Para los padres de Fernando Báez Sosa, la jornada de este miércoles en el juicio contra los ocho rugbiers acusados de matar a golpes a su hijo fue de las más difíciles. Hoy, el ADN fue la clave, con los testeos a manchas de sangre realizadas en la instrucción del caso a lo largo de 2020 y ratificadas este mañana frente a los ojos de Graciela Sosa Osorio y Silvino Báez.
“Es muy doloroso ver la sangre de mi hijo por todos lados. Se ve que le atacaron de todas maneras, destruyeron todo el cuerpo de mi hijo”, expresó Graciela, en declaraciones a la prensa al retirarse de los tribunales de Dolores donde se realiza el debate oral.
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Silvino, a su lado, señaló que fue un día “difícil” para él. ”Tuve que ver las prendas de mi hijo, la camisa, ver toda la sangre que está toda manchada la ropa de los imputados. Siempre duele mucho ver eso. Nosotros tenemos muy presente a Fernando, en cada audiencia él está con nosotros. Ver la mancha de sangre por tanto golpe que le dieron es muy duro”, describió Silvino.
Tres peritos declararon sobre las manchas encontradas en la ropa de los acusados y de Fernando, así como muestras halladas en el cuerpo de Báez Sosa.
El especialista César Guida afirmó que varias prendas de los rugbiers tenían la sangre de la víctima, entre ellas la zapatilla de Máximo Thomsen. También, confirmó que en el meñique izquierdo de Báez Sosa había ADN de Cinalli, el mismo que se jactó de su muerte por chat.
En el allanamiento del 18 de enero de 2020, el personal de Policía Científica notó que Thomsen tenía sangre en su mano derecha. Ni siquiera se le había lavado tras el ataque.
“Siento que cada vez estamos más cerca de la justicia. Las pruebas son contundentes. Todos coinciden. Solo espero que les den la pena máxima”, dijo Graciela.
A su vez, la madre del joven asesinado hace 3 años en Villa Gesell aseguró que pasó “una noche difícil” al recordar el contenido de los mensajes que se enviaron entre sí los ocho rugbiers imputados por el crimen y que se ventilaron en la audiencia de ayer.
”Anoche he pasado una noche difícil porque no puedo sacar de mi mente la palabra ‘caducó’. También cuando decían que festejarían con vinos y flores. Es un dolor muy fuerte escuchar todo eso. Pero acá estoy fuerte gracias a todos ustedes que me vienen a acompañar y sé que lo van a estar hasta el último momento. Esto no puede quedar sin justicia. Porque han matado, han asesinado a un inocente que solo quiso salir a divertirse con sus amigos, con su novia”, afirmó Graciela con lágrimas en sus ojos.
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Es que ayer, en la audiencia se reprodujeron en la audiencia las conversaciones de WhatsApp tomadas de las pericias a los celulares incautados en la redada del 18 de enero de 2020, donde los acusados fueron detenidos por la Policía Bonaerense, cinco horas después del asesinato frente a la disco Le Brique.
Los audios son, para la querella y para la fiscalía, pruebas altamente incriminatorias que muestran el cinismo de los acusados. Muchas de las conversaciones ya eran conocidas para quienes tuvieron acceso al expediente. Otras, en cambio, se volvieron una revelación.
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