“¿Cómo lo explico, qué digo?”: un testigo contó la reacción del acusado de matar a Lucía Pérez tras el crimen

En la segunda jornada del segundo juicio por la muerte de la menor, ocurrida en 2016 en Mar del Plata, declararán ocho testigos. Ya hablaron dos policías, el enfermero que atendió a Lucía y un vecino que, frente a la sala de salud a donde llevaron a la víctima, vio que los acusados estaban “intranquilos”

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La sala de audiencias con
La sala de audiencias con los jueces del Tribunal N°2.

(Enviado especial) “Cómo lo explico, qué digo, qué hago”, dijo Matías Gabriel Farías, el principal acusado por la muerte de Lucía Pérez, apenas los médicos de la sala de salud -a donde él y dos personas más la habían llevado desvanecida- le anunciaron que la menor estaba muerta. Esa es al menos la versión que dio Mauricio Fabián Stambulski, uno de los testigos que declaró este miércoles en la segunda jornada del segundo juicio que trata de dilucidar cómo murió la menor.

“Estaban intranquilos, había algo raro”, declaró este hombre, vecino de la zona de la salita de La Serena, que ese sábado 8 de octubre de 2016 por la tarde esperaba la llegada de una de sus hijas en un colectivo cuando vio arribar a gran velocidad una camioneta Fiat donde Farías, junto a Juan Pablo Offidani y Alejandro Maciel, traían a Lucía en la caja del vehículo.

“Estaba sentado en mi coche esperando a mi hija. Veo que llega una camioneta chiquita, rápido, con una chica atrás y otro chico que la venía acompañando y dos personas más grandes manejando. Bajan corriendo y yo me acerco para ayudar y llaman al enfermero”, explicó Stambulski, que relató que en ese momento, mientras intentan cargarla hacia la sala de emergencias, “el hombre más grande, de unos 40 años, el que manejaba, la agarró mal, se tropieza y cae a la vereda con esta chica”.

El testigo explicó que luego de que ingresaran al shock room a Lucía, él se alejó de la situación y fue hasta su auto, desde donde escuchó un diálogo entre “la persona joven y el que manejaba”, presumiblemente Farías y Offidani, en la vereda.

“Cómo lo explico, qué digo, qué hago”, es lo que escuchó Stambulski. Y el otro hombre le respondió “Tranquilo, después vemos”. Ambos imputados presencian el juicio por videoconferencia desde sus respectivos penales.

Padre, madre y hermano de
Padre, madre y hermano de la víctima ayer tras la primera audiencia.

Su testimonio incorporó por primera vez en este debate de manera concreta y en los hechos a Offidani, sobre quien pesa la sospecha -tanto en el fiscal del juicio como en las abogadas de la familia Pérez Montero- de que tuvo una participación en el crimen, primaria (es decir, fundamental para propiciar la muerte) o secundaria.

“Era como el jefe, el que manejaba todo”, amplió Stambulski sobre Offidani, sin nombrarlo. También contó que al confirmarse clínicamente la muerte de Lucía, los médicos llamaron a la Policía -la comisaría 13 está ubicada a 50 metros- y que cuando llegaron los primeros dos agentes, Offidani y Maciel (que murió por una enfermedad en 2020), se fueron en la camioneta “arando”.

“Cuando sale (el médico) le informó que estaba sin vida. Llaman a la policía y cuando se viene acercando la policía estaban intranquilos, se metió el policía a la salita y el que manejaba (Offidani) se fue con el hombre mayor (Maciel) en la camioneta y quedó este pibe solo. Salieron escapándose de algo y quedó el pibe este ahí”, declaró el testigo.

Para Stambulski, Offidani se comportaba “como el jefe de la situación”, al menos en la escena de la que le tocó accidentalmente ser testigo aquel 8 de octubre.

Durante la jornada, que tiene preestablecida la declaración de ocho testigos y se presume que durará hasta entrada la tarde, testificaron hasta ahora el enfermero de la salita y dos policías, los primeros en llegar ante el llamado del médico.

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Primer juicio: los acusados Offidani,
Primer juicio: los acusados Offidani, Farías y Maciel, hoy fallecido.

Una policía reveló que tomó fotos del cadáver de Lucía

El enfermero Diego Maximiliano Radubaniuk declaró que Lucía entró a la sala de primeros auxilios sin signos vitales. Recordó que había entrado un hombre con la camiseta de Aldosivi (Farías) a los gritos. “Salgo y veo una camioneta con dos personas más que estaban bajando de la caja a Lucía. La bajan entre ellos, la trasladan a la sala, no recuerdo si se golpea o se cae y ayudo a ingresarla a la sala”, detalló.

“No tenía signos vitales, se queda adentro una sola persona, la que estaba con la camiseta de Aldosivi, y empezamos con maniobras de RCP, pero no pudimos, llamamos a cardio y a la Policía”, comentó el enfermero y estimó que las maniobras de reanimación duraron aproximadamente 20 minutos.

Cielo Rivelli, agente de la Comisaría 13° de Playa Serena, contó por primera vez -ya que no lo había dicho ni en la instrucción del caso, hecha por la fiscal Sánchez, ni en el primer juicio- que ella tomó fotos al cuerpo sin vida de Pérez mientras tomaba declaración al médico y enfermero que estaban a cargo de la salita de atención y afirmó que el personal de salud le refirió que la menor había llegado muerta.

El conocimiento de nuevas fotos determinaron un pequeño debate entre las partes y los jueces del Tribunal Oral N°2 de Mar del Plata para definir si aceptaban incorporarlas, ya que son prueba y el Tribunal de Casación, al pedir que se hiciera un nuevo juicio remarcó que no se podía sumar evidencia. Sin embargo, se definió que debía conocerse la nueva prueba y Rivelli, entonces, exhibió las fotos a las partes, que luego sirvieron para cotejar información con otros testigos del día.

El juicio busca determinar si Matías Gabriel Farías (que en ese entonces tenía 23 años) asesinó a Pérez y cometió un abuso sexual mientras consumían cocaína en su casa. También apunta contra el rol de Juan Pablo Offidani (43), amigo del otro imputado, quien se presume que llevó en su auto a la menor hasta la casa donde luego moriría y, más tarde, ya sin vida, a la salita de atención primaria de Playa Serena.

Farías en el primer juicio.
Farías en el primer juicio.

La declaración de Rivelli ayudó a clarificar qué pasó en los primeros minutos posteriores a que los médicos certificaran la muerte de Pérez. La mujer policía contó que recibieron una llamada a la comisaría, que no se escuchaba bien pero que entendió que hablaban de una muerte. Lo mismo ratificó su compañero José Luis Gerez.

La mujer describió que en la vereda del centro de atención estaba esperando Farías, vestido con la camiseta del club de fútbol local Aldosivi, y dentro del lugar estaban un médico y un enfermero.

“Había un muchacho afuera, morocho, nos dijeron que él había traído a esta chica. No teníamos apellido, documento (de ella), sabíamos que había llegado sin vida y que habían tratado de reanimarla. En la vereda estaba Farías y me comenta que es una chica que había conocido ese día, que cerca del mediodía habían arreglado para ir a su casa y que habían consumido gran cantidad de cocaína”, contó Rivelli.

La policía explicó que se centraron, inicialmente, en identificar a Lucía y encontrar a su familia. Farías les dijo que sólo sabía que se llamaba Lucía y que la había conocido “a través de una amiga”. Según dijo Rivelli, eso sucedió cerca de las 15.30 del sábado 8 de octubre de 2016. Y Farías le dijo que Lucía “tenía 18 años”.

La defensa oficial del imputado, a cargo de María Laura Solari, remarca parte de su trabajo sobre la idea de que Farías siempre creyó que Lucía era mayor de edad. Sin embargo, en un chat incorporado al expediente, Pérez le dijo que tenía 17 y para la querella y la fiscalía, el acusado tenía que saber que era menor, dado que el día anterior le había ido a vender marihuana a la puerta de su escuela, la Media 3.

Los colectivos feministas, presentes en
Los colectivos feministas, presentes en la jornada de ayer.

Rivelli explicó que retrató el cadáver de Lucía con la finalidad, sobre todo, de tener rasgos característicos para identificarla ante amigos o familiares porque Farías no sabía más que su nombre. “Le saqué fotos a Lucía ni bien entré. Le saqué en la camilla, a las ‘rastas’ para identificarla y una foto donde se podía ver que no tenía calzado, con la media puesta, porque me llamó la atención”, explicó y apuntó contra María Isabel Sánchez, la fiscal de instrucción del caso: “No me hizo ningún pedido sobre las fotos que saqué por eso nunca las mostré”.

La agente de la Bonaerense detalló que no observó hematomas a simple vista, sólo una curita en una mano que el médico le explicó que era porque le habían puesto suero durante la media hora que duraron los intentos de reanimarla. Además detalló: “Vi polvo blanco cerca de la nariz, no vi moretones pero tampoco toqué el cuerpo. No vi sangrado”.

Rivelli fue la policía que finalmente, tras localizar a una amiga de Pérez, contactó a la familia y le tuvo que comunicar la noticia de la muerte a su hermano Matías y a su madre, Marta.

fotos: Christian Heit

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