Renzo Godoy, de 4 años, llegó a fines de diciembre pasado a la sala médica de la zona de El Pato, en Berazategui, en brazos de su madre, Victoria Godoy. Presentaba golpes en su cara, en su cabeza. La excusa era que Renzo se había “caído de la bañera”. La autopsia al cuerpo no le creyó. El estudio, ordenado por la fiscal Gabriela Mateos de la UFI N°3, determinó que el chico fue golpeado hasta la muerte. Había lesiones que eran incluso de larga data, que hablaban de un tormento sostenido, en un caso que se vuelve casi un espejo del crimen de Lucio Dupuy.
Hoy, un mes después, la fiscal Mateos se prepara para pedir la prisión preventiva no solo de Victoria, la madre, sino de su pareja, Luis Gallo, padrastro del chico, sin antecedentes penales previos, que continúan detenidos por el crimen.
Gallo es considerado el único autor de los golpes. La imputación en su contra es la de homicidio calificado por el vínculo y por ensañamiento y alevosía, cuya pena prevista es la de prisión perpetua. La madre de Renzo está acusada bajo la misma calificación. Se le suma, también, el agravante de la omisión. Para la fiscal Mateos, Victoria Godoy literalmente permitió que su pareja golpee a su hijito hasta la muerte.
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El reporte de la autopsia, a la que accedió Infobae, cuenta el resto del horror.
Los forenses establecieron que los golpes que le costaron la vida a Renzo fueron recibidos por la espalda. “Los golpes sufridos por la víctima en la región lumbar causaron la ruptura de la pared posterior de la aorta abdominal, generando un shock hipovolémico, una hemorragia interna, llevándolo a la muerte”, asegura una fuente clave en el expediente.
El estudio también marcó una “cianosis cervicofacial”, algo que ocurre cuando la sangre pierde su oxígeno, lo que podría indicar una sofocación. Se hallaron hematomas en cuello, fracturas de costillas, contusiones múltiples en un pulmón, una lesión en la aorta abdominal, hemorragias en sus riñones. El salvajismo al que fue sometido fue evidente de forma tanto interna como externa.
Al contrario del caso de Lucio, la autopsia al cuerpo de Renzo no encontró lesiones compatibles con abuso sexual.
El expediente también continúa con la toma de testimonios. Daniela Wilhelm, tía paterna de Renzo, dice a Infobae: “Sigo acá, con el dolor intacto”. Su declaración ya es parte de la causa, así como la de una de sus primas y el hermano mayor del chico, que declaró en cámara Gesell.
Los chicos, básicamente, son una de las claves para revelar lo que ocurría dentro de la casa de Godoy y Gallo.
Luego de que los restos de Renzo fueran sepultados, y ya con los sospechosos presos, Daniela pudo hablar con sus sobrinos. “Tras la muerte, aparecieron mamás de compañeros de Renzo que nos dijeron que lo vieron callado, triste y con un ojo morado los últimos días. Me pasaron fotos de cómo estaba y ahí lo pude ver. Estaba flaquito y completamente pelado. Lo raro es que siempre tuvo un pelo hermoso. Ahí le pregunté a las hermanas por el pelo, pero me dijeron que no. Me dijeron que Luis lo había rapado”, contó Daniela semanas atrás a este medio.
Semanas antes de la muerte, Gallo, aparentemente, le sumergió la cabeza a Renzo en una palangana llena de agua, lo puso a mirar de frente a una pared y le rapó la cabeza. El motivo, según lo que le contaron las hermanas, fue que el chico se “había portado mal”. Esa no fue la única tortura a la que fue sometido.
La golpiza que llevó a su muerte, según el testimonio de la tía, se habría desencadenado por un chocolate.
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