Acusan a dos policías de la Bonaerense de matar a un músico en un caso de “gatillo fácil”: hoy se conocerá la sentencia

Ocurrió en mayo de 2019 en Martín Coronado: la víctima fue Diego Cagliero. Los oficiales Rodrigo Canstatt y Sergio Montenegro fueron enviados a juicio y el veredicto se conocerá esta tarde

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Adriana García y su hijo,
Adriana García y su hijo, Diego Cagliero.

“Para conseguir la condena se necesita la unanimidad, una cuestión que es bastante dificultosa. La defensa va por el lado de un exceso en cumplimiento del deber. También está la posibilidad de que sean condenados por homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego”, dijo Fernando Sicilia, abogado querellante de la familia del músico Diego Cagliero, asesinado en mayo de 2019 en Martín Coronado. Rodrigo Canstatt y Sergio Montenegro, dos policías de la Bonaerense, fueron acusados por el hecho y enviados a juicio, acusados de disparar a mansalva para matarlo mientras viajaba en una camioneta.

Hoy, tras un mes de juicio por jurados ante el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de San Martín, presidido por el magistrado Marcelo Machado; comenzarán los alegatos finales y, posteriormente, el jurado dará su veredicto sobre los acusados, probablemente en horas de la tarde. No solo se los acusa de matar a Cagliero, sino también por intento de homicidio de otros siete jóvenes que viajaban junto al músico.

Durante un breve contacto con Infobae minutos antes de ingresar a los Tribunales de San Martín, Sicilia -en una querella del caso que también integra el CELS- cree que es posible que los imputados sean condenados “por actuar en exceso de sus funciones”. Sin embargo, el letrado advirtió: “Se necesitan 10 votos, y es más probable para que no le pese al jurado la perpetua”.

Corría el domingo 19 de mayo de 2019 en la localidad de Martín Coronado, en el partido bonaerense de Tres de Febrero. Ya había pasado el mediodía y Cagliero, acompañado por sus amigos Ángel, Damián, Rodrigo, Jonathan, Emmanuel, Mauro y Alfonso, volvían juntos del velatorio de un amigo en común. Para hacerse compañía en ese duro momento decidieron hacer un asado. Juntaron el dinero necesario y se dirigieron a un supermercado de la zona para realizar las compras correspondientes. Ya en el comercio, algunos de ellos tomaron productos indebidamente, los escondieron entre sus ropas y se fueron sin pagar.

Al ser descubiertos por los empleados del local, devolvieron varias cosas pero uno de ellos alcanzó a llevarse algunos productos. Esto provocó la indignación de los trabajadores, que salieron a buscar a la Policía para recuperar la mercadería. En el camino se cruzaron con un patrullero y denunciaron lo ocurrido, dándoles como seña que el grupo se movía en una camioneta tipo furgón, una Fiat Ducato. A partir de ese momento, comenzaría una persecución que terminaría con el peor desenlace.

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Según se puede constatar en el seguimiento de las audiencias del juicio realizado por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) —querellante de Emmanuel Albelo y Alfonso Roldán—, los efectivos de la Policía Bonaerense que viajaban en dicho móvil policial dieron aviso por radio para solicitar apoyo de otras unidades. El despliegue policial finalizó en la esquina de la avenida Márquez y Campo de Mayo, de Martín Coronado, a una cuadra y media de la Comisaría 5ta de Eufrasio Álvarez, donde seis patrulleros encerraron a la camioneta mientras esperaba que el semáforo cambiara a verde.

Robo y persecución a los tiros en Martín Coronado

Asustado e incrédulo por lo que ocurría, Ángel, uno de los amigos de Diego Cagliero que conducía la Fiat Ducato, atinó a dar un volantazo y avanzó unos pocos metros pero a muy baja velocidad. La respuesta de los efectivos fue una balacera que no le dejó otra opción al conductor que detener la marcha de la camioneta.

Dos de los disparos impactaron en Mauro Tedesco, que ya gritaba de dolor, y Cagliero, quien ya estaba convulsionando. En ese momento, los ocupantes del vehículo comprendieron que los golpes que escucharon sobre los laterales de la camioneta eran disparos de arma de fuego.

La acusación sostiene que los policías Rodrigo Canstatt y Sergio Montenegro, por ese entonces efectivos del Comando de Patrullas de Tres de Febrero, dispararon al menos 13 veces sus armas reglamentarias contra una camioneta que, para colmo, no tenía ventanas. Mientras que Cagliero murió en el lugar, Tedesco debió ser internado por la herida de bala. Los otros seis integrantes del grupo de amigos no recibió ningún disparo y salieron ilesos del ataque.

Se hallaron armas en la camioneta: las pericias determinaron que no habían sido disparadas, lo cual echó por tierra cualquier hipótesis de un supuesto nfrentamiento.

La investigación arrojó que el
La investigación arrojó que el oficial Rodrigo Canstatt disparó 10 veces y mató a Diego Cagliero.

Ambos policías están acusados de homicidio agravado por haber sido cometido por un miembro de fuerza de seguridad y por el uso de arma de fuego, además de tentativa de homicidio agravada del resto de los ocupantes de la camioneta.

Debido a que los delitos que se les imputan a los efectivos policiales son considerados graves, la ley bonaerense dispuso que el juicio fuera por jurado popular, el cual hoy debería presentar un fallo unánime para que los policías imputados sean condenados.

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De cara a la décima audiencia del juicio, desde el CELS le explicaron a este medio que “la expectativa está centrada en que el jurado pueda reconocer cómo la policía desplegó de manera innecesaria un uso desmedido de la fuerza. Y luego, a sabiendas de esta desproporcionalidad, plantó pruebas para montar una escena de peligrosidad y justificar su accionar abusivo”.

Sergio Montenegro hirió a Mauro
Sergio Montenegro hirió a Mauro Tedesco.

“Esta forma de intervención policial no es una práctica aislada. Es un modo de actuar incorporado en las policías: aplicar un uso desmedido de la fuerza y luego falsear los hechos para hacer prevalecer el relato policial. El sistema judicial, por su parte, suele convalidar esta versión policial de los hechos”, dijeron las fuentes consultadas del CELS.

Por último, la ONG planteó la importancia de que el jurado “pueda reconocer la responsabilidad de la policía en la intervención desproporcionada y violenta”, sumado a que, en busca de justificarse, “manipuló la escena para involucrar a los jóvenes en la comisión de otros delitos”.

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