Luego de dos intensas jornadas terminaron este jueves los alegatos del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa. Como un bloque, los funcionarios del Ministerio Público Fiscal, Juan Manuel Dávila y Gustavo García, y los representantes del particular damnificado, encabezados por Fernando Burlando y Fabián Améndola, mantuvieron la calificación original de la causa “homicidio doblemente agravado en concurso ideal con lesiones leves” y pidieron la pena de prisión perpetua para los ocho rugbiers acusados de ser “coautores” del crimen.
Por su parte, la defensa, a cargo de Hugo Tomei, solicitó la absolución “por una cuestión técnica y procesal”. “Se prueba lo que se imputa y se imputó otra cosa distinta de la que se alegó. La imputación habla de cinco sujetos involucrados en la golpiza. Los alegatos, en cambio, de los ocho”, arrancó el abogado el jueves en la jornada de clausura.
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¿En qué puntos basaron unas y otras partes sus fundamentos? Del plan para matar a traición, pasando por el estado de indefensión de la víctima, el “todos hicieron todo” y el pedido de perpetua; hasta “el hecho no está probado” y la solicitud de la absolución. A continuación los puntos claves de ambos alegatos.
¿Hubo o no un plan para matar?
Tanto los fiscales como los abogados del matrimonio Báez Sosa sostienen que la madrugada del 18 de enero de 2020 los imputados se pusieron de acuerdo para matar a Fernando. En su exposición, el fiscal García detalló que el ataque duró 45 segundos y explicitó que, previo a eso, los agresores tuvieron siete minutos para pergeñar el plan.
“Habían sido expulsados del boliche y estaban en la misma vereda y a escasos metros de Fernando. (En ese lapso de tiempo) hubo una estrategia o una planificación sobre cómo iniciar el ataque”, sostuvo el fiscal. En línea, Burlando detalló de manera cronológica la previa a ese “plan criminal” y cuánto demoraron en llevarlo a cabo.
“Los acusados fueron sacados de Le Brique y salieron a la vereda a las 4.32.30. Entre las 4.36.15 y las 4.36.45 se protagonizó una pelea en el local contiguo: Beerland. La misma fue interceptada por personal de infantería que expulsó de allí a Luciano Pertossi. El resto de los acusados, sin embargo, permanecieron en la vereda del local bailable y, a las 4.37, cruzaron para acechar a Fernando. A las 4.38.27, Lucas Pertossi caminó sigilosamente hacia la esquina para ver si la zona estaba liberada (de policías). El acuerdo previo se inició en la vereda de Le Brique a las 4.37. A las 4.42.15 personal de infantería se retiró del lugar y, a las 4.44.30, Ayrton Viollaz dio la orden: ‘Es ahora’, les dijo a sus amigos que, automáticamente, abordaron a Fernando por la espada y en manada. A las 4.45.15 consumaron el homicidio: duró 45 segundos”, dijo el abogado de la familia.
Por su parte, el fiscal Dávila agregó: “La premeditación no quiere decir que hayan pensado: ‘Hoy salgo a bailar y mato una persona’. Quiere decir que instantes previos a la comisión del hecho, las personas se ponen de acuerdo para matar. Eso se puede advertir en todos los videos: que siete minutos antes salen del boliche, cruzan la calle y van al lugar donde está Fernando. Se observó que, ni bien se va el último efectivo policial, inician”.
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En sus alegatos de este jueves, Tomei dejó en claro por qué considera que ese plan no existió, y apuntó contra los acusadores. “A falta de pruebas, dicen que siete minutos después de que salieron del boliche (mis defendidos) acordaron el plan: falso, inverosímil o poco consistente. Nunca hubo un plan para matar. Estos pibes no tuvieron dimensión de lo que había pasado”, sostuvo y descartó que sus defendidos tuvieran intención de asesinar a Báez Sosa.
“¿Estado de indefensión?”
Eso se preguntó el defensor en su alegato, mientras exhibía una captura de pantalla del video filmado por Lucas Pertossi, donde se ve el inicio de la agresión: Fernando en cuero junto a sus amigos. Para descartar la alevosía, a la que previamente remitieron los acusadores (”Los agresores atacaron sin riesgo -porque la policía se había retirado- por distintos lados y directamente a él”), Tomei hizo referencia al enfrentamiento que mantuvieron Máximo Thomsen y Fernando Báez Sosa dentro de la pista de Le Brique.
“Cuando hay una pelea previa, el caso del homicidio deja de ser alevoso porque hay un contexto en que el estado de indefensión no estaría. (La persona) estaría atenta, podría tomar ‘armas’ en el asunto en el sentido de procurar su seguridad. Si tomamos como dato el golpe de Báez Sosa a Thomsen, él (Fernando) ya sabe que puede terminar en otro problema”, expuso.
Respecto al gesto de Thomsen cuando es retirado de la pista por un patovica, el cual Burlando marcó como “un claro anuncio de: ‘Estás muerto’”; Hugo Tomei, en tanto, aseguró: “Hay una construcción narrativa impecable. Tira la mano para arriba porque le falta el aire” (en referencia a la forma en que lo sujeta el personal de seguridad del local bailable).
¿Todos hicieron todo o hubo roles?
En la instrucción penal preparatoria, la fiscal Verónica Zamboni planteó la existencia de roles.
“La acusación que recae sobre los imputados sostiene que tomaron la decisión de matar a Báez Sosa y que, para ejecutar el plan, dividieron sus funciones. Así, cinco de ellos (Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Blas Cinalli) fueron a buscar a Fernando, lo tomaron desprevenido y de espaldas’ y ‘comenzaron a golpearlo en distintas partes del cuerpo (...) Mientras todo eso sucedía, los otros tres (Ayrton Viollaz, Lucas y Luciano Pertossi) formaron ‘una especie de cordón’ para impedir que los amigos de Fernando pudieran auxiliarlo y, además, los golpearon varias veces”, argumentó Zamboni.
Si bien mantuvieron la calificación de la causa, los fiscales y los abogados de los padres de la víctima descartaron que en el ataque feroz hubiera roles y funciones. “Todos hicieron todo. Todos se pusieron de acuerdo para matar a Fernando. Todos lo golpearon. Todos se turnaban”, sostuvo García y acusó a los ocho como coautores.
Pero para Tomei, “si todos hicieron todo, hay incongruencia”. Por ese motivo -un tecnicismo-, primero pidió la absolución y, luego, planteó tres escenarios diferentes de posibles calificaciones: homicidio en riña, homicidio preterintencional y homicidio simple con dolo eventual. Este último contempla una pena de 8 a 25 años; los otros dos, menos de seis.
El veredicto del Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores se conocerá el próximo 6 de febrero a las 13 horas.
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