de la PROCUNAR, Diego Iglesias, como el líder de una estructura dedicada al transporte en avionetas de cocaína desde Bolivia y Paraguay hacia la Argentina.
Su nombre tuvo relevancia tras el triple crimen de Ibarlucea, en el que fueron asesinados Iván Maximiliano Giménez, Érica Vanesa y su pequeña hija de una año Elena, a la salida de una boda narco. Esa investigación derivó en una causa que puso en evidencia las conexiones de narcos locales con peligrosas organizaciones criminales de países limítrofes.
Un informe de la DEA advirtió a la Procunar que Granier, apodado “Nono” y “Chuleta”, tendría vínculos con el Primer Comando Capital (PCC), la peligrosa organización brasileña.
El presunto narco, dedicado en teoría a la actividad agrícola ganadera, nació el 11 de diciembre de 1979 en San Borja, una ciudad ubicada al norte de Bolivia, en el Departamento de Beni.
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De acuerdo a la investigación, cobraba una comisión de unos 300.000 dólares por el servicio de “taxi aéreo”. El máximo de capacidad de carga de la avioneta era de entre 380 y 400 kilos.
Según los agentes que lo investigaron, Granier proveía de cocaína a Ignacio Quintana y Fabián Gustavo “Calavera” Pelozo, quienes serían los proveedores de Giménez, asesinado junto a su pareja y a su hija, el 29 de enero de 2022.
Ese día, habían asistido a la boda de Esteban Enrique Rocha, alias “Pinky”, y Brisa Milagros Leguizamón Ferreyra, los novios fugitivos que capturados en enero pasado, en Asunción, Paraguay.
Quintana y Pelozo fueron detenidos en marzo de ese año, están acusados por el transporte de 389 kilos de cocaína, junto a otra figura clave en el esquema narco argentino: Adelaida “La Tía” Castillo, una ex bagayera de Salvador Mazza que escaló hasta convertirse en la “reina narco”, el alias que se ganó en el norte argentino.
La complejidad que revistió la trama del triple homicidio motivó la creación de un equipo especial de fiscales liderado por el fiscal Luis Schiappa Pietra, e integrado por Gastón Ávila, Matías Edery y José Luis Caterina quienes trabajaron en coordinación con sus pares del fuero federal.
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