Tras la primera audiencia del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, Graciela y Silvino, los padres de la víctima, abandonaron el recinto junto a sus abogados y, cuando ganaron la calle, fueron recibidos por aplausos y el grito de la gente que bregaba por Justicia. En medio de ese apoyo popular, ambos se tomaron un minuto para hablar con la prensa sobre lo que fue su declaración testimonial. La primera que contó sus sensaciones fue la madre y se refirió a los imputados: “No puedo creer que chicos de la edad de Fer hayan hecho eso. Me incomodó mucho cuando me miraron y no bajaron la mirada. Sentí, como madre, que no estaban arrepentidos para mirarme de esa manera”.
Hay que recordar que no bien terminó la declaración de Graciela, la mujer se paró, miró a los ocho rugbiers acusados de matar a su hijo a golpes la madrugada del 18 de enero de 2020 y luego salió del recinto. “Siento que Fernando me dio la fuerza para estar ahí, no fue fácil. En ese momento, sentí que me desvanecía, pero alguien me decía que era la oportunidad de contar la verdad”, explicó.
Graciela lloró durante gran parte de su testimonial ante los magistrados del Tribunal Criminal Oral N°1 de Dolores, integrado por María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari. Sobre ese punto, dijo: “A los jueces, con mi llanto, les pedía piedad... Solo quiero justicia por mi hijo. Estoy aprendiendo a llevar este dolor. Ningún padre se merece lo que le hicieron a Fernando”.
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Silvino también relató sus sensaciones tras el comienzo del juicio por el crimen de Fernando. “Vengo a buscar justicia. Me siento más tranquilo ahora, acompañado”, explicó tras dar su declaración en la que contó cómo fue reconocer el cuerpo de su hijo e hizo llorar hasta a los agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense que custodiaban a los ocho acusados.
“No hubo motivo”, lanzó Silvino sobre el ataque a Fernando. Y siguió: “Estos asesinos quisieron matar a mi hijo, si no era mi hijo, era otro. Espero que el tribunal haya escuchado nuestro dolor”. Y reveló que tras la testimonial se sintió “más liviano”. “Bajé una mochila enorme. Vamos a luchar hasta lo último. Soy un padre que sufre, admiro a mi mujer que defendió hoy a Fernando como leona”, se sinceró.
Luego, contó que no saben aun si presenciarán todas las audiencias del juicio que se desarrolla en el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores hasta fin de mes y al que los rugbiers Máximo Thomsen, Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz, Ciro, Lucas y Luciano Pertossi llegan acusados de asesinar con alevosía y de haber ideado un plan para matar a traición. También se les imputan las “lesiones leves” sufridas por amigos de Fernando, que estaban junto a él la madrugada del crimen.
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Justamente, sobre los ocho imputados, Silvino dijo: “¿Qué les puedo decir? Ellos están en su mundo y yo, con mi tristeza... Yo no soy ni la mitad de lo que era antes. Éramos una familia alegre que, con lo poco que teníamos, nos divertíamos mucho. El amor quedo flotando ahí. Ni vida hoy día es un desastre, nuestra vida no es vida”.
Sobre el tiempo que tuvo que aguardar para testificar, después de las dilaciones que sufrió el debate por los diferentes planteos de nulidad de la defensa, el papá de Fernando explicó: “Ya tuve tres años de paciencia, y voy a tener 50 más. Lo que quiero es justicia. Y voy a estar 10 horas en un cuartito si es necesario”. Fue entonces cuando le preguntaron sobre el perdón. Sin dar vueltas, Silvino aseveró: “Qué le pidan perdón a Dios”. Y consideró que no van a declarar en el juicio: “No creo que rompan silencio”.
La palabra de los abogados
El abogado Fernando Burlando, que representa a los padres de Fernando Báez Sosa, también habló tras la primera audiencia del juicio contra los rugbiers y aseguró que la causa no deja dudas que todos los acusados tuvieron “intención clara de matar”.
“Esto fue un plan, lo abordaron con una intención clara de matar. Todos los participantes ejecutaron a Fernando”, afirmó Burlando sobre la participación de cada uno de los jóvenes en el crimen. “Un poquito más o un poquito menos, todos estuvieron. Es una ridiculez”, exclamó sobre el argumento del defensor Hugo Tomei, que pidió la nulidad del juicio al inicio del debate.
“Esa es la actitud que vimos desde el inicio: intentaron desviar la investigación y obstaculizar el accionar de la Justicia. No bien asesinan a Fernando intentan limpiar huellas de su propia humanidad”, declaró ante la prensa. A la vez, destacó la declaración de Graciela, la mamá de Fernando: “Cada vez que abre la boca es devastadora, tiene una facilidad para transmitir el dolor… Es angustiante escucharla cuando habla de Fernando”.
También descartó la posibilidad de que en el proceso pueda incluirse la figura de “odio racial”. “Tuvimos la oportunidad, pero la perdimos”, manifestó. Por otro lado, criticó la estrategia de la defensa. “Me pregunto si los imputados entendían lo que estaba pasando. Me preocupa la legalidad del proceso”, dijo en ese sentido. Sin embargo, se mostró “muy conforme” con la primera audiencia.
“Los jueces fueron muy contundentes. La defensa hoy sufrió un gran revés”, consideró sobre la decisión de continuar con el juicio pese a la oposición de Tomei.
En tanto, adelantó que sumarán más datos sobre el rol de cada uno en el homicidio, sobre todo, de Luciano Pertossi. “Se lo ubica más cerca de la matanza”, señaló. Por último, su socio, Fabián Amendola, adelantó que este martes declararán las personas que estuvieron en la escena (bomberos, policías y médicos) y el grupo de amigos que acompañaba a Fernando.
“Mañana empieza el verdadero juicio”, cerró Amendola.
El crimen
El crimen de Fernando se produjo entre las 4.41 y las 5 del 18 de enero de 2020 frente a Le Brique, el local bailable ubicado en Avenida 3 y Paseo 102, pleno centro de la localidad balnearia de Villa Gesell.
La acusación que recae sobre los imputados sostiene que tomaron la decisión de matar a Báez Sosa y que, para ejecutar el plan, dividieron sus funciones. Así, cinco de ellos ( Thomsen, Ciro Pertossi, Comelli, Benicelli y Cinalli) fueron a buscar a Fernando, “lo tomaron desprevenido y de espaldas” y “comenzaron a golpearlo en distintas partes del cuerpo”.
Cuando el joven de 18 años cayó al piso, y “aprovechándose aún más de esa situación de indefensión”, le dieron una patada que le provocó la muerte en forma casi inmediata al causarle “un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a un traumatismo de cráneo”.
Mientras todo eso sucedía, los otros tres (Viollaz y Lucas y Luciano Pertossi) formaron “una especie de cordón” para impedir que los amigos de Fernando pudieran auxiliarlo y, además, los golpearon varias veces. Por eso, la acusación incluye el delito de lesiones leves.
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