Aldo Di Paolo llegó a la DDI de San Isidro en la madrugada del viernes pasado. Ingresó a la sede policial y con un acusación sobre sus espaldas que hiela la sangre: haber matado a su madre de 90 años clavándole un cuchillo en el lado izquierdo del cuello mientras la miraba a los ojos. El hombre de 65 años tuvo mucha actividad desde que está detenido. En primer lugar, designó a un abogado defensor particular. Luego se sentó frente a los investigadores y brindó una extraña declaración indagatoria en la que en ningún momento dijo ser inocente.
Mientras tanto, en la Justicia de San Isidro, con una investigación a cargo de la fiscal Carolina Asprella, creen tener pruebas suficientes para acusarlo. Las más importantes surgen de las cámaras de seguridad, que los muestran como la única persona que ingresó a la casa en el momento del homicidio. Pero hay otras. Por ejemplo, lo que se encontró en el allanamiento que se hizo a su casa, que queda a la vuelta de la de su madre.
En ese operativo se incautaron casi un millón de pesos, dólares, joyas pertenecientes a su madre y, sobre todo, un almohadón que le llamó la atención a los efectivos por una razón en particular: tiene una mancha de sangre.
“El almohadón apareció en una de las habitaciones del hombre y ahora estamos analizando a quien corresponde la mancha de sangre. En caso de que pertenezca a su madre, será fundamental para la acusación”, dice uno de los investigadores.
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La descripción del homicidio de María Cristina De Vicentiis es extensa. La fiscal Asprella la plasmó en el documento posterior a la indagatoria que se le realizó el viernes a Di Paolo y que adelantó Infobae.
El texto dice “que el día 6 de marzo de 2023 entre las 17:30 y 18 horas aproximadamente, el aquí imputado Aldo Antonio Di Paolo, se hizo presente a pie en el domicilio de su progenitora María Cristina De Vincentiis, ingresó a la vivienda por sus propios medios a través de la puerta principal de acceso a la misma, y una vez dentro, decidió quitarle la vida de manera clara e inequívoca. Así, aprovechando que se trataba de una persona de avanzada edad con problemas de movilidad reducida, se valió de la confianza depositada en él por su progenitora, la falta de precaución y escaza posibilidad de actos de defensa, y le propinó una lesión punzo-cortante con un arma blanca (cuchillo), en la cara lateral izquierda del cuello, lo que derivó un shock hipovolémico, provocando el deceso”, comienza la descripción.
A su vez, “montó una escena en el lugar, compatible con un hecho de sustracción, para lo cual generó un contexto de desorden, movió el cuerpo de la víctima de la posición en que se encontraba al tiempo de su fallecimiento, e indicó la posible sustracción de elementos de valor pecuniarios, tales como joyas, teléfono celular y dinero en efectivo”, continuó luego.
En su declaración inicial como testigo, Di Paolo dijo que había visto por última vez a su madre el domingo a las 13. Mentía. Una cámara de seguridad que muestra de manera perfecta la puerta de la casa de la víctima, muestra que Di Paolo, en realidad, ingresó el lunes a las 18. Estuvo adentro unos pocos minutos y luego salió sin remera, con una bolsa en la mano.
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En su indagatoria, el ahora acusado cambió la versión y “recordó” que sí había ido a lo de su madre en lunes. Pero dijo que había hablado sobre cuestiones médicas. Luego volvió a abonar la teoría de un supuesto robo. En ningún momento mencionó la palabra “inocente”.
En las últimas horas, llegó al escritorio de la fiscal Asprella el resultado completo de la autopsia realizado a “La Tana”, como le decían en el barrio a María Cristina.
Las conclusiones del análisis del cuerpo, al que pudo acceder Infobae, hablan de los motivos de la muerte: “Presenta en cara lateral izquierda de cuello, lesión punzocortante en piel, lesiona tejido celular subcutáneo, se dirige hacia pleura derecha, perforándolo, en dirección hacia lóbulo superior derecho. El volumen de sangre, provoca la salida de sangre hacia la cavidad pleural derecha, generando un hemotórax, con una severa hemorragia. Este proceso lleva a la muerte como consecuencia de shock hipovolémico”.
Es decir, María Cristina murió porque su asesino le clavó un cuchillo en el cuello. Quien lo hizo, para la justicia el hijo, lo hizo de frente, mirándola a los ojos.
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Aldo Antonio Di Paolo designó como abogado particular defensor a Hugo López Carribero, el mismo letrado que defendió a Ninfa Aquino, la empleada doméstica sobreseída en el doble crimen de Vicente López. En la mañana de hoy, el defensor ya presentó el primer pedido de medidas de prueba.
En primer lugar, solicitó que su cliente amplie su declaración indagatoria. También que testifique Clara, la hija del detenido y la nieta de la víctima.
Mientras tanto, Aldo Di Paolo continuará detenido por orden del juez Ricardo Costa. Por el momento permanecerá en la DDI de San Isidro hasta que se disponga su traslado a una cárcel común.
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