El dramático testimonio de la madre de Lucía Pérez: “En la comisaría me dijeron que murió de sobredosis”

Marta Montero fue la primera testigo en declarar durante el segundo juicio por el femicidio de la joven marplatense, asesinada en 2016. La insólita pregunta de la defensa al hermano de la víctima

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Marta Montero, madre de Lucía
Marta Montero, madre de Lucía Pérez, junto a Horacio Pietragalla, secretario de Derechos Humanos de la Nación, en la pequeña sala donde se desarrolla el juicio (Cristian Heit)

(Enviado especial) El segundo juicio que intenta dilucidar las circunstancias de la muerte de Lucía Pérez, presuntamente asesinada tras un abuso sexual en 2016 por Matías Gabriel Farías, un vendedor de drogas de poca monta de Mar del Plata, comenzó este martes por la mañana en el Tribunal N°2 de esta ciudad, con la declaración testimonial de Marta Montero, madre de la víctima, su padre Guillermo, su hermano Matías y dos amigas.

Montero, que es enfermera, relató cómo era la relación con su hija, describió su personalidad y recordó cómo fueron sus últimos momentos al lado de Lucía, en la mañana de aquel sábado 8 de octubre de hace más de seis años.

“Ese día me fui a trabajar, como todos los días, me levanté cinco menos diez de la mañana, y cinco y cuarto mi esposo me lleva al lugar donde trabajaba. Cuando me fui la despedí, le di un beso y le dije ‘te quiero mucho’. Le di 100 pesos porque ella me había pedido para salir con las chicas, y me dijo ‘yo también te quiero mucho’. Ese es el último contacto de amor y de madre que tuve con ella”, contó la mujer.

Marta llevaba puesta una pechera blanca con una foto de su hija en el pecho y la leyenda “Lucía por vos juramos vencer”. Declaró durante casi dos horas en la sala donde se desarrolla el juicio, tan pequeña que los asistentes de cada una de las partes están juntas y pueden ver y escuchar lo que conversan entre sí.

Estaban presentes Horacio Pietragalla, secretario de Derechos Humanos; Estela Díaz, ministra de Mujeres bonaerense; Sergio Maldonado, hermano de Santiago, el joven muerto durante una represión de Gendarmería en la Patagonia en 2017; y la diputada Romina del Pla, del Frente de Izquierda. También asistió a la audiencia Gustavo Melmann, padre de Natalia, asesinada por policías en Miramar en 2001. Muchos de ellos, como algunos pocos periodistas, siguieron el debate desde una sala calurosa en el segundo edificio del piso de Tribunales.

Marta recordó que Lucía siempre la esperaba con mates a la llegada de su trabajo y que conversaban mucho. Relató que para ese sábado le había pedido 100 pesos (“serán unos 1.000 de ahora”, calculó a pedido del fiscal) para salir con sus amigas y también que le pensaba comprar un buzo y un pantalón.

“Yo cobraba el salario familiar en mi sueldo y lo destinaba a eso. Le iba a comprar. ‘Lo que me alcance te voy a comprar’”, revivió entre sollozos y siguió con la voz cortada: “Y nada. Le dije que me espere que íbamos a ir a Juan B. Justo. A veces paso por el lugar. Le dije ‘te voy a llevar’. Una de las dos cosas le iba a comprar. Eso íbamos a hacer ese sábado”.

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2018: Marta junto a su
2018: Marta junto a su hijo Matías en una marcha en el centro porteño (Nicolás Stulberg)

Pero ese sábado, Lucía tuvo su última conexión a WhatsApp a las 10.30, el horario aproximado en el que se supone que se encontró con los acusados, Matías Farías y Juan Pablo Offidani. Se presume, por los chats registrados en la causa, que Pérez iba a comprarle marihuana y pagarle con esos 100 pesos. También, que Offidani la llevó a la casa de Farías y que allí este hombre abusó sexualmente de ella después de fumar cannabis y tomar cocaína. “La secuestró esta narcobanda, para mí le apagaron el teléfono apenas la subieron al auto”, dijo la madre de la víctima.

Montero dijo no saber si su hija consumía drogas. Declaró que ni siquiera fumaba tabaco, o no, al menos, delante suyo, después de una vez que la vio fumar y la reprendió. “Nunca supe que hubiese fumado otra cosa”, aclaró.

Una de las abogadas que la representa, Verónica Heredia, le preguntó si hubo alguna actitud de su hija que le llamara la atención en esos días. “No, porque es lo que digo. Lucía era esto (en ese momento, mostró un atrapasueños). Era una persona ocupada, preocupada por sus cosas. Nunca vi nada que me llamara la atención, que pareciera algo raro. Si no, hubiese preguntado. Soy una persona abierta. Crié a mis hijos de esa manera. Así como trabajo de enfermera para los demás, uno hace tareas humanitarias terribles, de la misma manera lo hacía con mis hijos. Si hubiese tenido sospechas hubiese averiguado”, respondió.

La madre de Lucía relató que el sábado a la mañana volvió de trabajar y empezó a llamarla al celular y Lucía no respondía. Horas más tarde, su hijo le avisó que lo había llamado la Policía para decirle que la joven había sufrido un accidente y que tenían que ir hasta la comisaría de Playa La Serena.

“Cuando iba llegando le dijeron ‘Tu hermana está muerta’. Fui a la comisaría, me atendió un comisario con una mujer policía. Me dijeron que Lucía había muerto de sobredosis. Me dijo ‘la trajo su novio’. Pero Lucía no tenía novio. Me tomó una declaración. Cuando me dijo ‘Murió de sobredosis, la trajo su novio’ yo le dije ‘Lucía no tenía novio, ¿cómo sabe que murió de sobredosis?’ Eso fue todo. Era lo lógico porque un policía no me puede decir eso porque no se hizo una autopsia. No es el protocolo de un policía para hablar con una madre. Declaré. No podía”, contó Marta pero su relató se interrumpió con su llanto.

Los jueces y los abogados
Los jueces y los abogados de las partes en la minúscula sala del sexto piso de los Tribunales de Mar del Plata (Cristian Heit)

Luego, siguió: “No podía entender lo que me estaba diciendo. No podía entender que Lucía estaba muerta. No lo podía entender. La dejé viva 5 y cuarto de la mañana, le dejé 100 pesos y le dije ‘te quiero mucho’. No podía entender que me dijera ese tipo que mi hija estaba muerta”. También contó que en la morgue pudo ver a su hija, abrirle los ojos y recordó que “tenía olor a limpio”.

Según la investigación, cuando Lucía muere en la cama de Farías, éste último llama a Offidani y entre los dos limpian la escena del crimen, descartan las drogas que había en la casa del barrio Alfar, lavan el cuerpo y lo llevan a la sala de atención primaria de La Serena, donde los médicos constatan su muerte. Ambos sospechosos están acusados por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por el suministro de estupefacientes seguido de muerte en concurso real con femicidio, cuya pena máxima es la reclusión perpetua.

Farías está alojado en la Unidad Penal 42 de Florencio Varela y Offidani, en la UP 44 de Batán. Ambos participaron por videoconferencia de los primeros minutos de la audiencia pero desistieron de seguir el debate y apagaron sus cámaras antes de que declare Marta.

A una pregunta del fiscal sobre si Lucía le contaba si le gustaba algún chico, Marta respondió: “Estos eran tres narcos, se dedicaban a vender drogas. La captaron el día anterior en la escuela. Ahí es cuando ellos captan a esa criatura. ¿Por qué el celular de Lucía quedó apagado a las 10 de la mañana? ¿Alguien sabe que Lucía apagó su teléfono o le secuestraron el celular? ¿Entró por su voluntad a esa camioneta? Siempre me hice esa pregunta en estos siete años. Lucía lo único que quería era pagar esa deuda (se refiere a que el día anterior le había comprado marihuana a Farías en la puerta de su escuela). Ella sabía y seguramente tuvo miedo. Si me enteraba, me iba a enojar mucho”.

El momento de mayor tensión de la declaración de Montero se dio cuando llegaron las preguntas de las defensas, tanto de Farías como de Offidani. María Laura Solari, defensora oficial de Farías, le preguntó qué le dijo la fiscal de instrucción Sánchez sobre la causa de muerte de Lucía: “Que fue por abuso sexual”, respondió, lacónica. Habían pasado ya casi dos horas de declaración y cada pregunta sobre la vida privada de Lucía generaba murmullos en la sala del segundo piso donde miraban el juicio los “amicus curiae” del Tribunal y, entre otras, Estela Díaz.

Guillermo, Matías y Marta en
Guillermo, Matías y Marta en la antesala del juicio este martes en Mar del Plata (Cristian Heit)

El testimonio del hermano de la víctima

“Me comentó Lucía una vez que consumía estupefacientes. No volvimos a hablar. Me comentó que una vez había probado cocaína. Yo le dije que no estaba de acuerdo y no hablamos más. Yo no consumo cocaína. Marihuana sí. Fumamos un par de porros. Estaba perfecta de salud”, aseguró Matías, hermano de Lucía, que luego protagonizó un fuerte cruce con la defensa de Farías.

Sobre el día del crimen contó: “Salí de trabajar, pasé por mi casa un rato, después me fui, me quedé a dormir en lo de mi novia. Me parece que a Lucía la vi a la tarde. Habíamos hablado por teléfono, me había pedido plata, necesitaba 50 pesos, le dije que no tenía plata en casa, que después se la iba a acercar. Iba a pegar porro, una cosa así. Sobre Farías me dijo que era un loco que no tenía confianza, una cosa de esas. Me contó que era alguien nuevo, que no lo conocía. No me dijo que se iba a encontrar”, concluyó.

La defensa incluso llegó a preguntar: “¿Usted le vendió a su hermana?”. Pero la pregunta no fue aceptada por el Tribunal.

Estaba previsto que este martes declarara Belén Mella, la amiga de Lucía que la vinculó a Farías, pero la joven se fue a vivir a Barcelona y no quiere declarar: su situación con respecto al juicio continúa en suspenso. La defensa de Farías propuso tomarle declaración por videoconferencia. Para Marta, Belén era usada por Farías para captar jovenes menores de edad.

También declaró Sol Anahí Adura, amiga de Lucía, que contó que ella le había comprado marihuana un día antes del crimen a Farías, también vinculada por Belén. “Ella me comenta que Farías vendía marihuana y le dije ‘bueno qué raro’ porque no había marihuana en ningún lado en esa época, era invierno. Yo lo agendo como “Mati T” por “Mati Transa”, y me cuenta que él a Lucía le tiraba onda”, relató la joven quien dijo que su amiga sólo consumía marihuana.

Las audiencias continuarán mañana miércoles y el jueves. Se espera que declaren unos 15 testigos, entre ellos médicos y peritos forenses. El juicio continuará todo febrero y se espera que el veredicto esté a fin de mes.

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