Salvaje crimen en San Isidro: acuchillaron a una jubilada de 90 años que se movilizaba en silla de ruedas

María Cristina De Vincentiis, una jubilada de 90 años que se movilizaba en silla de ruedas, fue víctima de un salvaje ataque en su casa de la localidad bonaerense de San Isidro: él o los asesinos le dejaron un cuchillo clavado en el cuello. Los investigadores sospechan que la mataron durante un robo.

Fue el hijo de María Cristina, un hombre de 65 años, quien encontró el cuerpo de su madre el miércoles por la noche, cerca de las 20, en la vivienda ubicada sobre la calle Nicolás Avellaneda al 1.300, entre Herrera y San José, en esa localidad de la zona Norte del Conurbano bonaerense.

Allí, María Cristina vivía sola. Según pudo saber Infobae, ella se movilizaba con una silla de ruedas y su hijo, que tiene su domicilio a la vuelta de la casa de su madre, es el único familiar cercano, por lo que se ocupaba de asistirla permanentemente.

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El hombre aseguró a la Policía que el miércoles había intentado comunicarse por teléfono varias veces con su madre, sin éxito. Preocupado, entonces fue hasta la casa. De acuerdo a fuentes judiciales, al llegar la puerta estaba cerrada y sin llave.

Segundos después descubrió el horror: al ingresar, el hijo se encontró con su mamá tendida en el suelo de la cocina comedor; la jubilada tenía clavado en el lateral izquierdo del cuello un cuchillo con mango de madera que, se presume, sería propiedad de la víctima.

La investigación del caso recayó en manos de la fiscal Carolina Asprella, a cargo del Área Criminal del Departamento Judicial de San Isidro. Personal policial que trabajó en el lugar levantó rastros y constató que no había accesos a la vivienda forzados, en coincidencia con la versión que brindó el hijo de la jubilada.

Algunos vecinos del barrio, a los que los investigadores les tomaron testimonio, dijeron que era habitual que María Cristina tuviera las puertas abiertas y que saliera a tomar aire.

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La fiscal Asprella dispuso que se realice la autopsia correspondiente, cuyo informe preliminar determinó que la víctima falleció por la lesión del arma blanca en el cuello que le generó una hemorragia y shock hipovolémico. Aún no se estableció la data de muerte.

La fiscal también dispuso el relevamiento de cámaras de la zona y de antenas del teléfono. Con los datos recabados hasta esta tarde, la hipótesis es que se trató de un homicidio en medio de un asalto, ya que el hijo de María Cristina señaló que faltaban algunas joyas y el teléfono celular de la víctima.

No se descarta que haya participado más de un atacante.

A fines del año pasado, en el partido de San Isidro se registró otro brutal crimen que tuvo como víctima a un adulto mayor. En este caso ocurrió en un departamento de la localidad bonaerense de Vicente López. La vivienda pertenecía a Lorenzo González (83), quien era viudo desde hacía varios años y convivía allí con uno de sus hijos, Manuel.

El 28 de diciembre último, una ambulancia se dirigió de urgencia al 5° piso del edificio ubicado en avenida Del Libertad 70. Al llegar, los médicos encontraron a González sin vida. Su cuerpo presentaba signos de haber sido goleado, por lo que se decidió que le practicaran una autopsia. Entonces, se reveló que había sido asesinado. Posteriormente, hubo un detenido: su hijo Manuel.

Es que, ante la muerte de González, el hermano del sospechoso llamó al 911 y personal del SAME se trasladó hasta el departamento, donde se constató el deceso del anciano. Pero, además, los médicos advirtieron algunas lesiones en el cuerpo de la víctima. A raíz de ello, intervino la Policía y el fiscal de turno de Vicente López, Alejandro Guevara.

Los vecinos del edificio les dijeron a los policías que era habitual ver a Lorenzo golpeado porque, según Manuel, se caía con frecuencia. El encargado, por su parte, apuntó contra el hijo: aseguró que tenía problemas con la administración de consorcio y que es una persona violenta. Incluso, dijo que lo había denunciado años atrás por haberlo golpeado.

Por su parte, el hermano de Manuel reveló que el sospechoso tenía antecedentes de trastornos psiquiátricos y que había recibido tratamiento por última vez en 2006. También contó que prácticamente no tenía relación con él, y tampoco con su padre, al que veía ocasionalmente.

La autopsia determinó que la muerte del jubilado se produjo como consecuencia de golpes producidos en el parietal izquierdo, y que las lesiones en el pecho no coincidían con maniobras de resucitación, sino con posibles patadas.

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