Roberto Gustavo Basualdo, Carlos Aníbal Contino, Fernando Raúl González y Leandro Hipólito Barreca Maidana fueron los cuatro policías afectados al Operativo Sol en el verano de 2020 que este jueves declararon en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa. Ellos llegaron al frente de Le Brique minutos después del ataque, pese a que estaban en la zona y esbozaron sus razones de por qué no llegaron a tiempo para evitar el asesinato. El motivo oficial -dicho por fuentes de la Policía Bonaerense y que también constó en el acta de procedimiento- fue que intervinieron al mismo tiempo en una pelea en una calle aledaña.
“Todavía están a tiempo de salvar sus almas”. Ese fue el mensaje que Marcos Acevedo quiso decirle a la cara a los rugbiers acusados del crimen de Fernando Báez Sosa. Aunque no pudo hacerlo al declarar en la sala de los tribunales de Dolores como testigo, pero la compartió con los medios. Infobae accedió a ese texto, con pasajes que son dramáticos.
Terminó la cuarta audiencia por el crimen de Fernando Báez Sosa. El juicio se reanudará este viernes.
Carlos Anibal Contino, otro de los policías que intervino la noche del ataque a Fernando Baéz Sosa, recordó que les dijeron que los agresores “habían sido varios muchachos, entre 7 y 8: un con rastas, otro con camisa negra”. Y, tal como había dicho el testigo anterior, contó que pararon a un grupo de 4 o 5, pero no coincidían con los detalles que les habían dado. “Nos dieron los datos y los dejamos seguir”, explicó.
Luego, volvieron al lugar donde Fernando agonizaba. “La ambulancia tardó, para mi, 40 minutos. Lo cargan a Fernando y se lo llevan”, detalló y contó que alguien le dio una camisa blanca y un blazer negro. Justo en ese momento apareció Julieta Rossi: “Me dijo: ‘Yo soy la novia, quiero saber dónde está mi novio, se lo acaba de llegar a la ambulancia’. Y entregó las prendas”.
A su testimonio se sumaron los de Leandro Barreca Maidana y Fernando Raúl González. Ambos manifestaron un relato similar e hicieron hincapié en la cantidad de disturbios ocurridos aquella noche. También destacaron que cuando pararon a los agresores ninguno cumplía con las características referidas por los testigos.
Gustavo Basualdo, uno de los cuatro policías afectados al Operativo Sol en el verano 2020, explicó ante los jueces que llegó al lugar del hecho minutos después de que Fernando Báez Sosa fuera atacado y que fue uno de los que salió a buscar a los sospechosos, gracias a las descripciones que les dieron los testigos.
“Caminamos unos 50 metros y, en esa misma cuadra, vimos a unos ciudadanos. Los demoramos, pero como no hallamos las características que nos dio la gente -’Rastas largas, una camisa oscura y una camisa blanca rota’-; entonces los dejamos circular”, explicó.
La secuencia a la que refirió el efectivo luego fue proyectada a pedido del Ministerio Público Fiscal en la sala. En el video, que corresponde a la cámara un supermercado ubicado a una cuadra del lugar del ataque, se vió a Ciro Pertossi mientras ocultaba los rastros de la agresión. “Se refriega y se chupa los dedos con sangre”, se escucha decir a una voz masculina que describe el video. Automáticamente, Hugo Tomei pidió que le bajaran el volumen. No hubo más preguntas y el testigo se fue de la sala.
Comenzó la declaración de Roberto Gustavo Basualdo, uno de los cuatro policías afectados al Operativo Sol en el verano 2020, y que llegaron al lugar del hecho minutos después de que Fernando fuera atacado.
Tomás Bidonde fue el primer testigo de la cuarta jornada por el juicio del crimen de Fernando Báez Sosa. El joven estuvo la noche del 18 de enero de 2020 en Le Brique con un amigo y cuando salió del boliche presenció la pelea. Días después, cuando tomó conocimiento de la muerte del estudiante de Derecho, llamó a la fiscalía para dar su testimonio. Este jueves se quebró ante el TOC N°1 cuando le tocó recordar lo vivido, y más tarde se fundió en un abrazo con Silvino y Graciela, los padres de la víctima. “Perdón porque no pude hacer nada aquel día”, les dijo.
Marcos Acevedo, taxista testigo del ataque, llevó una carta al Tribunal de Dolores que no pudo leerle a los jueces. Está escrita de puño y letra y, entre todo lo que quiso expresar en ese texto, se destacó: “Lamento haber presenciado ese acto inhumano pero a la vez le agradezco a Dios ponerme en este lugar y darme la valentía de testificar”.
Antes de él declaró Sebastián Saldaño, el trabajador de un kiosco situado a pocos metros del lugar del ataque y séptimo testigo de la jornada. “Hoy me acuerdo de ver a Fernando en el piso recibiendo patadas y piñas”, dijo tras la pregunta del fiscal Gustavo García y refirió que las patadas se las propinaba Máximo Thomsen y que “el flaquito con rodete” (en referencia a Matías Benicelli) arengaba.
Luego, describió el accionar de los agresores y dijo: “Miraron para todos lados y, cuando se aseguraron de que (Fernando) no podía levantarse, se fueron en dirección hacia el Bosque. Recuerdo que lo golpeaban en la cara y le propinaron patadas en todo el cuerpo. Y también la patada muy nombrada en la cabeza”, dijo.
El testimonio de Valentín Rodríguez se asemejó a lo que habían dicho Virginia Pérez Antonelli y Nicolás Sessa, con quienes estaba la madrugada del 18 de enero en Villa Gesell de vacaciones. “A la salida del boliche, cerca de las 4.37, vimos que a Fernando y a los amigos los atacaron los agresores, que eran, como mínimo, ocho. A Fernando primero lo vi parado. Después, por golpes, lo vi tirado en el piso: lo seguían pateando”, rememoró y dijo que, desde su ubicación, solo podía observar la pierna y el torso porque había un auto que impedía ver el resto.
El testigo, además, contó que cuando los agresores se fueron, su amiga (Virginia) y un gendarme asistieron a Fernando. “El oficial fue el primero en hacerle RCP. A mí me pareció ‘un poco bruto’. Después siguió Virginia: ella tiene una certificación de la Cruz Roja. No recuerdo bien cómo siguió la escena. Pero los gendarmes le siguieron haciendo RCP mientras ella le sostenía la cabeza. Lo próximo que me acuerdo es que lo levantaron en la camilla y lo llevaron en ambulancia”, aseguró.
Nicolás Sessa fue el 5° testigo de la jornada y estaba en la zona del ataque junto a Virginia Pérez Antonelli y Valentín Rodríguez. “Vi a Fernando en el piso recibiendo patadas. A uno de sus amigos le daban empujones, no lo dejaban llegar a él. Estaba con el torso destapado cuando nos acercamos”, explicó, aunque no supo describir a los atacantes. También dijo que la víctima “intentaba pararse, pero que no podía más”.