Para el abogado de la familia Báez Sosa, las disculpas de los rugbiers “fueron más un pedido de clemencia al Tribunal”

Fabián Améndola se refirió a las últimas palabras de los ocho acusado en el juicio y pidió que todos reciban prisión perpetua

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El pedido de disculpas de los acusados en el juicio de Fernando Baez Sosa en el último día de los alegatos

A pocos días de que se conozca el veredicto en el juicio por el crimen Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a golpes en enero de 2020 en Villa Gesell, Fabián Améndola, uno de los abogados que representa a la familia de la víctima en el debate, habló acerca de lo que fue la etapa de los alegatos que concluyó ayer y se refirió especialmente al pedido de perdón que hicieron los ocho rugbiers acusados del asesinato, a quienes criticó con dureza.

En ese sentido, el letrado sostuvo que para la querella las últimas palabras expresadas por los imputados no fueron genuinas y que se trató de un discurso armado. “Son personas jóvenes que además de llevarse la vida de Fernando como trofeo, perdieron casi la propia. Sobre el pedido de disculpas de la última jornada, no me impresionó como algo que fuera sentido ni que naciera de su voluntad, sino que fue algo que quisieron decir y les aconsejaron”, dijo Améndola en diálogo con radio La Red.

“Los ocho dijeron lo mismo, en los mismos términos. Cuando se ve, en realidad el pedido de disculpas fue un pedido de clemencia al Tribunal porque fue dirigido a ellos y no dirigido a las personas a las que tenían pedir disculpas”, cuestionó el abogado, quien aprovechó el reportaje para pedirle a los jueces que todos los rugbiers reciban la condena más alta.

“Creemos que tienen que terminar todos de la misma manera y así lo pedimos. Los ocho tienen la misma responsabilidad. Sería injusto que no haya reclusión perpetua. La calificación -homicidio doblemente agravado en concurso ideal con lesiones leve- tiene esa pena. No lo inventamos nosotros. Está en el Código Penal, son las reglas de esta sociedad”, agregó.

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Respecto al juicio que está por concluir, Améndola hizo una valoración positiva y destacó el trabajo de la querella. “Jurídicamente estamos conformes. Pudimos demostrar mucho más de lo que nos propusimos antes del arrancar el juicio. Fue procedimiento en el que hubo un montón de testigos con buena predisposición a hablar. Muchos de los testigos terminaron aportando mayores datos. Así se construyó la acusación final”, dijo.

Aseguró que lograron probar que en la escena del crimen “estaban los ocho presentes” y que fue algo premeditado. “Si no todos hubieran tenido la misma participación hubiéramos hecho la diferencia, pero nos encontramos con otro panorama”, señaló.

Graciela Sosa, mamá de Fernando
Graciela Sosa, mamá de Fernando Báez Sosa (Foto: Ezequiel Acuña)

Además tuvo tiempo para referirse al alegato vertido por el abogado defensor, Hugo Tomei, quien sostuvo que se trató de una riña y le pidió a los magistrados que absuelvan a los imputados porque considera que el hecho, tal como lo expuso la Fiscalía y la querella, “no está probado”. Sin embargo, Améndola aseguró que en el debate pudieron demostrar que el crimen de Fernando estuvo lejos de considerarse una simple pelea callejera.

“Cuando hay una búsqueda de un resultado en común, que en este caso es la muerte de una persona, responden todos de la misma manera. Riña no puede haber nunca porque tendría que haber comportamiento recíproco. Tiene que haber una pelea. Lo que no puede haber en una riña es un acuerdo previo. Y eso quedó demostrado”, explicó el letrado.

Finalmente, el abogado querellante contó que para preparar el juicio investigaron los antecedentes de los acusados en Zárate para acreditar que “tenían un mecanismo aceitado de ataque, pero en el que sabían cuándo parar”.

“Por eso no había otros Fernando Báez Sosa. Ellos con este tipo de ataque sabían dónde parar. Acá no es que se les fue la mano. Acá lo molieron a golpes y patadas en la cabeza hasta que se aseguraron de que lo dejaron sin vida”, agregó. En ese sentido dijo que si no hubiera tenido la intención de matarlo -como sostiene la defensa- se hubiera encontrado algún mensaje de arrepentimiento.

“Su actividad fue centrada en cumplir el objetivo. Amenazaron con matar a Fernando y lo mataron”, finalizó.

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