Gustavo Maximiliano Rivero Diaz, alias “Gusti”, vinculado a la barrabrava de Sportivo Independiente Rivadavia de Mendoza, fue capturado por detectives de la División Homicidios de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal por el crimen del empresario frutihortícola Emilio Giménez, en Mendoza. Había un precio por su cabeza. El Ministerio de Seguridad ofrecía 700 mil pesos a quien entregue datos vinculados a su paradero, indicaron fuentes del caso a Infobae.
La presencia de “Gusti”, que supuestamente ofició como “marcador” de la banda que emboscó y asesinó al empresario de 49 años en la localidad de Guaymallén, fue detectada por los detectives en la Villa 21-24 de Barracas, donde desplegaron tareas encubiertas.
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Los agentes, que también revisaron viviendas del oeste del conurbano vinculadas a personas ligadas a distintos ligados a clubes de fútbol, lograron determinar que el hombre buscado se refugiaba en una vivienda de la Manzana 27, frente a la calle Luna, del barrio porteño, donde lo detuvieron. Según detectives, el prófugo se refugiaba en varias casas gracias a la protección de “un pesado” de la barrabrava de Barracas Central.
Detallaron, además, que Rivero se sorprendió al ser descubierto. “Se creía impune e intentó hacerse el desentendido pero no pudo evitar caer”, precisaron.
“Corrí la misma suerte que mi papá”, reconoció cuando le pusieron las esposas. El “marcador” se reencontrará con su padre, ex efectivo del Servicio Penitenciario y jefe de seguridad del Club del que son hinchas, en la prisión de Mendoza. Se trata de Cristian Rivero, con prisión preventiva en la misma causa.
El 15 de septiembre, Giménez dejó el mercado cooperativo de Guaymallén y subió a su camioneta Volkswagen Amarok. En ese momento, comenzó a ser perseguido por dos vehículos de alta gama (un Jeep Renegade Sport y una Toyota Rav 4) tripulado por siete hombres.
Los delincuentes lograron alcanzarlo e interceptarlo. En ese momento, el empresario se dio cuenta de la maniobra e intentó escapar marcar atrás. Chocó contra el Toyota y quedó encerrado. Los delincuentes descendieron de los vehículos empuñando armas de fuego. Le exigieron el dinero que transportaba, cinco millones de pesos, más dólares estadounidenses y cheques.
Giménez se negó y le dispararon con una pistola calibre .22. Una de las balas ingresó en su brazo izquierdo y en la cavidad torácica: le perforó ambos pulmones y el corazón. Los delincuentes se fugaron sin llegar a robar el dinero.
Tres de ellos fueron detenidos por la Policía de Mendoza, pero el resto de la banda logró fugarse, entre ellos, Rivero Diaz que, tras su detención, fue alojado en la Alcaídia de la Superintendencia de Operaciones Federales. En las próximas horas se efectivizará su extrañamiento y será trasladado a esa provincia.
La causa por el homicidio, en la que interviene de la Unidad Fiscal de Homicidios y Violencia Institucional de la Provincia de Mendoza, a cargo de Carlos Torres, aún tiene tres prófugos: Ricardo Javier Mercado Andrada, Juan Ángel Mercado Andrada y Maximiliano Andrés Martínez Llaneza.
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