Julieta Rossi decidió no estar presente en el juicio a los ocho rugbiers acusados de asesinar a golpes en enero de 2020 a su novio, Fernando Báez Sosa. Su declaración estaba agendada para la jornada de hoy martes en el Tribunal N°1, pero los abogados de la querella liderada por Fernando Burlando afirmaban ayer por la tarde que Julieta se ausentaría, al estar profundamente nerviosa y movilizada por la situación.
Oscar, su padre, fue quien tomó el banquillo para declarar. Aseguró que tuvo en su mano la camisa negra ensangrentada que vistió Fernando cuando lo asesinaron a golpes, que vio el cadáver de Báez Sosa tras la autopsia, que acompañó a su consuegro Silvino a realizar los trámites del sepelio. También, habló de la vida de su hija.
Durante la madrugada del 18 de enero de 2020, Julieta estaba dentro del boliche Le Brique cuando Fernando y sus amigos fueron expulsados del local por un presunto “empujón” con el grupo de rugbiers acusados y que luego fueron atacados en la vereda de enfrente.
Hoy, con 21 años de edad, tres años después, Julieta no reiteró su testimonio en el proceso que puede terminar con los agresores de su novio condenados a prisión perpetua. Bailarina, da clases de danza. Estudiaba Derecho, tal como su novio, al que conoció en la escuela, pero interrumpió sus estudios. También suele realizar videos en Tik Tok.
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Su padre aseguró ante el Tribunal que Julieta “no está preparada emocionalmente” para enfrentar el juicio. Vive con tratamiento psicológico, tras una pregunta de Fernando Burlando. El fiscal Gustavo García afirma que su cuadro actual es consistente “con un síndrome de estrés postraumático”, según declaraciones de la terapeuta de la joven.
El padre refirió que al terminar la escuela hizo terapia para ver “su orientación vocacional”, pero después del crimen tuvo que continuar con las sesiones. “El primer año lo pasó recluida en la habitación. Con el apoyo psicológico, pudo empezar a hacer lo que habitualmente hacía”, dijo Oscar.
Sin embargo, Julieta continúa al tanto del caso. El 1° de enero, retuiteó un mensaje en su cuenta de Twitter, donde la siguen más de 100 mil personas. Allí, pidió justicia por el crimen.
“Cuando salí (de Le Brique) estaba la ambulancia y Fer estaba en el piso, yo me acuerdo que lo vi, pero no sabía que era él. Estaba Santiago Corbo (amigo de Báez Sosa), le pregunté quien era (la persona que estaba en el piso). Me dijo que era Fer. Me agarró y no me acuerdo mucho más. Vomité al costado de la calle, quise ir a donde estaba (su novio), pero la chica de la ambulancia y Santiago Corbo no me dejaban acercarme”, sostuvo la joven en su declaración testimonial en la instrucción de la causa.
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