La segunda semana del juicio a los ocho rugbiers acusados de matar a golpes a Fernando Báez Sosa tendrá como eje central la prueba forense desarrollada a lo largo del expediente. Luego de escuchar en las primeras jornadas a los padres del adolescente asesinado, a sus amigos y a los testigos presenciales de la golpiza, el lunes declarará ante el Tribunal Oral Criminal N°1 de Dolores Diego Duarte, el autor de la autopsia.
Además, los jueces escucharán a cuatro médicos, dos policías y diversos funcionarios municipales y judiciales en la sexta jornada del debate oral que se desarrolla en la ciudad de Dolores y que tiene en el banquillo de los acusados a Máximo Thomsen, Luciano, Lucas y Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz, quienes enfrentan una pena en expectativa de prisión perpetua.
El primero de los testigos será el médico forense Duarte. El resultado de cada golpe de puño y patada que recibió Báez Sosa, principalmente en la cabeza y el abdomen, fue registrado en el estudio realizado en la morgue del Hospital de Pinamar el mismo día del crimen, seis horas después del fallecimiento de la víctima. Allí, se constataron lesiones internas y externas, un testimonio de la ferocidad del ataque que Fernando sufrió.
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Duarte identificó un traumatismo severo de cráneo, un golpe muy fuerte en la cabeza que le provocó un sangrado interno y la muerte inmediata. En términos del expediente, aseguró que Fernando “habría fallecido por paro cardíaco, producido por SHOCK NEFROGÉNICO debido a TRAUMATISMO GRAVE DE CRÁNEO”. Las mayúsculas corresponden al informe del forense.
El golpe, de acuerdo al diagnóstico, causó una “hemorragia masiva intracraneana intra-parenquimatosa sin fractura ósea”.
En el informe se detalló un “traumatismo cerrado de abdomen con laceración hepática y hematomas en intestino grueso producto de múltiples traumatismos cerrados” junto a un “hemotórax izquierdo con infiltrado en ambos parénquimas pulmonares” y “múltiples escoriaciones y equimosis en región maxilar y cara lateral de cuello, entre las que se distinguen dos improntas de pie calzado”.
Es decir, a Fernando literalmente le quedó la marca de la zapatilla en la cara. De acuerdo a la investigación, Thomsen habría sido quien le dio esa patada a Fernando ya en el suelo de la Avenida 3 frente a Le Brique. Los peritos lograron dar con la zapatilla chata y negra que usaba el joven en ese momento y cuya suela quedó grabada en el rostro de Báez Sosa. La encontraron en el allanamiento ocurrido
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El calzado estaba entre 19 pares en la casa de Villa Gesell donde los diez rugbiers fueron arrestados por la DDI de Villa Gesell, tras el homicidio que fue registrado en video por los propios asesinos. El hallazgo resultó clave en la causa.
Otros especialistas médicos citados para la audiencia de este lunes 9 son Carolina Giribaldi, la médica que llegó en ambulancia al lugar del ataque, y la patóloga forense Silvana de Piero, que hablará del estudio histopatológico. Patricia Gómez describirá las lesiones de los imputados, citada por los fiscales y la querella.
Alejandro Verlatsky, también citado por los fiscales y la querella, detallará las muestras sanguíneas de los imputados.
En tanto, otros cuatro policías sumarán sus testimonios a los colegas que ya declararon la primera semana del debate. En esta oportunidad, serán un agente y un funcionario de la municipalidad de Villa Gesell que obtuvieron las cámaras de seguridad de la zona de Le Brique.
Además, declarará el policía bonaerense Ramón Rueda, quien identificó a un testigo que vio a Thomsen realizar unas señas agresivas cuando aún estaba en el boliche, instantes antes del ataque a Fernando.
La jornada finalizará con los testimonios de tres funcionarios judiciales que estuvieron presentes en el lugar de la agresión.
En lo que va del debate ya declararon 47 testigos. La mayoría complicaron a Thomsen: al menos una decena lo ubicó la noche del crimen mientras pateaba a Fernando en la cabeza y en la última jornada se reveló el misterio de la zapatilla que marcó la cara de Báez Sosa y la falsa acusación a Pablo Ventura. Tanto Mariano Orlando Vivas, como Hugo Martín Vázquez, dos oficiales que participaron del allanamiento en el chalet que los imputados alquilaron en Villa Gesell, sostuvieron que fue quien dijo en voz alta que ese calzado pertenecía al remero de Zárate.
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