Los celulares de los rugbiers Enzo Comelli y Blas Cinalli, acusados del crimen de Fernando Báez Sosa, fueron incautados por el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) para investigar si, desde esos aparatos, realizaron publicaciones en redes sociales a través de cuentas reveladas días atrás por Infobae.
El secuestro se efectivizó luego de que, durante el fin de semana, se hiciera público una presunta interacción de los dos rugbiers con cuentas que los apoyan en Instagram. Puntualmente hablan de “Rugbiers.Zarate”, que ya no está disponible y en la cual se publicaron mensajes como “basta de violencia” y “basta de odio”.
Días atrás, este medio había revelado la campaña en redes, a favor de los rugbiers, que se activó con el comienzo del juicio oral en Dolores. Con el mismo hashtag que empleaban tres años atrás, en carteles pegados en las calles de Zárate: #YoApoyoALosRugbiers”.
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Por distintas vías difundieron mensajes de solidaridad para con ellos y hasta realizaron pedidos de oración.
Una rápida búsqueda en Internet permite descubrir cuentas de Instagram que tienen como objetivo “mostrar la otra parte de la historia”, como se podía leer en uno de los posteos del usuario “Rugbiers Zarate”.
“A todos como sociedad nos duele lo ocurrido. Fernando podría ser un nieto, hijo o amigo de cualquiera de nosotros… Pero, por otra parte, los ocho acusados también”, publicaron en esa cuenta que, en Instagram, tenía más de 3.300 seguidores.
En Twitter, otra cuenta con el mismo nombre, con más de 5.000 seguidores, tenía en su descripción una frase que hasta podría sonar contradictoria, a la luz de los hechos: “Basta de condena social. Basta de mentiras. Basta de violencia. Basta de odio”. Irónicamente, las audiencias transcurridas hasta ahora en los tribunales de Dolores demuestran, justamente, que aquella madrugada de enero de 2020, a los acusados les sobró violencia y odio.
En Instagram, esta cuenta “Rugbiers Zarate” se dedicaba, básicamente, a responder consultas de usuarios. La mayoría eran mensajes a favor, como el que escribió un usuario en las últimas horas: “Todavía no entiendo tanto ensañamiento que hay con ellos. La historia tiene dos caras y siempre hay que escuchar las dos”.
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Quien manejaba esa cuenta también responde alguno que otro mensaje en contra de los rugbiers. Por ejemplo, un usuario escribió. “Tienen que asumir las consecuencias, con todo respeto”. Desde la cuenta. respondieron: “Lo hacen desde el minuto cero, en el cual los privaron de su libertad y los mantuvieron así aún sin condena y en medio de una pandemia mundial”.
“Rugbiers Zarate”, incluso, por momentos pareciera hablar en nombre de los padres o por lo menos, en las respuestas, se muestra cierto conocimiento de los movimientos de los familiares de los acusados. En una de las preguntas de la gente, se le consultó al usuario a cargo por qué los padres de los rugbiers no le pidieron disculpas a Silvino y Graciela. La respuesta fue con conocimiento de causa: “No se trata de falta de humildad, se trata de respeto. Ellos (por los padres de Fernando) declararon su intención de no tener ninguna clase de contacto con los chicos o sus familias”. No termina de quedar claro por qué habría sido una falta de respeto que el padre de alguno de los acusados pida disculpas o muestre arrepentimiento.
Las distintas cuentas también atacan directamente a los medios. Se suele pedir por una condena justa y no “una por la presión mediática, la cual está plagada de mentiras por un punto más de rating o un clic en internet”.
En Twitter, desde los días posteriores al crimen, comenzó a difundirse el hashtag que apareció en los carteles en Zarate: “#YoApoyoALosRugbiers”. Con el inicio del juicio oral, dos semanas atrás, volvió a activarse. La actividad más reciente tiene que ver con el “repudio” a los medios por difundir el video en el que el principal acusado, Máximo Thomsen, golpea una bolsa de boxeo en el piso, una filmación hecha antes del crimen. Un usuario escribió: “Los medios amarillos ahora tratan de promocionar con videos privados de los #rugbiers, obtenidos ilegalmente. ¡Este video no tiene nada que ver con el caso!”
Vale aclarar que el video difundido, fue extraído de manera legal por orden de la Justicia. Fue en el marco de la revisión que se realizó de los nueve celulares incautados en el momento de las detenciones en Villa Gesell.
Volviendo a la cuenta de Instagram “Rugbiers Zarate”, que es la que aglutinaba a la mayor cantidad de seguidores, en un apartado de las “historias destacadas”, quien manejaba el usuario publicó mensajes de apoyo que le llegaron por privado. Incluso se leía uno perteneciente a un familiar de alguno de los acusados.
Lo escribió en la previa al inicio del juicio oral, sabiendo que el publico en general iba a observar por primera vez el rostro de los detenidos: “Ojalá los vean y entiendan que atrás de esos chicos hay familias que sufrimos, lamentablemente esto le puede pasar a cualquier papá, mamá, hermano y nadie esta libre de eso… No pasa por la crianza o por las mentiras que se vienen diciendo hace casi tres años, pasa por muchas otras cosas como por el descontrol de la sociedad en sí misma”.
Otro mensaje en ese mismo apartado decía: “Yo soy mamá de un compañero de los chicos. Te hablo de los que conocí. Muy buenos pibes y siempre muy educados y respetuosos”.
A pesar de esto, en todas las redes sociales los mensajes en apoyo a los padres de Fernando y al pedido de justicia son ampliamente mayoritarios. De hecho, muchas de las cuentas que apoyaban a los rugbiers tienen los mensajes privados cerrados por la cantidad de insultos que reciben.
Infobae intentó comunicarse con muchas de las cuentas que defienden a los rugbiers con la intención de conocer quienes son los usuarios que las manejan. No hubo ninguna respuesta.
“Hasta ahora no se pudo comprobar que los posteos hayan salido de esos celulares”, indicaron fuentes del SPB que informaron a Infobae que “el secuestro fue por el uso indebido”.
Al mismo tiempo, explicaron que, por una disposición a causa de la pandemia de COVID-19, los internos están autorizados a utilizar celulares, pero no para usarlos en redes sociales.
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