La tercera jornada del juicio a los ocho imputados por matar a golpes a Fernando Báez Sosa el 18 de enero de 2020 incluirá este miércoles el testimonio de Pablo Ventura, el remero falsamente acusado del crimen y que estuvo preso cuatro días. Pero Pablo no es el único Ventura convocado como testigo. José María Ventura, su papá, también fue citado a declarar por parte de la defensa de los imputados.
Tras las dos primeras audiencias del debate -en las que declararon los padres de la víctima, Graciela Sosa y Silvino Báez; Oscar Rossi, el papá de Julieta, la novia de Fernando; y nueve amigos de la víctima que veraneaban junto a él en Villa Gesell al momento del crimen— se espera que en la nueva ronda de testimonios declaren otros 11 testigos.
Se trata de otros tres amigos de Fernando, siete empleados del boliche “Le Brique” y un policía. La tercera audiencia se pondrá en marcha desde las 9 en la sala del Tribunal Oral Criminal N° 1 de Dolores.
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Según el cronograma de testigos, los primeros en declarar serán Franco Cervera, Luciano Nahuel Bonamaison y Juan Manuel Pereyra Rozas: amigos de la víctima que estuvieron en Villa Gesell la madrugada del crimen.
En cuarto lugar, se espera a Pablo Ventura: el remero falsamente acusado del crimen y que estuvo preso cuatro días. Fue requerido por la fiscalía y por la querella. Casi tres años después del asesinato, el motivo por el que su nombre ingresó al expediente sigue siendo un enigma. En la causa no figura cuál de los rugbiers lo marcó.
Su único vínculo con el caso fue la declaración de los acusados quienes, al momento de ser detenidos, aseguraron que él era el dueño de una de las zapatillas manchadas con sangre que se secuestraron en la vivienda. A eso se sumó que una vecina dijo que, un rato antes, había salido de esa casa “un auto blanco”.
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Como Ventura tenía un Peugeot 208 color blanco, los investigadores pensaron que podría haber intentado fugarse tras participar del crimen y, por eso, lo aprehendieron.
Tras cuatro días en una celda, Ventura fue liberado y, más tarde, sobreseído. Las pruebas que aportó su defensa demostraron, a través de una filmación, que la noche del viernes 17 de enero, pocas horas antes del crimen de Báez Sosa, el joven estaba cenando en el restaurante “La Querencia” de Zárate junto a sus padres.
Además, dos amigos declararon que el sábado a la madrugada estuvieron con él. A eso se suma un informe de la empresa Autopistas de Buenos Aires (AUBASA) que indica que los dos autos que están a nombre de la familia no pasaron por los peajes de Villa Gesell ese fin de semana.
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En el caso de su papá, José María, la citación para presentarse en el TOC N°1 llegó de parte de la defensa de los ocho imputados, a cargo de Hugo Tomei. Si bien su presencia estaba prevista para la 11° jornada, la del lunes 16 de enero, la querella a cargo de Fernando Burlando solicitó al Tribunal si padre e hijo podían venir desde Zárate el mismo día. El patrocinante de los imputados accedió y se pactó que los dos se presentaran este miércoles.
Entre los empleados de “Le Brique” citados para la tercera audiencia está Alejandro “Chiqui” Claudio Muñoz, jefe de seguridad en local bailable que, al momento del hecho, trabajaba en el lugar desde hacía 13 años ocupando esa función durante la temporada.
También se suman a la nómina de testigos otros empleados del local que estuvieron allí la noche del crimen y sacaron a los acusados por la cocina del lugar, así como también a Fernando y a sus amigos. Se trata de Fabián Maximiliano Ávila, Christian Ignacio Gómez, Carlos Alberto Forzatti, Héctor Hernán Chiapara y Federico Morello.
La jornada la cierra el testimonio del oficial subinspector Edgardo Lawrenczuk, y de Maximiliano Rosso Suárez: el policía que le practicó RCP a la víctima e, incluso, intentó reanimarlo con un desfibrilador.
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