Un productor agropecuario de 69 años fue condenado este miércoles a la pena de 13 años de prisión luego de que un jurado popular lo declaró culpable por el homicidio de un amigo de su hijo, al que en julio de 2020 mató de un balazo en la ciudad bonaerense de Tapalqué cuando quiso hacerle una broma con un rociador de alcohol en una mano y un revólver calibre .44 Magnum.
La decisión de la jueza Alejandra Raverta recayó sobre Néstor Félix Hirtz por el “homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego con dolo eventual” del futbolista Tomás Echegaray luego de que la semana pasada 10 jurados de los 12 lo habían declarado “culpable” por ese delito, el mismo que habían solicitado los fiscales Marcelo Fernández, instructor de la causa, y Laura Margaretic.
De esta manera, el jurado desestimó el pedido de los defensores Ricardo Boucherie y Juan Carlos Scirica para que sea encuadrado como un “homicidio culposo”, es decir que no tuvo la intención de matar.
“Nunca tuvo intención de matar a ese chico, a ese chico que lo amaba, quedó loco y llora todos los días, necesita asistencia psicológica”, dijo Boucherie sobre Hirtz, quien es oriundo de La Pampa y continuará detenido en una cárcel de Azul.
Según el abogado, su cliente “nunca tuvo ninguna entrada a una comisaría, nunca se peleó con un vecino ni tiene una multa de tránsito”, por lo que apelará en la siguiente instancia para tratar de cambiar la calificación legal.
Cabe recordar que el hecho ocurrió a las 2.30 del domingo 5 de julio de 2020 en la casa del imputado, ubicada en la calle Luis Brané 36, de Tapalqué, ciudad cabecera del partido bonaerense homónimo, situada en el centro de la provincia y unos 270 kilómetros de la Capital Federal.
La víctima jugaba al fútbol en el Club Atlético Tapalqué y ese año había pasado a Boca Juniors de Azul, donde no llegó a debutar, y, además, era hermano del presidente del bloque de concejales de Juntos por el Cambio, Juan Echegaray.
El futbolista arribó a la casa en su camioneta Toyota Hilux junto a otro joven, ya que era amigo de Estanislao Hirtz, el hijo del dueño de la vivienda y según lo que se pudo reconstruir, Hirtz padre quiso hacerle una broma relacionada a las medidas de higiene por la pandemia del coronavirus y salió a recibirlo con un rociador de alcohol en una mano y con el revólver marca Smirth & Wesson calibre .44 Magnum en la otra, del que se le escapó un tiro.
“Se equivocó y en vez de gatillar el alcohol, le gatilló el arma”, confió a Télam una fuente de la investigación y fue el propio hijo de Hirtz cargó a su amigo herido en la camioneta de la víctima y lo llevó hasta el hospital de Tapalqué, donde decidieron trasladarlo al hospital Pintos de Azul, pero falleció en la ambulancia.
El autor del disparo también fue hasta el hospital, donde al ser interrogado por la Policía les dijo: “Me mandé una cagada. Le quise hacer una joda y se me escapó un tiro”.
El fiscal Fernández, de la Unidad Funcional de Instrucción 1 de Azul, dispuso su inmediata aprehensión por el homicidio y le secuestró no sólo el revólver .44 Magnum con el que cometió el hecho, sino también otro revólver calibre .38 que tenía en su vehículo, armas de las que era legítimo usuario.
La autopsia a Echegaray determinó que el proyectil ingresó en la región abdominal -por la fosa ilíaca derecha-, con orificio de salida en región posterior izquierda del tórax y que en su trayecto lesionó el hígado y causó la ruptura de la arteria aorta, lo que produjo la muerte por un shock hipovolémico. Luego de atravesar a la víctima, el proyectil terminó incrustado en el paragolpe delantero de la camioneta del detenido.
Con información de Télam
SEGUIR LEYENDO: