El amigo de Pablo Ventura contó cómo los rugbiers provocaban a otros para pelear

Francisco Santoro declaró en el juicio por el crimen de Báez Sosa y detalló episodios violentos de los imputados en Zárate. “Te genera ira su impunidad”, sentenció. También apuntó contra Lucas Pertossi

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Francisco Santoro, el testigo sorpresa,
Francisco Santoro, el testigo sorpresa, se tapó la cara al salir del tribunal (Ezequiel Acuña)

La novena jornada del juicio contra los ocho acusados del crimen de Fernando Báez Sosa sumó un testigo sorpresa. Se trató de Francisco Santoro, convocado por Fernando Burlando para declarar ante el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores y que es amigo de Pablo Ventura, falsamente acusado por los imputados. Justamente, él estuvo con el remero la noche del asesinato y, este jueves, ante los jueces detalló las violentas mañas que tenían los rugbiers cuando salían por Zárate. “Te genera ira su impunidad”, soltó.

No fue lo único que dijo Santoro. Cuando se sentó este jueves en la sala de audiencias, fue Burlando quien comenzó a hacerle preguntas. En primer lugar, el abogado de la familia de Fernando lo consultó por la inesperada declaración de Luciano Pertossi en medio del juicio. “Quiero aclarar algo, ¿lo hago? Yo no estaba ahí”, aseguró el imputado, luego de que los peritos de PFA lo señalaran en la escena del crimen.

Fue entonces que sentenció: “Te genera ira su impunidad”. Luego, cuando lo interrogaron sobre cómo se manejaban los acusados en Zárate, explicó sobre un caso del que fue testigo: “En una previa, uno de ellos lo provocó a uno de mis amigos. La forma en que te provocan o buscan tu reacción es con empujones, a propósito. Un toque en la cabeza o un vaso derramado. Te ponían a prueba a ver tu reacción. Te quedabas callado y te alejabas o reaccionabas mal”, describió.

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Ante esto, Santoro relató un episodio ocurrido en enero de 2019 en una fiesta en El Pineral, donde apuntó contra Lucas Pertossi. “Empezó una pelea adentro que terminó afuera con un chico lastimado. No era humano ver lo que estaba pasando”, dijo. “Es el que siempre te pone a prueba con empujones, con goles, con lo que sea”, agregó el testigo.

Los rugbiers imputados por el
Los rugbiers imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa

¿Era muy agresivo?, preguntó Burlando. “Sí, totalmente. Para que te des una idea: el chico termino hospitalizado con fractura de cadera”, contestó Santoro y el clima en la sala se tensó. “¿Qué concepto te merecen los acusados?”, continuó Burlando. “Son personas cuya su diversión era salir a buscar pelea a la noche: les divertía pelear”, concluyó el testigo.

Antes de declarar, Santoro habló con Infobae y relató lo que vivió junto a su amigo Pablo Ventura por la falsa acusación que realizó Máximo Thomsen el día que detuvieron a los rugbiers en Villa Gesell por el crimen de Fernando. “Lo que le pasó a Pablo fue un infierno. Esa noche estuvimos juntos, él fue a mi casa. Se fue a las 5 y quedamos en juntarnos al otro día. Cuando llegué, él recién se levantaba de la siesta y de pronto vino la Policía, y se lo llevó. No lo podía creer yo. No me caía la ficha. Esto que pasó me dio mucha impotencia porque todos hablaron mal de él, pero nadie lo escuchó. Cuando lo liberaron fue un alivio, pero la lucha aún no termina”.

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Ambos intercambiaron chats, donde expresaron su disgusto por los acusados, a quienes conocían de Zárate. “Ojalá los bien metan en cana (sic)”, dijo Santoro.

Pocos días después del crimen, Infobae recorrió Zárate y habló con los vecinos de los imputados para intentar reconstruir quienes eran. La mayor dijo cosas similares a las que Santoro hizo referencia este jueves frente al tribunal en Dolores. Hablaron de “noches de ir a pudrirla” a la disco Apsara, una de las principales de la ciudad. “Constantemente”, agregaba poco después del crimen un chico local que los conoce: “Aparecía un problema por una chica y ya empezaba. No es por el alcohol. No me parece. A veces ni siquiera tomaban”. Fernando ni siquiera murió por una disputa por una mujer, o por una guerra de tribus urbanas, por una ideología. Murió por un trago volcado en una camisa”.

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