El hijo de María Cristina De Vincentiis (90) —la jubilada italiana asesinada de una puñalada en el cuello en el partido bonaerense de San Isidro—, detenido como presunto autor de un matricidio, manifestó esta tarde ser “inocente” al declarar frente a la fiscal de la causa y permanecerá detenido.
Asistido por un defensor oficial, el acusado Aldo Antonio Di Paolo se desligó del asesinato de su madre al ser indagado a primera hora de esta tarde por la fiscal de San Isidro Carolina Asprella, quien lo dejó imputado por “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía”, un delito que prevé prisión perpetua.
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Todo comenzó cuando Di Paolo (65) tomó su celular el miércoles a las 20.30 y marcó el 911. Cuando lo atendieron, le contó a la operadora que tenía una emergencia. Dijo que había ingresado a la casa de su madre de 90 años, María Cristina, en San Isidro, y que la había encontrado muerta con un cuchillo clavado en su sien. Señaló también que había sido un robo, porque faltaban joyas y dinero. Luego dio la dirección: Avellaneda 1313, a pocas cuadras del Hipódromo de San Isidro, una de las zonas más acomodadas de la zona norte del conurbano.
En pocos minutos la vivienda se llenó de efectivos policiales. La escena, horrorosa de por sí, escondía aún más espanto.
Luego de 24 horas de investigación por parte de la fiscal Carolina Asprella, la Justicia decidió allanar y detener al hijo de la víctima, Aldo Di Paolo, acusado de ser el asesino de su madre. A pesar de que el hombre, en todo momento, intentó hacerle creer a los investigadores que se trataba de un robo, hubo detalles y, sobre todo, pruebas que lo complican seriamente.
Hay una prueba fundamental que es donde se basa gran parte de la acusación. Existe una cámara de seguridad de un vecino que enfoca directamente a la puerta de la casa de María Cristina. Vale aclarar que es la única entrada posible a la vivienda, según pudieron determinar los investigadores de la DDI de San Isidro.
Si bien el hijo de la mujer había dicho, en su declaración inicial como testigo, que la última vez que había visto a su madre había sido el domingo a las 13, la cámara de seguridad lo tomó ingresando el lunes a las 18. Ese dato nunca lo mencionó a los investigadores. Pero de esa cámara de vigilancia surge otra información aún más concreta: se revisaron las grabaciones completas y desde el domingo al momento del hallazgo, la única persona que ingresa y que sale es el hijo de la víctima.
Es decir, desde el domingo hasta el miércoles hay sólo dos ingresos y egresos. El del lunes a las 18 y el del miércoles a las 20.30, cuando el hombre aseguró haber encontrado a su madre asesinada.
Di Paolo tiene 65 años y vivió, según cuentan sus vecinos, toda la vida en el mismo lugar. Está divorciado y tiene, al menos, una hija. Está inscripto en la AFIP en el rubro de instalaciones para edificios y obras de ingeniería civil. “Tanto Aldo como doña María vivieron siempre por acá, siempre en el mismo lugar. Nunca desconfiamos de él. Es un buen tipo”, dice a este medio uno de los vecinos históricos del barrio.
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