Ayer por la tarde, el tobogán del jardín de Infantes 949 de Isidro Casanova ardía en llamas. Un grupo de padres se había encargado de incendiarlo. Algo parecido había sucedido segundos antes con el frente de la institución, destrozada y vandalizada. No era el único punto donde la horda de papás y mamás que enviaban a sus hijos allí habían atacado. También lo hicieron en la casa de un hombre llamado Carlos, portero del jardín. Allí destruyeron la fachada del hogar. Buscaban al dueño de casa, pero no lo encontraron. El día de furia tuvo un detonante claro: un presunto abuso sexual múltiple.
La Justicia de la Matanza tiene 12 denuncias de abuso sexual contra el portero Carlo,s cuyas víctimas serían chicos de entre 4 y 6 años. Todas fueron realizadas por los padres de los menores. Pero no se trata solo de denuncias. El expediente, al que pudo acceder Infobae y está en manos de la UFI N°2 de La Matanza, tiene pruebas que complican seriamente al encargado de la institución.
Tal como contó ayer este medio, la causa se inició en noviembre de este año cuando la mamá de un nene del jardín de Infantes denunció al portero en la UFI N°2 Especializada en Conflictos Sociales de La Matanza. La madre se acercó a la Justicia porque previamente había llevado a su hijo a una pediatra, notaba algo extraño en su forma de ir al baño.
La especialista revisó al nene y, ante lo que encontró, le recomendó a la madre realizar la denuncia.
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El chico fue revisado también por un médico forense. El resultado de esa pericia se mantiene bajo reserva para proteger al menor, pero, esa conclusión, le permitió a la Justicia avanzar.
La madre del chico contó que su hijo le menciónó a “Carlos” o “Abuelito”, apodo utilizado por el portero, que trabaja en la institución desde mayo y es el único varón entre los empleados.
Sin embargo, cuando la víctima se sentó con una psicóloga infantil previo a la cámara Gesell no dijo nada. “Eso es habitual. Los chicos necesitan un tiempo para adaptarse y expresarse. No es fácil para ellos, por mas profesional que sea, sentarse con un extraño y contar algo así”, explica una fuente judicial.
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Mientras tanto, el caso tomo estado público y más padres se acercaron a denunciar. En total son 12 de las denuncias que están oficializadas en la Justicia. Por el momento, ninguno de los chicos, todos entrevistados con especialistas, pudo hablar. De nuevo, eso lleva tiempo.
El paradero de Carlos, el portero, es incierto. Nadie sabe donde está. Si bien es cierto que no tiene un pedido de detención la justicia se acercó a su domicilio para tenerlo ubicado y no lo encontró. Tampoco está en los lugares que suele frecuentar. “Si es inteligente, debería presentarse cuanto antes. En el día de hoy incluso. Porque sino puede empezar a jugarle en contra”, explican desde la policía.
“Hay decenas de padres acampando en la puerta de la fiscalía. Eso no ayuda para nada, porque ahuyenta la posibilidad de que el hombre se presente y se ponga a derecho que es lo que necesitamos”, dicen desde los tribunales de La Matanza.
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