Desde el domingo pasado a las 10, la tranquilidad de Dolores está revolucionada. La Unidad Penitenciaria Nº 6, que está situada en el medio de la ciudad, aloja a los ocho imputados por el crimen Fernando Báez Sosa que, desde el 2 de enero, enfrentan un juicio por homicidio. A tres días de iniciado el debate, este miércoles, recibieron por primera vez la visita de sus familiares en el penal.
Según puso saber Infobae, no es horario de visita habitual. Se trata de uno especial, solo para los acusados de matar a Báez Sosa.
Luciano Pertossi, Ayrton Viollaz, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Ciro Pertossi y Lucas Pertossi llegaron a la cárcel de Dolores pasadas las 17.30 tras finalizar las tercera audiencia. Luego fueron apareciendo sus familiares y se juntaron en la puerta. Muchos de ellos, eran los mismos que, minutos antes, habían estado adentro de la sala donde se desarrolló el juicio.
Te puede interesar: El juicio a los rugbiers: el policía que intentó salvarle la vida a Fernando contó que “no tenía pulso” cuando lo revisó
Se trata del papá de Lucas Pertossi, Marcos Pertossi; el papá de Enzo Comelli, Marcelo Comelli y el papá de Ayrton Viollaz, Sergio Viollaz, entre otros. También se sumaron la madre y el hermano de Máximo Thomsen, que a diferencia del martes, este miércoles no presenció la audiencia. Todos ingresaron sin hablar con la prensa. Ninguno llevaba ropa negra, de acuerdo a lo que ordena el código de visitas del Servicio Penitenciario Bonaerense, ya que ese color le corresponde a los carceleros.
Previo a hacer su entrada al penal, los familiares se dividieron en dos filas: por un lado, los que dejaron comida. Por el otro, los que esperaban para ser requisados antes de entrar. Además de alimento, les llevaron bidones de cinco litros de agua mineral.
Los imputados fueron alojados en un pabellón exclusivo para ellos, alejados de otros detenidos, tal como sucede en la Alcaidía N° 3 de Melchor Romero, en La Plata. Según supo Infobae, sus padres los visitaron hoy, minutos antes de las 18, luego la tercera audiencia.
Te puede interesar: Pablo Ventura demandó por daños a la Justicia y reclama $10 millones
No es que no los hubieran visto antes. Desde este lunes, los tienen a metros de distancia en la sala del Tribunal Oral Criminal N°1, pero los separa un cordón de 13 efectivos del Servicio Penitenciario Bonaerense. Solo les ven las nucas.
Desde que los imputados fueron trasladados a la cárcel de Dolores, la calle Riobamba al 200, donde se encuentra emplazado el ingreso principal del penal, se encuentra vallada entre Alberdi y Leandro N. Alem.
Su rutina no cambia: poco antes de las 8 son trasladados desde la Unidad N°6 al TOC N°1 —ubicado a diez cuadras de distancia— con un operativo de seguridad de rigor requerido por los jueces. Al mediodía, almuerzan en los tribunales, en dos celdas ubicadas dentro del palacio de la calle Belgrano 141.
El penal de Dolores, la cárcel más vieja de la provincia, no es una novedad para los jóvenes de Zárate. Fue su primer lugar de detención en enero de 2020, tras pasar por celdas de la Policía Bonaerense como las de la Comisaría 1º de Pinamar, antes de ser destinados a Melchor Romero. Aquella vez, se les reservó el sector de alcaidía en la planta alta de la cárcel entre los sectores 9 y 10, ocupados por presos evangélicos, con camas cucheta y un inodoro para compartir.
Hoy, ocupan otro sector del penal, no es el mismo.
A la fecha, Luciano Pertossi, Ayrton Viollaz, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Ciro Pertossi y Lucas Pertossi ya pasaron tres noches en la cárcel de Dolores, donde seguirán detenidos, por lo menos, hasta que finalice el juicio en su contra. Son 177 los testigos agendados en, al menos, 13 jornadas hasta el miércoles 18 de enero, cuando se cumplirán tres años del crimen.
Seguir leyendo: