“No le sentía el pulso y además estaba quieto”, el dramático relato del policía que intentó salvarle la vida a Fernando Baez Sosa

Maximiliano Rosso Suárez declaró este miércoles en el juicio. Fue el oficial de Infantería que primero asistió a la víctima y le practicó maniobras de RCP. Los detalles

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Maximiliano Rosso Suárez fue el
Maximiliano Rosso Suárez fue el último testigo del tercer día del juicio a los rugbiers (Ezequiel Acuña)

Maximiliano Rosso Suárez es policía y fue quien el 18 de enero de 2020 asistió a Fernando Báez Sosa, cuando quedó inconsciente y tirado en la vereda tras el ataque de lo rugbiers. El agente de la Bonaerense intentó salvarle la vida al estudiante de abogacía: fue el primero que lo asistió y le hizo maniobras de reanimación cardiopulmonar. Este miércoles fue el último testigo de la tercera jornada del juicio a los ocho imputados por el delito de homicidio que se realiza ante el Tribunal Oral Criminal N°1 de Dolores y su relato fue dramático.

“El chico estaba tendido en el suelo, le faltaban la remera y las zapatillas. Le habían puesto una campera para taparlo. Le tomé el pulso y no tenía”, fue uno de los primeros tramo del relato de Rosso Suárez, quien al momento del crimen de Fernando estaba en la división Infantería de la Policía Bonaerense.

Ese verano de 2020, su grupo estaba apostado en Villa Gesell, en la zona donde estaba Le Brique, porque ocurrían “varias peleas, tanto por la avenida como en la zona trasera del boliche”. Justamente, relató cómo fueron los minutos previos a ver a Fernando tirado en la vereda sin signos vitales. “Primero se escuchan gritos, entonces, volvimos a la parte delantera del lugar. Ahí veo a un chico en el piso rodeado por gente, y gritos. Pregunté qué había pasado. Me dijeron que había habido una pelea. Luego, pedí que me dijeran quienes lo habían golpeado”, describió.

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En el momento más angustiante del testimonio del policía que le intentó salvar la vida a Fernando Báez Sosa, Rosso Suárez describió: “Paramos otra pelea y vuelvo (a Le Brique). El chico estaba tendido en el suelo, le faltaban la remera y las zapatillas. Le habían puesto una campera para taparlo. Le tomé el pulso y no tenía”.

Y continuó: “Comienzo a hacerle las maniobras de RCP. Luego, llamo pidiendo apoyo y una ambulancia al lugar. Pasados unos minutos, o no sé cuánto tiempo, viene un móvil de bomberos a asistirme y, luego, la ambulancia”.

Los acusados en el jucio.
Los acusados en el jucio. crédito: Telam

El policía recordó que no fue el único en intentar salvar a Fernando, que una joven también le hizo luego maniobras de RCP y que él no paró de masajear el pecho del joven hasta que ella apareció para ayudarlo. Antes de eso, indicó que fue él quien le constató el pulso colocando su “mano sobre el cuello, sobre la arteria, y contando... No sentía y, además, estaba quieto, no se movía”, se sinceró.

Fue entonces que contó que, no bien se arrodilló sobre Fernando, empezaron “a correr y a llorar muchas personas”. Y describió cómo estaba el joven estudiante de abogacía: “(Tenía) sangre sobre la nariz y el torso desnudo. Le faltaban las zapatillas. Tenía un jean y nada más”.

Luego detalló sobre cómo intentó reanimarlo y dijo que comenzó a hacerle maniobras de reanimación cardiopulmonar por varios minutos, algo que aprendió en la Academia de Policía. “No me fijé el tiempo”, explicó cuando le consultaron, y agregó que lo hizo: “Hasta que pudieran llegar los bomberos y colocaron el desfibrilador”.

Mientras el chico finalmente era asistido por los profesionales, él se ocupó de “cuidar el perímetro, evitar que se siguiera juntando gente”. Tras unos minutos en el lugar, el policía indicó que a Fernando lo trasladaron y que él se quedó frente al boliche, “parando peleas que sucedían”.

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