Tras conocerse el escándalo que involucra a Marcelo Corazza, quien se desempeñaba como productor del programa Gran Hermano, este miércoles declarará el líder de la red de corrupción de menores, el cual fue detenido en Oberá, Misiones. Según resalta la investigación que duró 6 meses, esa ciudad era uno de los puntos de los cuales captaban chicos.
Hasta el momento, la causa cuenta con cuatro detenidos, entre ellos Marcelo Corazza y el misionero Francisco Rolando Angelotti con domicilio en Oberá, registrado en los rubros de venta de cosméticos y artículos de bazar de la AFIP.
Según datos del expediente, el hombre de 46 años buscaba jóvenes en situación de vulnerabilidad para someterlos y prostituirlos en la Ciudad y en la provincia de Buenos Aires, y en Misiones. Justamente la acusación en su contra se basa en los dichos de los dos denunciantes, quienes contaron cómo fueron los años de abuso y explotación, los cuales ocurrieron entre 1999 y 2003.
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En base a estos relatos se reconstruye que el detenido ‘ofrecía los servicios sexuales de ambas víctimas a terceras personas, presumiblemente, a cambio de dinero’. Incluso, según consta en el expediente, “Angelotti llevó a la Víctima 1 a un garaje en el Conurbano, donde había personas de entre 50 y 60 años. El único recuerdo que tuvo es estar arrodillado y todos ellos rodeándolo”.
La víctima 1 sostiene que los hechos sucedieron en reiteradas ocasiones en fechas que no pueden ser individualizadas, aunque se sabe que sería cuando tendría entre 11 y 13 años, así detalla el texto sobre el primer caso. El acusado habría conocido a esta primera víctima en sitios de chats. A partir de entonces tuvieron un primer encuentro, el cual sucedió en una esquina de Caballito, un domingo por la tarde. “No parecés tan chiquito”, fue lo que le dijo en medio de la charla el detenido, según la causa, y justo antes de ir hasta Parque Centenario, donde lo besó.
Fue en ese parque de la Ciudad de Buenos Aires donde tuvo lugar la primera violación. Según la causa, fue en la “en la parte trasera de la camioneta 4x4″. Y se reseña: “El niño tuvo sentimientos de temor, incertidumbre y dijo sentirse incapacitado de decir que no. A partir de allí comenzaron a tener encuentros sexuales a menudo durante tres años, en un vínculo que definió como de sumisión”.
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Estos ataques solían tener lugar en la camioneta y en albergues transitorios, generalmente se daban durante los fines de semana. “La dinámica consistía habitualmente en juntarse en esa esquina, reclinar el asiento”, según reza la causa. Y explica que, luego, cuando iban a los hoteles, el niño “sentía la necesidad de estar a la altura de las circunstancias”.
Por su parte, la causa destaca que el líder de esta banda atacó a la víctima 2 en reiteradas ocasiones durante 2001 y 2003. En aquel entonces el chico tenía entre 12 y 15 años. Lo había conocido en las clases de teatro a las que iba con la Víctima 1.
“Un día el acusado se ofreció a llevar al damnificado a su casa. Luego de un juego de palabras, le ofreció tener sexo, a lo que Víctima 2 le dijo que sí, pero que debía pagarle por tal ‘servicio’”, se explica. También los atacaba en su camioneta Toyota Hilux y hoteles alojamiento, principalmente, los sábados cuando salían de teatro o cuando tenían ensayo extra.
“Un día de verano el imputado llegó a la quinta de Castelar de la familia de la víctima 2. Lo hizo acompañado de un menor de no más de 9 años con acento misionero. Los tres se fueron a un albergue transitorio”, resume la acusación como uno de los recuerdos de la víctima, y agrega que a los dos denunciantes “les facilitó por ese entonces una cuenta de correo electrónico y su contraseña”. Allí estaba “lleno de carpetas con fotos de pornografía infantil”.
Según la causa estos fueron los encuentros y ataques que tuvo el detenido hacia las víctimas en esos años. Además, los testimonios dan cuenta de su modus operandi y de cómo los sometía.
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