El fiscal de San Isidro Alejandro Musso, uno de los tres investigadores del doble crimen de Vicente López, pidió en las últimas horas el sobreseimiento de María Ninfa Aquino (64), la empleada que trabajaba en la casa de José Enrique del Río (74) y María Mercedes Alonso (72), hallados asesinados a balazos el 25 de agosto pasado en su casa, y por cuyo homicidio permanece detenido el hijo menor de ambos, Martín.
“De acuerdo al estado actual de la investigación, y a lo sostenido por el equipo de colegas en este estadio procesal, corresponde hacer lugar al sobreseimiento”, sostuvo el fiscal Musso en el escrito presentado al juez de Garantías N°1 de San Isidro, Ricardo Costa, quien le corrió vista sobre la situación procesal de la mujer de nacionalidad paraguaya que trabajaba hacía 12 años en la casa de las víctimas y que estuvo 13 días detenida, acusada como “entregadora”.
“Cierto es que, en los albores de la investigación y de acuerdo a las probanzas colectadas, Aquino inexorablemente ha sido vinculada al quehacer delictivo en torno a la muerte de la Sra. Alonso y el Sr. Del Río, no solo por las diligencias preliminares efectuadas sino, además, el halo de sospecha que, claramente, a la luz de la sustanciación de la investigación, se ha visibilizado como una construcción del ahora imputado Martín Del Rio”, sentenció el funcionario judicial.
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Según pudo saber Infobae, los fiscales en las últimas horas contestaron la vista en función de lo que consideraron que era el tiempo adecuado para resolver la situación de María Ninfa, ya que pudieron analizar toda la prueba forense digital y contrastarlo con las cámaras de seguridad: “No surgió nada extraño respecto de Aquino, justo llegó el pedido de sobreseimiento y por eso salió”.
En noviembre pasado, el juez Costa había rechazado el sobreseimiento de la empleada de las víctimas al coincidir con el dictamen que un mes antes habían firmado los fiscales del caso, oponiéndose por considerar que era “prematuro” hacer lugar al pedido del defensor Hugo López Carribero.
“No se adquiere la certeza necesaria para desvincular a la imputada definitivamente de la presente investigación”, señaló el magistrado en uno de los párrafos de su resolución. De todas maneras, Aquino permaneció en libertad.
Ahora, el fiscal Musso destacó que, si bien “la actitud adoptada por la imputada en los prolegómenos -e inmediatamente después del hecho de la investigación- ha sido, cuanto menos, sospechosa”; tras “la batería de medidas de rigor científico y (su) posterior análisis técnico de rastros digitales que arrojaron claridad sobre el evento, lo cual permitió variar la suerte de la imputada”.
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Y aclaró el fiscal: “No resultando ocioso señalar el dificultoso panorama probatorio que el propio Martín del Rio generó adrede, en forma planificada y pensante, que tenía como norte la incriminación de su empleada”.
Es que, sl día siguiente del hallazgo de los cuerpos, Aquino se transformó en la primera detenida por el crimen de sus empleadores tras una serie de contradicciones y actitudes sospechosas para los fiscales: tardó más de dos horas en hallar los cuerpos, no notó el desorden en le casa. Pero también porque la incriminó el propio Martín del Río, hijo de las víctimas.
El ahora detenido fue quien le dijo a los fiscales que la cartera tipo sobre de cuero rojizo hallada en la casa de la empleada, y de la cual la mujer tenía una foto borrada en el celular, era una “reliquia familiar” de más de 40 años, donde su madre ocultaba la llave de la caja fuerte de la casa. Sin embargo, los fiscales probaron que pertenecía a una colección de los años 2010/2011 de la firma “Prüne” y Aquino aclaró que su empleadora se la había obsequiado unos meses atrás.
El caso
Del Río padre y su esposa Alonso aparecieron asesinados a balazos: el hombre había recibido tres balazos, la mujer uno en la cara. Los cuerpos estaban en el interior del Mercedes Benz de la pareja, que se encontraba estacionado en el garaje de su casona de la calle Melo 1101, de Vicente López.
Si bien la empleada fue la primera detenida, el juez de la causa la liberó por falta de pruebas y el 7 de septiembre los fiscales detuvieron al hijo menor de los fallecidos, Martín, como supuesto autor de un doble parricidio.
En base a la prueba fílmica, tecnológica y testimonial recopilada por la fiscalía, el juez Costa dictó la prisión preventiva de Del Río hijo como autor de un “doble homicidio calificado por alevosía, por el vínculo, por el uso de arma de fuego y por ser criminis causa” (matar para lograr la impunidad), delito que prevé como única pena la prisión perpetua.
Para los fiscales, el móvil fue económico y está vinculado a la frustrada operación inmobiliaria por la cual las víctimas pensaban que ese mismo día iban a mudarse a un lujoso departamento del barrio porteño de Núñez, valuado en más de un millón y medio de dólares, y que Del Río hijo nunca pudo concretar.
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