El 12 de noviembre del año pasado, Nicolas García, de 18 años, estaba en el boliche Roca Bruja de Hurlingham junto a una chica cuando Santiago “Chanchi” Martínez, ex novio de la joven se acercó por detrás y le clavó a García un vaso roto en el ojo.
Luego, se lo incrustó en la cara.
La motivación del ataque fueron los celos. Por el hecho, la víctima fue intervenida quirúrgicamente y le quedaron secuelas: tiene profundas cicatrices que le quedarán por vida y aún permanece con riesgo de perder un ojo.
El agresor fue detenido al día siguiente y permanece arrestado, aunque la familia de la víctima cree que no quedará tras las rejas por mucho tiempo. De manera sorpresiva, los jueves de la Sala I de la Cámara de Apelaciones de Morón, integrada por Diego Grau, Fernando Bellido y Fabián Cardoso, decidieron descartar la calificación de tentativa de homicidio, que la causa había adquirido originalmente, y pasarla a lesiones graves.
Con esta modificación, Martínez podría quedar en libertad.
Por esta situación, la familia del joven atacado, que aún se recupera de las secuelas de la agresión, realiza una marcha en los tribunales de Morón para exigir que el atacante permanezca tras las rejas.
La situación del agresor Martínez, no estuvo exenta de polémica. A principios de febrero, la querella del caso integrada por los abogados Gastón Marano y Brenda Salva, denunció que había estado preso en condiciones VIP. “Chanchi” fue alojado en una comisaría vacía que estaba en desuso. Con eso, evitó tener contacto con otros detenidos, cuando la sobrepoblación penitenciaria es la norma.
Incluso, en el expediente constan actas cuestionadas firmadas por distintos oficiales que tenían por objeto conseguir ese beneficio. En uno de esos documentos, a los que accedió Infobae, un oficial firmó una ficha donde se decía que Martínez había sido detenido el 8 de noviembre: el hecho ocurrió cuatro días después.
En este contexto, es que, en las últimas horas, llegó la decisión de la Cámara de reducir la calificación. Para el Código Penal es muy distinta la pena de un intento de homicidio que, de una agresión con lesiones graves, que tardan más de 30 días en curarse.
Uno de los puntos que abordan los jueces es que no está claro si el vaso utilizado para lastimar a Nicolás García estaba roto previamente. “Los magistrados hacen una diferenciación sobre si el ataque se hizo con un elemento previamente filoso como es un vaso roto. Dicen que no está acreditada la rotura previa”, explica una fuente en los tribunales de Morón.
Pero donde los jueces hacen mayor hincapié, es en la intención o no de matar. Si bien hay testigos que refirieron que Martínez le clavó tres veces el vaso en la cara “como si fuera un puñal”, para los magistrados eso “queda enmarcado en la propia opinión personal del testigo”.
El documento elaborado por los jueces tiene 32 páginas, sin embargo, ya en la foja 19 los magistrados adelantan la decisión que tomarían luego: “la prueba colectada no alcanza para acreditar la presencia del elemento subjetivo requerido por la figura legal atribuida”. Es decir, la de intento de homicidio.
Los jueces están convencidos de que no existió una intención de matar. Según marcaron en el fallo, “al contrario de lo sostenido por la fiscal en su pedido de prisión, en cuanto a la utilización del elemento contundente de forma intempestiva, artera y reiterada, debemos considerar que, la agresión con un vaso o una copa de vidrio, no lo convierte por si solo en un medio idóneo para causar la muerte”.
En la descripción del hecho, quedó acreditado que Martínez le clavó tres veces el vaso ya roto en al cara a García y que este no pudo ni siquiera poner las manos para poder defender. Sin embargo, para los magistrados, el hecho de que el atacante “haya frenado sólo” es motivo para pensar que no quería matarlo, sólo lastimarlo.
Finalmente, Grau, Bellido y Cardozo, decidieron confirmar la prisión preventiva, pero “modificando el encuadre legal”, es decir, quitando la imputación de homicidio en grado de tentativa, modificándola por lesiones graves.
A raíz de esto es que se realiza la marcha den los tribunales de Morón. El temor mayor es que, en pocos días, Chanchi” Martínez salga en libertad.
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