Rodrigo Canstatt (26) y Sergio Montenegro (34), los dos efectivos de la Policía Bonaerense acusados de asesinar al músico Diego Cagliero durante una persecución en mayo de 2019 en Martín Coronado, partido de Tres de Febrero, fueron declarados culpables por un jurado popular.
El veredicto del jurado se conoció a última hora de este miércoles 15 de febrero en el Tribunal N°1 de San Martín, tras una deliberación de cuatro horas y nueve audiencias de un debate que tuvo momentos muy intensos.
Fuentes judiciales cercanas al caso le detallaron a Infobae que Canstatt fue declarado culpable por el delito de “homicidio culposo” por negligencia, imprudencia e impericia, contrario a lo que que pedían la Fiscalía y los particulares damnificados, entre ellos el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) —querellante de Emmanuel Albelo y Alfonso Roldán, dos de los jóvenes que viajaban en la Fiat Ducato junto a Cagliero—, que solicitaban homicidio agravado con una pena de prisión perpetua.
Si bien la pena máxima para un homicidio culposo es de 5 años, Canstatt ya lleva cumplidos 3 años y nueve meses y este jueves, cuando se desarrolle la audiencia de cesura, el juez Marcelo Machado no podrá darle el máximo de la pena porque no posee antecedentes penales, hipotetizaron fuentes del caso.
Respecto a Montenegro, que era acusado por una tentativa de homicidio agravado por ser funcionario policial, el jurado popular y soberano consideró que el delito es una tentativa de homicidio pero por exceso del cumplimiento del deber.
En cuanto a la pena, es similar al homicidio culposo pero en grado de tentativa, lo cual se reduce según la escala penal. El magistrado, entonces, también deberá definir la pena para el segundo acusado. Ambas sentencias se alcanzaron con 10 votos de un jurado de 12.
Durante la última jornada, tras conocerse la decisión final, los jurados escucharon los alegatos finales. En su exposición, la fiscal de juicio, María Fernanda Billone, pidió que los policías sean condenados como coautores del delito de “homicidio agravado por abuso de sus funciones”, que prevé la pena de prisión perpetua.
En sintonía la querella de la familia, representada por el abogado Fernando Sicilia e integrada por el CELS, sostuvo: “La bala que mató a Diego Cagliero partió del arma de Canstatt. La bala que hirió de gravedad a Mauro Tedesco partió del arma de Montenegro”.
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En tanto, las defensas consideraron que fue un caso de “legítima defensa” y, subsidiariamente, solicitaron que los jurados se decidan por un “exceso en legítima defensa” o un “homicidio culposo”. También plantearon que el hecho fuera encuadrado como un “error de prohibición invencible”, es decir, que ambos sabían lo que hacían pero creyeron erróneamente que estaría permitido, por lo que quedarían excluidos de culpabilidad.
El caso
Todo se remonta al domingo 19 de mayo de 2019 en la localidad de Martín Coronado, en el partido bonaerense de Tres de Febrero. Era pasado el mediodía y Cagliero, acompañado de sus amigos —Ángel, Damián, Rodrigo, Jonathan, Emmanuel, Mauro y Alfonso— volvían juntos del velatorio de un amigo en común. Para hacer más ameno ese duro momento decidieron hacer un asado: juntaron dinero y se dirigieron a un supermercado de la zona. Una vez en el comercio, algunos de ellos tomaron productos indebidamente, los escondieron entre sus ropas y se fueron sin pagar.
Al ser descubiertos por los empleados del local el grupo de amigos devolvió varias cosas, pero uno de ellos alcanzó a llevarse algunos productos. Esto provocó la indignación de los trabajadores, que salieron a buscar a la Policía para recuperar la mercadería. En el camino se cruzaron con un patrullero y denunciaron lo ocurrido, dándoles como seña que el grupo se movía en una camioneta tipo furgón, una Fiat Ducato. A partir de ese momento, comenzaría una persecución que terminó con el peor desenlace.
De acuerdo con el seguimiento de las audiencias del juicio realizado por el CELS, los efectivos de la Policía Bonaerense que viajaban en el patrullero dieron aviso por radio para solicitar apoyo de otras unidades. El despliegue policial finalizó en la esquina de la avenida Márquez y Campo de Mayo, de Martín Coronado, a una cuadra y media de la Comisaría 5° de Eufrasio Álvarez, donde seis patrulleros encerraron a la camioneta mientras esperaba que el semáforo cambiara a verde.
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Asustado e incrédulo por lo que ocurría, Ángel, uno de los amigos de Diego Cagliero que conducía la Fiat Ducato, atinó a dar un volantazo y avanzó unos pocos metros pero a muy baja velocidad. La respuesta de los efectivos fue una balacera que no le dejó otra opción al conductor que detener la marcha.
Dos de los disparos impactaron en Mauro Tedesco, que ya gritaba de dolor, y Cagliero, quien ya estaba convulsionando. En ese momento, los ocupantes del vehículo comprendieron que los golpes que escucharon sobre los laterales de la camioneta eran disparos de arma de fuego.
Los policías aseguraron que escucharon tiros y los repelieron con disparos, uno de los cuales le dio en el pecho a Cagliero.
Sin embargo, en el juicio los peritos de Gendarmería Nacional Argentina (GNA) no hallaron pruebas de que hubo disparos hacia los efectivos desde el interior del vehículo en la que viajaba la víctima.
El perito oficial, Mauro Gómez Foresta, explicó que las marcas características impresas en el plomo que mató a Diego “pertenecen a una de las pistolas peritadas”, y el juez Machado leyó que el 19 de mayo de 2019 pertenecía “al oficial Rodrigo Canstatt”, informó el CELS en un comunicado.
La testigo Balbina de Jesús Cristaldo, alférez de la GNA, licenciada en criminalística en la División Balística del Laboratorio de Criminalística de esa fuerza, confirmó lo dicho por su colega y determinó que el oficial Montenegro hirió a Tedesco con un disparo en la zona púbica.
Gómez Foresta, perito oficial en el Instituto de Ciencias Forenses de Lomas de Zamora, especialista en balística, analizó también las armas “plantadas” por la policía y confirmó que el revólver calibre .32 tenía sus cartuchos intactos y que el arma réplica de aire comprimido, por su funcionamiento, no puede dejar residuos de disparo bajo ninguna circunstancia.
También confirmó que toda la evidencia balística analizada corresponde al calibre 9 milímetros, compatible con las armas policiales.
*Con información de Télam
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