Cristian Raúl Villafañe, de 32 años, era perseguido ayer por efectivos de la Sub DDI de José C. Paz de la Policía Bonaerense, en el cruce de las calles Quirós y Quito de esa localidad. Villafañe había sido denunciado por cargar con dos granadas y amenazar con usarlas. Así, los policías fueron tras él. Cuando el sospechoso se vio cercado por los uniformados, corrió lo más rápido que pudo. Entre los efectivos estaba el teniente Marcelo Leonel Montenegro. Mientras corrían para atraparlo, se dio lo inesperado. Villafañe gritó: “¡Ahora explotamos todos!”, y lanzó una de las grandas en dirección a Montenegro. Pocos segundos después, explotó.
Montenegro quedó malherido por la explosión y Villafañe fue arrestado a los pocos metros. El policía fue trasladado rápidamente al Hospital Mercante donde fue intervenido quirúrgicamente y se encuentra estable, según indicaron fuentes policiales a Infobae.
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El detenido quedó a cargo de la fiscal Lorena Corpovich, titular de la UFI N°21 de Malvinas Argentinas, quien imputó a Villafañe por el delito de tentativa de homicidio agravada y tenencia ilegal de arma de guerra y explosivos. Según indicaron fuentes del caso a este medio, el detenido fue enviado a una celda y será llamado a declarar en las próximas horas por la fiscal. Mientras tanto, personal de explosivos de la Bonaerense continúa en la búsqueda de la segunda granada que Villafañe tenía con él.
De igual modo, no es la primera vez que Villafañe pasa por esta situación, el hombre es un viejo conocido para la Justicia. De acuerdo a la información de la causa, Villafañe cuenta con tres causas en su historial penal. Todas por el mismo delito: tenencia Ilegal de armas de fuego y encubrimiento agravado.
El primero de los antecedentes aparece cuando el hombre era menor de edad. Luego, las otras dos, cuando ya cuando es mayor. Una de ellas a cargo de la UFI N 23 de Malvinas Argentinas. Ahora tendrá que responder por intentar asesinar al policía Montenegro.
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Las granadas de fabricación militar nacional se repiten en la historia reciente del hampa. Son infrecuentes, pero están en manos de delincuentes. En noviembre de 2021, efectivos del Escuadrón 1-11-14 de Gendarmería, que realizaban tareas de patrullaje en el interior del barrio del Bajo Flores, observaron un artefacto de características similares a las de una granada de mano, oculto debajo de la puerta de acceso a un inmueble ubicado sobre el Pasaje San Juan, entre los pasajes Sol y Bolívar.
De inmediato, los gendarmes aseguraron la zona y dieron intervención al personal de la Unidad de Desactivación de Explosivos de Gendarmería, que realizaron el levantamiento del artefacto y un rastrillaje en el sector.
Pero en julio de 2022, se dio un hallazgo de explosivos tan enigmático como alarmante: la Policía Bonaerense recibió el reporte de una serie de bolsas de basura encontradas en el Camino Real y Camino Club Hípico, en el ingreso al camping de la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA), en el Barrio Uno de Ezeiza.
Las bolsas fueron abiertas: estaban cargadas con explosivos de aparente uso militar. Así, se convocó a la división Explosivos de la PFA para asistir en el trabajo, supervisado por un juzgado federal de Lomas de Zamora. El material fue contabilizado antes de ser detonado: el lote tenía 133 ítems en total.
Según confirmaron fuentes policiales a Infobae, se hallaron 46 unidades de cohete MB 66, dos unidades granada de fusil M63, 15 proyectiles mortero 81 MM, dos granadas de fusil FMK 1 modelo 0, 59 granadas para ametralladora FMK 3 modelo 1, además de granadas de fusil 65 mm.
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