El cruce de las avenidas Martín García y Montes de Oca es uno de los más populares en el barrio porteño de Barracas. A metros de esa esquina está la Iglesia Santa Lucía, donde se celebra a la patrona cada 13 de diciembre con jazmines; y justo en la ochava, uno de los restaurantes típicos de la zona. En la parte superior del local gastronómico funciona un hotel tipo conventillo, con 25 habitaciones distribuidas en tres pisos. Este lunes, en uno de los cuartos de la segunda planta, Ana Lorena Domínguez (43) fue hallada sin vida sobre el piso, yacía junto a la cama. Había sido asesinada.
Fuentes de la investigación informaron a Infobae que Ana Lorena había sido víctima de lesiones, violencia familiar y violencia de género en 2019 y 2022. Mamá de una joven de 25 años que ya no vivía en Barracas sino en la provincia de Buenos Aires, también tenía tres niños de 4 y 2 años que dormían junto a ella y a su pareja en la misma habitación de cuatro metros por cuatro metros donde la mujer fue asesinada.
Por el crimen de Ana Lorena, por orden de la Fiscalía del distrito La Boca, a cargo de Susana Calleja, fue detenida la pareja de la víctima y padre de sus tres hijos menores. El sospechoso fue identificado por las fuentes consultadas por este medio como Alberto Gordillo, con antecedentes por amenazas y violencia de género.
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Las fuentes del caso indicaron que la data de muerte, de unas 12 horas, el trabajo de la Unidad Criminalística Móvil (UCM), el testimonio de los vecinos, que refirieron que se solían escuchar discusiones y gritos desde el cuarto de la víctima; sumado a los antecedentes del sospechoso, fueron los indicios para detenerlo.
Pero lo que podría ser la clave del caso es el relato que una de las hijas de 4 años le dio a su hermana de 25 años, cuando la llevó al baño este lunes: “La niña le informó que su papá había pinchado con un cuchillo a su mamá”, le explicaron a este medio las fuentes consultadas.
Dos puñaladas
Fue un llamado al 911 el que esta mañana alertó sobre una mujer fallecida en el interior de su habitación del segundo piso del edificio ubicado en la avenida Martín García al 800. Enseguida, la zona se llenó de patrulleros de la Comisaría Vecinal 4D de la Policía de la Ciudad.
Cuando los agentes entraron al cuarto, hallaron el cuerpo de Ana Lorena en el piso, junto a la cama. Y cuando hablaron con su pareja, Gordillo les indicó que, “al levantarse, observó a su mujer tendida en el suelo”.
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Fue personal del SAME el que constató el fallecimiento de Ana Lorena y, en un inicio, el magistrado a cargo del caso dispuso actuaciones por “averiguaciones de muerte”, y le pidió las pericias a la UCM: así se descubrió que “la víctima tenía dos heridas corto punzantes en el abdomen“ y que llevaba al menos 12 horas muerta. De inmediato, el juez del caso solicitó la detención de la pareja de la mujer asesinada.
Luego, vecinos del lugar, que se quedaron con los chicos al llegar la Policía, indicaron a los agentes de la Ciudad que, “comúnmente, se escuchaban gritos y discusiones entre la pareja” y que el imputado presentaba antecedentes por amenazas y violencia de género.
Fue en ese contexto que llegó la hija de 25 años de Ana Lorena, quien se convertiría en una de las piezas clave en la causa por el crimen de su mamá. Fue ella la que escuchó a su hermanita decir que su “papá había pinchado con un cuchillo a su mamá”. Enterada de esto, la fiscal Calleja pidió de inmediato que la llamen a declarar.
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