Si bien la política puso el foco en en los últimos días en la compleja situación que atraviesa la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe, a raíz de los reiterados crímenes que ocurren día tras día en medio de la guerra narco, la ola de inseguridad también comenzó a sentirse en la Ciudad de Buenos Aires, que en los primeros dos meses del año fue escenario de numerosos episodios de violencia que incluyen asesinatos -ayer mataron a un joven venezolano para robarle un teléfono celular en Palermo, uno de los barrios porteños más concurridos y seguros-, robos y hasta una fuga de presos.
El 2023 comenzó con el homicidio de un joven venezolano durante los festejos de Año Nuevo. Ocurrió a la salida del boliche Rumbas VE, ubicado sobre la calle Gorriti al 5568, un lugar muy concurrido por la comunidad venezolana en el país. Por causas que aún se desconocen, cerca de las 4 de la mañana el joven salió del boliche y cuando se disponía para volver a entrar recibió un disparo en la espalda y cayó malherido.
Cuando arribó la ambulancia del SAME, los médicos no pudieron hacer nada para reanimarlo y confirmaron su fallecimiento en el lugar. La víctima fatal fue identificada como Brayan Trejo Reyes, de 33 años.
“Si me llega a pasar algo ya sabés quién fue”, fue la inquietante frase que Trejo Reyes le dijo a Noris Reyes, su mamá, antes de ser brutalmente ejecutado en pleno barrio de Palermo. La mujer, que estaba en el interior del boliche al momento del crimen, aseguró que no le prestó atención ni le dio importancia, debido a que su hijo parecía estar bromeando.
Tres días después del crimen, la División Homicidios de la Policía de la Ciudad arrestó a un sospechoso en la esquina de Chubut y Mitre, en Bernal Oeste, según confirmaron fuentes del caso a Infobae. El nombre del acusado es Darling Javier Ponancio Agüero, de nacionalidad dominicana.
En tanto, la autopsia reveló que Trejo Reyes fue asesinado de un solo tiro que ingresó de frente en el pecho y salió por la espalda.
A mediados de febrero, una mujer de 60 años fue encontrada muerta en un hotel ubicado en el barrio porteño de Constitución. Según confirmaron fuentes policiales a este medio, el hallazgo se produjo después de que el dueño del lugar intentara comunicarse con ella sin éxito
El cadáver de Cristina Ayala fue descubierto en la habitación número 1 del hotel situado en la intersección de las calles Solís y Cochabamba. El hecho de que la mujer no le contestara los llamados alertó al encargado del hospedaje, quien en ese momento dio aviso a la Policía de la Ciudad. Al llegar al lugar, los agentes ingresaron a la habitación donde estaba Ayala y la encontraron tendida en el suelo y tapada con una frazada.
Según supo este medio, al descubrir el cuerpo, los integrantes de la Unidad Criminalística Móvil (UCM) determinaron que la víctima presentaba un golpe contundente en la cabeza y dos heridas cortantes en la región cervical.
En cuanto a la investigación, a metros del cuerpo, y en la misma habitación, había un cuchillo tipo Tramontina, el cual en principio se estableció como la posible arma homicida. Además, mientras registraban el cuarto, los efectivos encontraron un botón antipánico que, según constataron después, pertenecía a la víctima. Fuentes de la investigación confiaron a Infobae que Ayala recibió el dispositivo el 22 de abril de 2020, en plena pandemia de COVID-19, tras un solicitud efectuada por la Fiscalía Contravencional y de Faltas N°10.
Sin embargo, uno de los episodios más resonantes en lo que va del año tuvo lugar en la estación Retiro de la línea C de subtes. Allí, el pasado 15 de febrero Maribel Zalazar, quien se desempeñaba desde 2018 en la División Subtes de las líneas C, D, E y H y Premetro de la Policía de la Ciudad, fue asesinada de dos disparos por Oscar Gustavo Valdez —ex albañil, vecino de la Villa 31 y oriundo de Ciudad del Este, Paraguay—, a quien previamente le había ofrecido un vaso de agua porque parecía no estar bien de salud.
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Como el hombre no repuntaba, personal de Subtes y la agente decidieron colocarlo en una camilla que se encontraba en el lugar. No obstante, Valdez se negó porque no quería ser asistido. Según pudo reconstruir este medio a partir de fuentes de la investigación que accedieron al relato de la novia del detenido, cuando el empleado de seguridad y Zalazar intentaron acostar a Valdez en la camilla, el hombre comenzó a forcejear con la oficial, le sacó el arma reglamentaria de la cintura y empezó a efectuar disparos en varias direcciones: dos de ellos impactaron contra la mujer policía.
A pesar de que llevaba puesto el chaleco antibalas, Zalazar fue herida en el tórax y en el cuello. Personal médico del Hospital Churruca, donde fue trasladada de urgencia en helicóptero, confirmó su deceso a las 12.30.
Un día después, aún en medio de la conmoción que provocó el asesinato de la oficial Zalazar, una colega suya de la Policía de la Ciudad que se encontraba como consigna por una causa por violencia de género en una casa de la Villa Zavaleta, del barrio porteño de Barracas, fue sorprendida por varios sospechosos que la golpearon en la cara y le robaron el arma reglamentaria y el chaleco antibalas.
Según pudo averiguar Infobae a partir de fuentes policiales, la uniformada fue sorprendida por varios sospechosos, quienes le dieron un golpe en la cara y aprovecharon el ataque para robarle el arma reglamentaria, marca Pietro Beretta PX 4 Storm; el chaleco antibalas, tres cargadores completos, el celular laboral y el particular. Luego, la banda se dio a la fuga. Por el hecho se detuvo a cinco sospechosos, de los cuales tres eran menores.
La Villa Zavaleta volvió a ser foco de atención unos pocos días después del violento robo a la agente de la Policía de la Ciudad. Allí, una mujer de 28 años identificada como Ferni Cristina Ayala Palacios fue asesinada de dos balazos. Por el femicidio buscan a su pareja, un prestamista de 44 años de nacionalidad paraguaya —al igual que la víctima—, que tiene una prohibición de salida del país y orden de captura nacional e internacional.
El crimen de Ayala Palacios ocurrió el 19 de febrero, en el primer piso de la casa 187 ubicada sobre la calle Lavardén, manzana 18, de la villa 21-24, en el sur de la Ciudad de Buenos Aires. Todo comenzó luego de que la hermana de la víctima realizara una denuncia por averiguación de paradero, tras reiterados intentos fallidos por comunicarse con ella.
Al tomar conocimiento, agentes de la comisaría 4D de la Policía de la Ciudad se presentaron en el domicilio de la joven, donde en su interior encontraron el cadáver de Ayala Palacios con al menos dos impactos de bala en el pecho. De acuerdo con lo constatado por los peritos, llevaba varias horas fallecida.
Luego de realizar un relevamiento de testimonios, los investigadores identificaron a un posible sospechoso del crimen: la pareja de la víctima, posteriormente identificado como Esteban Rojas, a quien se vio discutir con ella en las horas previas al crimen. A raíz de eso, el fiscal a cargo de la causa, Pablo Recchini —de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 44— solicitó al juez Mariano Iturralde —del Juzgado N° 16 del mismo fuero— que emitiera una orden captura para encontrar y detener a Rojas, quien está imputado de un “homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por mediar violencia de género”.
A fines de febrero, una contadora del Ministerio de Trabajo de la Nación fue asesinada en su casa del barrio porteño de Constitución, donde apareció maniatada, golpeada y con signos de asfixia. Por el femicidio fue detenido su novio, otro empleado de la misma dependencia, quien estuvo tres días prófugo.
La víctima fue identificada como Marina Inés Trípodi (38), una contadora del área de Recursos Humanos de la cartera de Trabajo. Fuentes policiales contaron a Infobae que todo comenzó con un llamado al 911 que advertía sobre la presencia de una mujer desvanecida en el interior de una vivienda. Al hacerse presente en el lugar, personal de la Comisaría Vecinal 1 C de la Policía de la Ciudad se entrevistó con la cuñada de la víctima, quien comentó que cuando llegó al inmueble estaban Marina; su pareja, Jonatan Emmanuel Bin; y sus dos hijas.
Según el relato de la mujer, ese sábado ella se retiró con las menores de edad y, cuando regresó a la noche, encontró a su cuñada sin signos vitales. Luego, el SAME constató su deceso. Inmediatamente, se puso en marcha el operativo de búsqueda de su novio, identificado por fuentes de la investigación como Jonatan Emmanuel Bin, de 37 años y de quien nada se sabía desde que se encontró el cuerpo de Marina.
Luego de una serie de tareas de inteligencia y análisis de comunicaciones, los detectives de Homicidios lograron rastrear al sospechoso en el partido bonaerense de Hurlingham, donde fue apresado cuando salió del domicilio en el que se refugiaba a comprar a un kiosco. Al ser indagado, Bin se negó a declarar y quedó imputado por delito de femicidio y abuso sexual.
Por su parte, una salvaje pelea ocurrió el jueves por la noche en la esquina de la avenida Olazábal y la calle Pacheco, en pleno barrio de Villa Urquiza. Allí, un hombre perdió un riñón al recibir al menos cuatro puñaladas. ¿El motivo? Insólito. Según dijeron testigos, la víctima tapó la salida de un garaje en desuso con su camioneta, un vecino discutió con él, extrajo un cuchillo de carnicero y lo hirió. El agresor aparentemente es paciente psiquiátrico y fue trasladado con consigna policial a un hospital para su evaluación.
Fuentes policiales indicaron a Infobae que la discusión ocurrió cerca de las 21.30, cuando Juan Ignacio Graña., un hombre de 38 años con domicilio registrado en la localidad bonaerense de Vicente López, dejó su vehículo 4x4, marca Dodge RAM de color negro, frente a un estacionamiento que dejó de funcionar ya hace un tiempo. A pocos metros se encuentra ubicada una cervecería.
Tras una breve discusión, en la que el agresor le dijo que debía mover el rodado porque tapaba una rampa, el dueño de la camioneta trató de ignorarlo y seguir su camino. No estaba dispuesto a reubicar su auto y menos por el pedido de un vecino. Sin embargo, cuando ya estaba por irse, el agresor lo tomó del brazo y le asestó las cuatro puñaladas.
J.I.G. fue trasladado en un auto particular hasta el Hospital Pirovano, donde fue asistido en la guardia y diagnosticado con múltiples heridas de arma blanca: una en la base del cuello, dos en las costillas (del lado izquierdo), y una en el abdomen. Fue intervenido en el quirófano, se encuentra estable, aunque se confirmó que perdió uno de sus riñones. Además, tiene comprometido el bazo.
Otro dato que confirmaron a Infobae es que al lugar del ataque concurrió la hermana del imputado. Según explicó la mujer, hace al menos 15 años su familiar es paciente psiquiátrico pero aseguró que no cuenta con la documentación que respalde esa enfermedad. Ante ese escenario, se dispuso el traslado del imputado al Hospital Tornú para realizarle una evaluación interdisciplinaria.
Tras cinco días de agonía, Graña murió esta mañana en el Hospital Pirovano.
En tanto, el último sábado cuatro presos que se encontraban alojados en una comisaría del barrio porteño de Flores se fugaron por los techos de las viviendas linderas.
El hecho se registró ocurrió durante la madrugada y en la sede de la Comisaría Vecinal 7C de la Policía de la Ciudad, ubicada en avenida Gaona al 2700. De acuerdo a la información que brindaron las fuentes policiales a Infobae, un vecino fue el que alertó a los efectivos de la seccional por ruidos que escuchó en el techo de su casa. A raíz de ellos, los uniformados hicieron el recuento de los detenidos que estaban alojados en el calabozo de la dependencia policial y dieron cuenta de que faltaban cuatro presos, por lo que emitieron el alerta al 911.
Según indicaron fuentes policiales a este medio, los detenidos fugados fueron identificados como Víctor José Pana, de 18 años, David Ferrari, de 32, Diego Guerrero, de 23 y Luis Silveyra, de 34.
En ese contexto, personal de la seccional 10 C atrapó a uno de los prófugos este domingo en Floresta: se había teñido el pelo. El arresto se produjo en la calle Pergamino al 100, donde personal de la Comisaría Vecinal 10 C de la Policía de la Ciudad se encontraba de recorrida en búsqueda de los fugados. Tras el arresto, el detenido, que fue identificado como David Ferrari, quedó a disposición de la Unidad de Flagrancia Oeste porteña.
Pero esto no es todo. Un brutal robo seguido de muerte conmocionó a los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires en las últimas horas. Un hombre de nacionalidad venezolana fue ejecutado en pleno barrio de Palermo por dos ladrones que intentaron quitarle el celular.
El último domingo a las 2:15 de la madrugada, personal de la Comisaría Vecinal 14 A de la Policía de la Ciudad llegó a la puerta de una bicicletería ubicada en la calle Aráoz al 1400, en pleno barrio de Palermo. Al llegar al lugar, los agentes se encontraron con una persona baleada en la cabeza. La víctima, identificada como Juan Francisco Fernández Acosta, de 27 años, oriundo de Venezuela, que vivía frente al lugar del crimen, sufrió muerte encefálica tras ser asistido con un respirador y falleció horas después en el Hospital Fernández, según confirmaron fuentes oficiales a Infobae.
Un joven que acompañaba a la víctima, también oriundo de Venezuela y que vivía en el mismo inmueble que él, comentó a efectivos policiales que se encontraba sentado en el lugar cuando un ladrón se les acercó y les exhibió un arma de fuego para quitarles los teléfonos. En ese momento comenzó un forcejeo y el delincuente le disparó a Fernández Acosta.
“Dame el celular, ¿o querés morir?”, les dijo el ladrón, según confirmaron fuentes del caso a Télam.
Infobae consultó a distintas fuentes judiciales con acceso a la causa y todas coincidieron en señalar que, a diferencia de lo que creían más temprano, los asesinos buscados son dos. También, que escaparon en un coche. “Tenemos cámaras y estamos buscando el auto. Seguimos haciendo medidas para identificar al autor y a su acompañante, esclarecer bien el hecho y el móvil”, aseguró una fuente clave del caso.
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Agentes de la Comisaría Vecinal 14 A aún trabajan en el análisis de las cámaras de seguridad de la zona para dar con el sospechoso. El expediente está a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°24, bajo Marcelo Retes, con la firma del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 45.
Durante la noche del domingo, otro violento episodio con un fatal desenlace sucedió en el asentamiento Villa 15 —también conocido como Ciudad Oculta—, en el barrio porteño de Villa Lugano, donde un hombre identificado como Darío José Romero murió tras recibir un disparo en el tórax.
Fuentes policiales consultadas por este medio precisaron que personal de la División Barrio 15 del Departamento de Despliegue Barrial IV, de la Policía de la Ciudad, se desplazó hasta la casa número 4, de la manzana 4 del mencionado asentamiento, por un aviso sobre detonaciones de arma de fuego. Al entrevistarse con vecinos de la zona, los agentes supieron de un vehículo particular de color rojo que ingresó al barrio y sus ocupantes dispararon contra un grupo de hombres, entre los cuales Romero resultó herido de gravedad y fue trasladado por un vecino al Hospital Santojanni.
Al llegar al centro de salud, la profesional de turno constató el deceso de Romero, quien había recibido un disparo en la parte izquierda del tórax.
De acuerdo a los testimonios de algunos testigos, el fallecido habría mantenido una disputa un día antes en el denominado barrio Pirelli. A partir de esta situación, los investigadores barajan la hipótesis de que los asesinos de Romero también podrían haber estado involucrados en ese enfrentamiento.
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Mientras se busca a los sospechosos, continúa el análisis de las cámaras de seguridad instaladas en la interseccion de Simon Guerrero y avenida Eva Peron, a 50 metros de donde fue observado el automóvil en el que se trasladaban los agresores.
En la causa interviene la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nro. 15, a cargo del doctor Santiago Marquevich.
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