Los resultados preliminares de la autopsia revelaron nuevos detalles del brutal crimen de Sofía Belén Vicente, la joven de 22 años que el jueves fue encontrada en el pozo ciego de un campo tras permanecer cinco días desaparecida en el partido bonaerense de Olavarría. El informe forense concluyó que Vicente recibió un balazo en la nuca. Además, su cuerpo tenía signos de haber sido ahorcada con un cable o una soga. La data de muerte se estableció entre la noche del sábado y el lunes.
Si bien se esperarán estudios complementarios para verificarlo, se cree que la causa de muerte fue por el disparo, aunque todavía no se descarta que la víctima haya sido asfixiada al mismo tiempo, según confirmaron fuentes del caso a la agencia Télam. En ese contexto, los investigadores sospechan que el femicidio pudo haber sido cometido por más de una persona: una hipótesis es que mientras uno de los atacantes la ahorcaba, otro le disparó en la parte de atrás del cráneo.
Vicente había sido vista con vida por última vez el sábado en un festival de doma y folclore de esa ciudad bonaerense, mientras trabajaba atendiendo un puesto gastronómico. Sus familiares contaron que al concluir la jornada laboral, se fue a bailar a un boliche. Pero desde entonces nada más se supo de ella hasta el jueves por la tarde, cuando la encontraron asesinada en el terreno de una casa rural ubicada en la zona de Avenida del Valle y la Ruta 60, en dirección a la localidad de Crotto.
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El cuerpo fue descubierto dentro de un pozo ciego de unos dos metros de profundidad por dos hombres que trabajaban en la limpieza de la zona. A ambos les había llamado la atención que el pozo la cantidad de moscas que había alrededor del pozo y el olor nauseabundo que provenía desde su interior. Los testigos se asomaron y advirtieron el horror. Dieron el aviso a las autoridades y minutos después llegaron efectivos policiales, que constataron la presencia de los restos de la joven.
El cadáver, en un estado avanzado de descomposición, tenía los pies atados con un cable y los ojos vendados. La joven, además, llevaba puesta solamente su ropa interior. Los peritos establecieron en primera instancia que no había signos de abuso sexual.
El caso es investigado por la fiscal Paula Serrano, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 del Departamento Judicial Azul, quien contó que el pozo séptico está en desuso y se ubica a unos pocos metros de una casa deshabitada. En la inspección al lugar, en una habitación se secuestraron colchones, un velador y otros elementos de interés para la causa. Además, se advirtió que el candado de la tranquera para acceder al campo había sido violentado, mientras que la ropa de la víctima fue hallada parcialmente quemada en un tambor.
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Por el momento la causa no tiene detenidos. Los investigadores trabajan en reconstruir los últimos pasos de Vicente. La fiscal dispuso el análisis de las cámaras de seguridad y el rastreo reveló que la joven se había retirado del festival en compañía de un hombre a quien conocía desde hacía tiempo. Ambos se dirigieron al domicilio de él, una vivienda que ya fue allanada. Las cámaras mostraron luego a Vicente reunida en un bar con otras personas, siempre durante la misma noche del sábado. Ese es, por ahora, el último registro fílmico de ella.
Anoche, miles de personas se movilizaron en Olavarría para reclamar justicia. La marcha fue convocada por la Casa Popular de la Mujer, un colectivo del que Vicente formó parte durante un tiempo. “Sofi llegó a este espacio cuando recién habíamos arrancado y estuvo participando durante casi dos años. Sofi rebalsaba vida, bailaba y cantaba con muchas ganas y siempre nos hacía reír. Sofi era solidaria, cariñosa y libre. Por ejercer esa libertad, la juzgaron y muchas veces la dejaron sola”, cuestionaron desde la organización.
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