Un brutal crimen ocurrió en las últimas horas en la localidad bonaerense de Rafael Castillo, partido de La Matanza. Una mujer policía, de 35 años, asesinó de una puñalada a su ex pareja, de 29, quien tenía tres denuncias por violencia de género y una restricción perimetral. El crimen fue calificado como homicidio en legítima defensa. La joven no quedó detenida debido a que el hombre la acosó y amenazó en reiteradas oportunidades.
El violento hecho tuvo lugar en un domicilio ubicado en Nicolás Dávila al 1700, cuando Nahuel Cruz Prestianni ingresó por los techos a la casa de su ex pareja, la policía Erica Giménez, perteneciente a la UPPL de La Tablada. Prestianni contaba con dos denuncias previas y una perimetral por violencia de género. Así, el hombre forzó la puerta trasera de la vivienda y entró. En ese momento, comenzó a reclamarle a Giménez que le entregara su teléfono celular. La mujer se negó a dárselo.
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Prestianni, ante la negativa de su ex novia, se envalentonó y revisó toda la casa hasta que lo encontró. Cuando lo tuvo en sus manos, con furia lo lanzó contra la pared. El hombre sacó un cuchillo, amenazó de muerte a Giménez y la abordó. La mujer se defendió del ataque y en un momento le clavó el arma a Prestianni sobre una de sus costillas. El hombre cayó malherido.
Tras el ataque, Giménez dio aviso al 911. Una vez en el lugar, los médicos constataron que Prestianni había muerto. Así, el caso quedó en manos del fiscal Gastón Duplaá, titular de la UFI temática homicidios de La Matanza, quien comenzó a investigar el hecho.
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Luego de la declaración de Giménez, el fiscal Duplaá corroboró que Prestianni contaba con tres denuncias previas realizadas por la mujer. La primera había sido el 11 de junio pasado, cuando Giménez lo denunció y la Justicia le colocó una restricción perimetral. Luego, el 4 de febrero pasado, Prestianni ingresó a la casa de Giménez y discutieron porque el hombre quería revisarle el celular. La mujer lo convenció de acostarse a dormir. Lo calmó. A la mañana siguiente, el hombre insistió y discutieron. Giménez, entonces, fue a la comisaria de la zona a realizar la denuncia. Gracias al protocolo, le quitaron su arma reglamentaria.
Nueve días después, la misma escena. El 13 de febrero, Prestianni ingresó al domicilio por los techos y le pidió que le mostrara con quien hablaba en su teléfono celular. Ahí, le dijo que si no se lo mostraba, se suicidaría. Tras la amenaza, comenzó a revisar la casa y Giménez lo intentó frenar. Forcejearon y Prestianni le mordió un brazo. Luego, la mujer lo volvió a denunciar.
Así, este sábado, la historia volvió a repetirse, pero peor. El fiscal Duplaá calificó el hecho como homicidio en legítima defensa y Giménez se encuentra en libertad.
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