El martes pasado, efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires detuvieron a cuatro motochorros minutos después de que le robaran el celular a una adolescente en la esquina de Torres y Miraflores, zona de Flores.
Allí, mientras oficiales de la Comisaría Vecinal 7A identificaban a dos jóvenes a bordo de una moto, se acercó una joven de 25 años, junto a su hermano de 16, y denunció que minutos antes esos mismos individuos le habían robado el teléfono al menor a punta de pistola. Pero no fue el único dato: la mujer le dijo a los efectivos que en el asalto habían participado otros dos delincuentes que también se movilizaban en una moto.
En ese momento, los policías porteños irradiaron una alerta e iniciaron un rastrillaje en el barrio hasta que detectaron a los sospechosos mientras circulaban por la misma calle Camilo Torres. En ese momento, al advertir la presencia policial, los sospechosos comenzaron a escapar y descartaron un morral que cayó en el techo de una casa.
Los delincuentes, pese a su intención de desaparecer de la escena, no pudieron avanzar mucho más y tras una breve persecución, finalmente fueron detenidos en la esquina de Ana María Janer y Charrúa. En presencia de testigos, se les secuestró tanto el teléfono de la víctima y otros tres celulares. Dentro de la mochila, hallaron además una pistola Bersa Thunder 9 mm con 20 balas.
De acuerdo con las fuentes consultadas por este medio, dos de los delincuentes fueron identificados como Nicolas Baiguera, un joven de 25 años con domicilio en la zona de Villa Soldati y T., un menor de 17 años que vive en el barrio de Barracas. Los otros dos acusados son delincuentes de carrera: según registros judiciales a los que accedió este medio, ambos tienen condenas previas por los delitos de homicidio simple, tentativa de homicidio, lesiones y tenencia ilegal de arma de guerra.
Sebastian Franco Javier Benítez, otro hombre de 25 años -domiciliado en la localidad bonaerense de San Martín- fue condenado por el delito de homicidio simple en 2017 por el Tribunal Oral N°1 de la Capital Federal. Fue hallado culpable de matar a tiros, junto a su hermano, a un joven en el barrio Piedrabuena, en la zona de Villa Lugano.
El hecho ocurrió en febrero de 2016 en medio de una pelea entre bandas, con un cruce previo de insultos. La víctima, con dos disparos, falleció en el hospital Santojanni. En medio de la secuencia, el delincuente también golpeó a otro joven que intentó defender a la víctima. Por esto, lo imputaron por lesiones leves, delito por el cual también fue condenado. El tirador, según documentos judiciales, fue su hermano Nahuel.
Un documento judicial establece que Benítez “acompañando a su hermano y realizando diferentes acciones materiales –forzamiento de la puerta y golpes con elementos contundentes a Franco Romero–, buscó anular la resistencia y permitir el ingreso del grupo agresor, para posibilitar la acción homicida desplegada por Nahuel Benítez, como una secuencia lógica, prevista por los coautores”. La Sala 2 de la Cámara de Casación confirmó la condena en su contra en junio de 2019.
El cuarto integrante de la banda es Mauro Agustín Hamilton, un joven 23 años de edad, con domicilio declarado en Flores. En 2019, la Sala 3 de la Cámara lo excarceló bajo palabra. El 28 de marzo de 2017, el Tribunal de Menores N°1 lo había condenado a cinco años de encierro por los delitos de tentativa de homicidio y tentativa de robo. También se lo condenó en esa ocasión por el delito de portación ilegal de arma de guerra y encubrimiento.
Después la Sala 2 luego lo absolvió por el delito de encubrimiento, pero mantuvo el resto de la calificación. El delito del que se lo acusó, precisamente, fue robarle el celular y la cartera a una mujer con especial violencia, un hecho ocurrido en 2016.
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