Mientras avanza el juicio contra los ocho acusados de haber matado a golpes a Fernando Báez Sosa durante la madrugada del 18 enero de 2020, a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell, todavía no hay ninguna señal pública de arrepentimiento de los involucrados en el hecho.
Hoy por la mañana, en este contexto, sorprendieron esta mañana las declaraciones de un hombre particularmente cercano a los acusados.
“Me da mucha lástima todo lo que pasó, principalmente por la familia de Fernando, y mucha tristeza de todo lo que la gente está hablando. La mayoría de lo que hablan es mentira. Por ejemplo, que son hijos del poder porque son familias muy humildes. Lástima que se haya hecho tan mediático esto”, señaló Bernardo Sitges, fundador del Club Náutico Arsenal Zárate Rugby Club, donde jugaron varios de los acusados. Sitges no solo conoce a los acusados sino que mantiene una relación estrecha con los familiares de Máximo Thomsen, Mauro Pertossi y Enzo Comelli.
“Lamentablemente peleas hubo, hay y va a seguir habiendo. Fue totalmente un accidente”, aseveró Sitges al ser entrevistado por Ernesto Tenembaum en Radio Con Vos, quien se lamentó de la hipótesis que divulgaron los medios de comunicación a raíz de los dichos de la defensa.
“Es una barbaridad lo que dicen. No es un grupo que salió a matar, que estuvo organizado. Es una payasada total que no comparto, nadie puede compartir eso”, aseveró.
Si bien Sitges dio a entender que se trató de una típica pelea entre jóvenes a la salida de un boliche, lo que no tuvo en cuenta fue que en este caso la agresión que sufrió Fernando fue en patota, que lo atacaron por la espalda y que luego hicieron un círculo a su alrededor para que ninguno de los amigos de la víctima pudieran defenderlo. Incluso, le siguieron pegando patadas en la cabeza y el cuerpo cuando ya estaba indefenso en el piso.
“No quiero que lo saquen de contexto. Me parece horrible que se peleen dos personas, pero lamentablemente pasa”, se sinceró Sitges.
Te puede interesar: El juicio por Fernando Báez Sosa, minuto a minuto: los rugbiers se quitaron los barbijos ante el tribunal
Consultado acerca de las denuncias posteriores que se hicieron en los medios acerca de otras supuestas peleas protagonizadas por los acusados en Zárate y Campana, Sitges dijo; “No salían a atacar, no son perros. Se peleaban, hay gente que se pelea más y gente que menos. Estoy de acuerdo que los condenen, pero no son personas que salían a atacar”.
Más allá de brindar su apoyo a los acusados, Sitges admitió que está de acuerdo con condenen a los culpables pero puso algunos reparos: “Como cualquier juicio tienen que ser condenado por el juez y no por la parte mediática que lamentablemente influye muchísimo en esto”, afirmó.
Además, culpó a todos aquellos que grabaron la agresión y luego la compartieron en las redes sociales: “Todos los que filmaban y mostraban las filmaciones son partícipes también porque nadie hizo nada para ayudar”.
Por último, remarcó: “Yo sé que no son asesinos. Mataron a una persona y tienen que pagar por lo que hicieron. No fueron los ocho. Pido que dejen de ensuciar a todo el entorno”.
De los 47 testigos que se presentaron a declarar en la primera semana del debate, al menos una decena ubicó Máximo Thomsen la noche del crimen mientras pateaba a Fernando en la cabeza.
De los doce amigos de Fernando que se sentaron frente al Tribunal Oral Criminal N°1, cuatro de ellos se refirieron a Thomsen: Lucas Filardi dijo que le pegó a Báez Sosa en el pecho cuando ya estaba en el piso; Juan Bautista Besuzzo y Lucas Begide hablaron de “patadas en la mandíbula”; Luciano Nahuel Bonamaison fue aún más contundente: “Vi cómo Máximo Thomsen, a quien reconocí en la rueda, le pegó una patada a Fernando con odio, con brutalidad, con intención de matar”, expresó.
En la tercera jornada del juicio, las declaraciones de los tres empleados de seguridad de Le Brique, que intervinieron en la pelea y dieron salida a ambos grupos, tampoco favorecieron al rugbier.
Otro de los testimonios que complicó a Thomsen fue el de un joven que la noche del crimen estaba en la discoteca, y que se convirtió en testigo presencial del hecho. “Le pegó patadas en la cabeza al chico que después falleció”, dijo y destacó la “agresividad” de los golpes a los que describió como “puntinazos”. “Como cuando pateás una pelota de fútbol con la punta de los dedos”, detalló.
Seguí leyendo: