Nayla Naomi Torrila era la menor de cinco hermanos y el próximo 23 de marzo hubiera cumplido 5 años. El 7 de febrero pasado por la noche, estaba jugando con unas amiguitas en la calle en el Barrio 1-11-14, del Bajo Flores porteño. Su mamá, Alcira, les acababa de pedir a sus hijos que regresen a su casa cuando desde un Renault 19 gris comenzaron a balear a los vecinos. “Empezaron a los tiros como loco”, recordó la mujer. Fueron 32 balazos. Uno de esos disparos mató a Nayla, de apenas 4 años. Este martes, 33 días después del crimen, capturaron al presunto asesino.
Fuentes policiales informaron que personal de Brigada N°4 de la división Homicidios de la Policía de la Ciudad, con la colaboración de sus pares de la Provincia de Buenos Aires, procedió a la detención del imputado, identificado como Nahuel Moyano, de 25 años, en la localidad bonaerense de Virrey del Pino.
“Este delincuente poseía también un pedido de captura por otro homicidio: el crimen de Cristian Ezequiel Escobedo, ocurrido en 2021 en el mismo barrio donde mataron a Nayla”, detallaron las fuentes consultadas y dijeron: “Está vinculado a la usurpación de viviendas en el Barrio Padre Ricciardelli, motivo de la agresión con arma de fuego que terminó con la vida de la nena”.
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Ese 9 de febrero pasado en que mataron a la nena, tras el ataque, y aun sin saber lo que le había pasado a su hija menor, Alcira enseguida comenzó a buscar a sus chicos. Así se enteró que Nayla estaba en la casa de una amiga. “Cuando fue mi hermana a buscarla, estaba mi hija tirada en el suelo. Yo la agarro y me fui corriendo al hospital, y se me murió mi hija en mis brazos”, relató la mujer quebrada en llanto en diálogo con Crónica TV.
Tras el crimen, familiares y vecinos de la nena asesinada realizaban una movilización en reclamo de justicia sobre avenida Perito Moreno, en inmediaciones del lugar en donde se produjo la balacera. En ese mismo sitio, la semana anterior también se había realizado una marcha para pedir mayor seguridad en la zona, que es jurisdicción de la Gendarmería.
“Me la arrebataron de mis brazos”, dijo Alcira durante la movilización. “Lo único que quiero es justicia por mi hija”, pidió y, luego, exigió: “No manden gendarmes para nada, lo que queremos es gendarmes para que nos cuiden”.
El caso
Nayla murió el 7 de febrero por la noche tras recibir un tiro en el pecho luego de la balacera en el Barrio 1-11-14, donde también un joven de 19 resultó herido en una pierna.
El ataque ocurrió alrededor de las 22, en el cruce de Bonorino y Calle 10, donde, según los testigos, desde un automóvil Renault 19 color gris se efectuaron varios disparos a ocasionales transeúntes. Los peritos levantaron del lugar 32 vainas servidas calibre 9 milímetros.
Según las fuentes consultadas, el personal de Gendarmería apostado en la zona emitió un alerta y le informó a la Policía de la Ciudad que el automóvil de los tiradores había escapado en dirección al vecino Barrio Presidente Illia.
En paralelo, al Hospital Piñero ingresaron Nayla y el joven de 19 años baleados en el ataque. La nena murió y la otra víctima está fuera de peligro.
En la causa interviene el fiscal Eduardo Cubría, de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°22.
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